Abelardo de la Espriella anunció que va directo a primera vuelta. Lo hizo este viernes, 5 de diciembre, cuando otro precandidato de la derecha, el exministro Juan Carlos Pinzón, dijo que él se lanzará a la consulta de marzo. Este sábado, el candidato, conocido como ‘el Tigre’, hizo pública la misiva que le envió al expresidente Uribe para comunicarle esa decisión. Esta es la carta completa:
“Estimado presidente Álvaro Uribe Vélez:
Reciba un cordial saludo y mi más profundo respeto por su incansable liderazgo en la defensa de Colombia. Me dirijo a usted con la admiración de siempre, agradeciéndole sinceramente sus reflexiones sobre la posibilidad de participar en una eventual consulta en el mes de marzo de 2026 para definir un candidato único de la oposición a la Presidencia de la República. Sus palabras, como siempre, reflejan una visión patriótica, genuina, estratégica y un compromiso inquebrantable con el futuro de nuestra amada Colombia, y valoro enormemente que haya compartido conmigo sus pensamientos al respecto.
Sin embargo, después de meditarlo con detenimiento, me permito apartarme respetuosamente de esa idea. El principal argumento que me lleva a esta conclusión es que Defensores de la Patria no es un partido tradicional, sino un movimiento ciudadano nacido del puro fervor popular. Este movimiento me ha otorgado un mandato claro y masivo, representado en más de 4.8 millones de firmas recolectadas con fervor, entrega, sin dádivas, con convicción y amor por colombianos de todos los estratos desde todos los rincones del país, quienes me han encomendado representarlos directamente en la batalla por la presidencia. Ir a una consulta en marzo diluiría este mandato espontáneo, patriótico y orgánico, que surge no de estructuras políticas establecidas, sino del clamor del pueblo que anhela la salvación de la patria.
Adicionalmente, esgrimo las razones que expuse en mi más reciente entrevista con la revista Semana: la necesidad imperiosa de una unión real y efectiva en la oposición, pero a través de mecanismos ágiles y transparentes como la gran encuesta que propuse para el próximo 10 de diciembre. En ella, el pueblo libremente señalaría un candidato con una mirada rápida y democrática, permitiendo diversas coaliciones y enfoques en un plan de gobierno sólido que incluya la restauración de la seguridad, la reactivación económica, la defensa de las instituciones y la construcción de un camino certero para la recuperación de nuestra nación. No descarto, como lo mencioné en dicha publicitarlo, ir directamente a la primera vuelta si esta unión no se materializa, para no perder tiempo valioso en procesos que podrían fragmentarnos aún más.
A esto se suma la inconveniencia de acudir a una consulta, un procedimiento que yo mismo he criticado con vehemencia cuando la izquierda lo utilizó en el pasado, por implicar un gasto innecesario de recursos públicos en un momento en que el país enfrenta desafíos económicos profundos y lo que requiere es austeridad. Antes de entregar las firmas que respaldan nuestro movimiento, propuse la encuesta como un camino hacia la unidad, y fue rechazada tajantemente por los posibles partícipes. Aún hoy, aquellos que propugnan por una consulta han vetado mi nombre para participar en ella, excluyéndome de antemano.
En consecuencia, pese a que soy el aspirante que no ha atacado a nadie, que ha llamado persistentemente a la unión y que ha priorizado el bien común por encima de todo, el rechazo y el veto han sido la única respuesta recibida: soy reiterativo y seguiré siéndolo, no reconozco enemigos más que a Petro, Cepeda y sus cómplices.
A pesar de todos los obstáculos que posibles competidores en esa hipotética contienda han intentado imponer en mi contra, sigo firme en mi convicción de que tales acciones han quedado en el olvido, opacadas, sin duda, por el apoyo masivo del pueblo. Si pongo hoy por encima de los altos intereses de la patria las infamias que contra mí se han dicho, entonces no soy digno de sentarme en el solio de Bolívar.
Dejar al pueblo, que ahora me ha entregado un mandato inequívoco a través de millones de firmas, que son un mandato popular, expuesto a los egos e intereses políticos individuales, de tantos precandidatos, sería una acción que decepcionaría a una base ciudadana que cree en el ‘Tigre’ y valora la extrema coherencia que ha sido el pilar fundamental de nuestro movimiento patriótico.
Mi mano está tendida a todos aquellos que no hayan sido cómplices del gobierno de Petro, para que, entre todos, enfrentemos unidos a su heredero, Iván Cepeda. No podemos permitir que continúe haciéndole campaña en solitario el candidato del régimen, a riesgo de perder definitivamente la patria que tanto amamos.
La unidad no es una opción, sino una urgencia para salvar a Colombia de la dictadura, y esta unión con el pueblo no admite cálculos políticos, sino solo acciones”.