Tras una intervención del precandidato presidencial Iván Cépeda en un debate del Senado, el expresidente Álvaro Uribe arremetió contra el senador en una publicación en X, en la que lo calificó como “el apóstol de las cárceles” y lo acusó de actuar como “un verdugo con apariencia de apóstol pobre y macilento”, entre fuertes señalamientos sobre su actuación frente a miembros de grupos armados y reos.
La publicación de Uribe concentró la atención porque recoge, en pocas palabras, la tensión política que se vivió en la plenaria.
La acusación de Uribe no apareció de forma aislada: en el debate que convocó la senadora Paloma Valencia sobre presuntos vínculos entre integrantes del Ejército y las disidencias de alias Calarcá, Cepeda se refirió en voz alta al hermano del expresidente, Santiago Uribe, y planteó preguntas sobre la posible participación y conocimiento de hechos violentos en la hacienda La Carolina.
La discusión subió de tono cuando Valencia interrumpió y, alterada, le dio a Cepeda: “No me vaya a mandar a matar”. Esa frase se convirtió en el momento más tenso de la sesión.
En su mensaje en X, Uribe reprochó a Cepeda por —en su interpretación— haber “recorrido cárceles” para buscar declaraciones y beneficios en favor de reclusos, y lo acusó de actuar como “el apóstol de las cárceles”.
En su publicación, el expresidente retomó señalamientos reiterados en el cruce político que ambos sostienen desde hace años, vinculados al papel de Cepeda frente a presos y a exintegrantes de grupos armados.
Los señalamientos de Cepeda en el debate aumentaron el choque verbal entre él y Valencia, y explican, en buena medida, la reacción posterior de Uribe en redes sociales.
La sesión en la que se produjo el encontronazo estaba dedicada a indagar presuntas reuniones y contactos entre autoridades y disidentes señalados en los llamados “chats y correos” de alias Calarcá, asunto que ha generado polémica pública y política en las últimas semanas.
Paloma Valencia, quien citó el debate, criticó al Pacto Histórico por supuestas ausencias y por lo que describió como la convención de ciertos actores en “gestores de paz”; Cepeda, por su parte, defendió sus señalamientos sobre casos de impunidad y vínculos con grupos armados.
El debate, además, estuvo atravesado por la agenda electoral: Cepeda figura como precandidato de la izquierda y Uribe sigue siendo referente y crítico activo del Gobierno desde la oposición.