El ministro del Interior, Armando Benedetti, es la persona más cercana a la directora saliente del Dapre, Angie Rodríguez. Ambos han hecho equipo, le hablan al oído al presidente Gustavo Petro y sus voces pesan por encima de la de varios ministros en el alto gobierno. “Le tengo mucho cariño”, reconoce públicamente el barranquillero al referirse a la joven politóloga. “La gente no sabe el extraordinario ser humano que es”, describe Rodríguez a Benedetti cada vez que le preguntan por él.

Sorpresivamente, ambos están envueltos en hechos que empiezan a generar preocupación en las autoridades de Colombia.

Este miércoles, 3 de diciembre, Benedetti puso al descubierto que es víctima de un presunto espionaje. Al menos, reveló que buscó un investigador privado que, tras un minucioso análisis de su teléfono celular, confirmó que las comunicaciones del jefe de la política estaban intervenidas. ¿Por qué? Él no encuentra aún la respuesta.

Armando Benedetti y referencia de un software espía | Foto: Semana

La inspección sobre el teléfono del ministro inició el viernes 28 de noviembre, y un sistema extranjero, que se aplicó durante 24 horas sobre los archivos del ministro, halló aparentes huellas de la última versión de Pegasus. La información fue compartida el 2 de diciembre con él y se le recomendó emprender acciones legales para establecer las razones del supuesto espionaje.

El escándalo no es de poca monta porque hoy no se tiene certeza de quién está detrás del espionaje. Pero no se descarta que provenga del propio Gobierno para el que él trabaja.

“Ese software fue creado para luchar contra la criminalidad, contra el terrorismo y demás. Si miramos de dónde pudo provenir, pues tiene que haber provenido de alguna entidad gubernamental. Decir de dónde específicamente sería irresponsable decirlo, porque eso no se puede determinar por el software”, explicó a SEMANA Milton Hernando Cuadros Peña, el investigador que contrató Benedetti.

La denuncia de Benedetti surgió horas después de que la saliente directora del Dapre, Angie Rodríguez, informara que la casa de sus papás, ubicada en la localidad de Rafael Uribe, en Bogotá, fue violentada hace 11 días por varios hombres no identificados que aprovecharon la soledad de la residencia para ingresar a la fuerza y destrozar lo que encontraran a su paso.

No se robaron nada, informaron a SEMANA personas cercanas a Rodríguez, quien le mostrará al país los videos que registraron las cámaras de seguridad del sector. Ella está asustada y ya puso en conocimiento de las autoridades lo sucedido porque teme que después de que salga del Gobierno quede desprotegida.

Angie Rodríguez. Directora del DAPRE. Bogotá Octubre 8 de 2025. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: SEMANA

Ni la Unidad Nacional de Protección ni la Dirección Nacional de Inteligencia, que hacen parte del Gobierno Petro, se han referido al tema. Tampoco la Fiscalía General, que deberá examinar en detalle ambos casos y determinar si tienen relación o, al contrario, se trata de hechos aislados.

En caso de comprobarse que ambos casos tienen relación, no se descartaría que se estuviera enviando un mensaje a ambos funcionarios cercanos al presidente, le afirmó a SEMANA una alta fuente de la Casa de Nariño.

Al fin y al cabo, tanto Angie Rodríguez como Armando Benedetti tomaron decisiones e influyeron en decisiones importantes que tomó Gustavo Petro y que pudieron, posiblemente, dejar a más de una persona insatisfecha o molesta.

¿Por qué ambas denuncias se conocieron al tiempo? Es otra de las preguntas que quedan en el ambiente y que, seguramente, resolverán las autoridades.

El país no puede olvidar que, en junio de 2024, la primera dama, Verónica Alcocer, instauró una denuncia en averiguación en la Fiscalía por una campaña de desprestigio promovida, según ella, desde el interior del Gobierno.

Verónica Alcocer Casa de Nariño | Foto: Guillermo Torres Reina - Publicaciones Semana

“Acudo a su despacho a fin de interponer denuncia con ocasión de las conductas que posiblemente hacen parte de una estrategia sistemática de desinformación, atentatoria contra la dignidad humana, la honra y el buen nombre como parte de un ataque orientado a desacreditar personas y grupos, afectando la credibilidad y confianza de sus destinatarios, mediante la difusión de contenidos inexactos y engañosos”, manifestó Alcocer en su denuncia. Nunca hubo resultados.

Igual ocurrió con la exdirectora del Dapre, Laura Sarabia, cuando mostró su desconfianza en su esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección.