Un fuerte mensaje publicó el presidente de la República, Gustavo Petro, este lunes 1 de diciembre, en el que arremetió contra del embajador (e) de Estados Unidos en Colombia, John McNamara.

En un extenso mensaje, el jefe de Estado señaló que “mientras emborrachen mucho al enviado especial de los EE. UU. en las fincas de Rionegro, en haciendas con aguardiente y con caballos de paso fino, no podrá contarle a su presidente Trump que la acumulación de capital se hizo en Colombia con sangre de la gente trabajadora”.

“Para encubrir este genocidio necesitaban imperiosamente el poder. Dominar medios, Congreso y jueces. El genocidio que cometieron con el paramilitarismo a su servicio —que Trump hubiera llamado narcoterrorismo— hace que sus autores acaben con la JEP y que pongan trabas a la verdad. Engañar gringos para que no les pase nada a pesar de ser los verdaderos capos o jefes políticos de los capos. Es lo que los gringos no han entendido: que el narco está en el poder político de Colombia, son tan ignorantes del asunto, que echaron a quien quería ayudarlos e invitaron a Washington a los amigos de los narcos”, expresó Petro.

El presidente avanzó en el post: “Colombia decide si vuelve a la gobernanza paramilitar asesina o construye una democracia republicana con garantías de derechos y de oportunidades para todos”.

El embajador (e) de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, se ha referido a la inclusión en la lista Clinton del presidente Gustavo Petro. | Foto: Semana/Presidencia

“El enviado de EE. UU. en Bogotá debería despertarse, lo emborrachan con salsas y fiestas y lo comprendo, es el embrujo de Colombia y su belleza, pero ojo, todo colombiano despabila, debe entender lo que pasa aquí para que sea buen oído y visión de su gobierno. Despabile y busque la realidad como lo puede comprobar en el caso de Santiago Uribe Vélez, termina es abrazado con los narcoterroristas y bebiendo con ellos; espero sus servicios de inteligencia sean buenos, para que le aparten a esa gente que va a las fiestas, hay que saber mucho para meterse con gente rica en Colombia, no vaya a ser que termine como dice Trump, con narcoterroristas de verdad”, recalcó.

Gustavo Petro también indicó: “El señor enviado de los EE. UU., al que respeto por ser representante de un presidente legítimo elegido por su pueblo, fue de fuerzas especiales y juró luchar contra la opresión, le mostré la sotana del sacerdote revolucionario Camilo Torres Restrepo y se persignó con respeto, pero si Camilo Torres Restrepo viviera hoy, no se montaría en caballos de narcos, ni aceptaría invitaciones de hacendados y políticos que estuvieran comprometidos con el genocidio del pueblo colombiano; el enviado fue de las fuerzas especiales de EE. UU., y no debe ser tonto servil de los deseos de los narcos de a caballo y hacienda que quieren que se rompan las relaciones de Colombia y EE. UU. porque quieren traquetear más. Es decir, exportar más cocaína a los EE. UU.. Sus caballos y haciendas se compran con la cocaína que envían a EE. UU.”.

“Si el enviado de EE. UU. se emborracha con la gobernanza paramilitar, no va a hacer un buen trabajo para que lo recuerden. Haber dejado que metieran en la lista Ofac al presidente del país que lo acoge y que le dio la mano, es preocupante. No logró que su presidente conociera los datos reales de nuestra lucha contra el narcotráfico ni nuestra historia. Dejó que engañarán a su presidente los mismos narcoterroristas de Colombia. Qué mal para los EE. UU. y para Colombia. Por eso terminan cometiendo errores donde se derraman litros de sangre humana”, subrayó el jefe de Estado.

Y fue más allá en el mensaje que publicó en su cuenta de X: “Y no lloro por eso, a pesar del enorme daño que han hecho a mi familia, muy irreparable, pero un socialista sabe vivir sin el mercado. También he sido socialista de bolsillo roto, como en la bella película del neoyorquino Bernardo Bertoluci, Novecento, censurada por todas partes”.

“Yo sí leí el juramento de las fuerzas especiales de los EE. UU., y lo llevaba en mi billetera, en su cadenita que me regaló, pero me decepcionó y devolví a su dueño el regalo. La medalla dice que todo miembro de las fuerzas especiales de los EE. UU. debe luchar contra la opresión, pero los gringos no se dieron cuenta de que la opresión en Colombia, que mató a 200.000 compatriotas humildes y trabajadores, la ejercieron los narcoterroristas aliados desde el Gobierno mismo de Colombia, alianza que yo destruí e hice añicos por genocida y para que no maten más al pueblo”, dijo.

Y puntualizó: “Hago mío el juramento de las fuerzas especiales de EE. UU. Algún día habrá alguien en la Casa Blanca que pueda entender el problema y no dejarse engañar y nos dé una mano sincera, pero el pueblo colombiano se basta a sí mismo y podrá, solo y alegre y bailando, superar las heridas de los 200.000 muertos que nos dejaron los señoritos de Washington que no son capaces de entender al país de la belleza”.