La inestabilidad del internet en la casa no siempre se debe a fallas del proveedor o a una saturación de dispositivos, en muchos hogares, la pérdida de señal tiene origen en elementos cotidianos que pasan desapercibidos y que pueden limitar el alcance del router sin que nadie lo sospeche.

Aunque tradicionalmente se ha señalado a los microondas y a las paredes como los principales culpables, una reciente observación de especialistas en conectividad apunta hacia un responsable aún más común.

Cuando los clásicos obstáculos no son los únicos culpables

Desde hace años, técnicos en redes han explicado que los hornos microondas pueden generar interferencias porque utilizan frecuencias similares a las que emplean los routers modernos. De ahí que, cuando funcionan, produzcan interrupciones momentáneas que afectan la potencia del internet inalámbrico.

La combinación de microondas activos y estructuras pesadas aún debilita la cobertura inalámbrica, según especialistas.

Las paredes es otro aspecto que juega en la reducción de la cobertura de la ya que con estructuras gruesas, materiales densos o habitaciones separadas por varios muros puede dificultar el paso de la señal, provocando que esta llegue debilitada o incluso desaparezca en ciertos rincones de la vivienda.

El objeto cotidiano que puede reducir la señal hasta la mitad

Hay un objeto del hogar que está cobrando protagonismo como uno de los grandes saboteadores del WiFi el cual ha sido señalado en un artículo técnico del portal MirrorTopics, estos son los espejos.

Aunque se perciben como simples piezas decorativas o funcionales, su composición va más allá del vidrio visible. Detrás de esa superficie se esconde una capa metálica cuya misión es reflejar la luz y de paso las ondas inalámbricas.

Un artículo técnico advierte que la lámina metálica de los espejos funciona como un muro para el WiFi, provocando caídas notorias en su alcance. | Foto: 2021 John Keeble

Esa lámina reflectante, actúa prácticamente como una barrera que desvía o retiene la señal emitida por el router, en la práctica, su efecto es comparable al de un muro, generando bloqueos significativos en la dirección donde se encuentre el espejo.

Estudios señalan en pruebas realizadas, la señal inalámbrica llegó a caer hasta la mitad cuando se encontraba frente a espejos grandes.

Esta disminución no solo afecta la rapidez de la conexión, sino que también puede generar sectores donde el WiFi prácticamente desaparece, creando los llamados puntos muertos dentro del hogar.