Para los aventureros y quienes disfrutan los deportes extremos, Colombia tiene una buena oferta de destinos que resultan imperdibles y que deberían incluirse en la agenda de los planes de vacaciones.
Dentro de las opciones se encuentra San Gil, municipio al que se le conoce como ‘capital turística de Santander’, en donde los viajeros pueden vivir momentos de adrenalina pura, gracias a su oferta de diversión, aventura y contacto con la naturaleza. Allí son diversas las posibilidades para divertirse, pero estos son cuatro planes imperdibles.
Visitar las cascadas Juan Curí
Este es un lugar en donde se aprecia un conjunto de caídas de agua que se acercan a los 200 metros de altura y deslizan a una seductora piscina natural en donde es posible darse un refrescante baño, mientras se contempla la naturaleza.
Este sitio es considerado una de las atracciones naturales principales de la zona, pues se encuentra en medio de una selva virgen que proporciona una sensación de bienestar y en donde quienes llegan hasta allí tienen la posibilidad de realizar diversas actividades, entre ellas, el torrentismo, en el que los aventureros descienden con cuerdas en medio del agua.
Rafting en el río Fonce
Esta es una de las experiencias imperdibles en San Gil: realizar rafting en el río Fonce, cuyas aguas atraviesan la ciudad. La dificultad de sus rápidos es moderada, así que, no importa cuál es el nivel de experiencia, pues es posible poner en práctica las habilidades en la balsa mientras se disfruta del hermoso paisaje ribereño, según indica el portal oficial de turismo Colombia Travel.
Este deporte extremo también se puede practicar en el río Suárez, que está más alejado de la ciudad, y sus rápidos son de categorías IV y V, que llevan a conocer el cañón del río, al tiempo que ponen a prueba la resistencia y técnica.
Excursiones a las cuevas
San Gil es un buen destino para los espeleólogos, pues muy cerca hay una cantidad de cuevas para explorar, desde reducidos huecos escondidos hasta imponentes cavernas subterráneas.
La Cueva de la Vaca, cerca de Curití, es la más grande. Para ingresar se debe nadar por un túnel sumergido y arrastrarse por pasadizos embarrados que transportan noventa metros bajo tierra, mientras que la Cueva del Indio Cueva del Indio ofrece recovecos llenos de murciélagos y con una sorpresa final: para salir se debe saltar desde una rudimentaria plataforma hacia un estanque oscuro. Esta última está ubicada a 18 kilómetros.
Piscinas naturales imperdibles
Las aguas que bajan de las montañas para unirse a los caudalosos ríos de la región dejan a su paso refrescantes estanques donde es posible disfrutar de refrescantes baños, mientras se disfruta del contacto con la naturaleza. Los lugares más codiciados para hacerlo son los balnearios Pozo Azul, a minutos de la ciudad, y Pescaderito, en Curití.