El Eje Cafetero es uno de los destinos favoritos de los viajeros y en esta región, el departamento de Caldas brinda la posibilidad de sumergirse en fincas cafeteras, paisajes montañosos y tradiciones que reflejan la identidad sus habitantes.
Su capital, Manizales, ofrece una mezcla única entre modernidad y herencia colonial, con atractivos como la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario y el Teatro Los Fundadores, entre muchos otros.
Además, Caldas hace parte del Paisaje Cultural Cafetero, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que permite al visitante experimentar de cerca el proceso del café en fincas tradicionales, recorrer senderos entre cafetales y disfrutar de la hospitalidad de su gente.
Uno de los municipios imperdibles en este departamento es Filadelfia, que está situado a 48 kilómetros de Manizales, en el noroccidente caldense. Con una temperatura promedio de 20 grados centígrados, este destino es ideal para hacer senderismo, conectar con la naturaleza y disfrutar de un rico olor a café.
Se encuentra a 1.550 metros sobre el nivel del mar y su terreno empinado y montañoso es ideal para los aventureros.
El portal Rutas del Paisaje Cultural Cafetero indica que este destino es puerta abierta para apreciar lindos paisajes que se pueden observar desde los cerros más emblemáticos de este territorio y donde los viajeros pueden practicar actividades como parapentismo y rafting, los cuales permiten tener lindas experiencias.
Allí los turistas también tienen la posibilidad de hacer senderismo en su especial topografía que va desde los valles del río Cauca hasta el Cerro Batero, en donde se puede apreciar, desde su colina, una buena parte del departamento.
Historia y modernidad
Este es un lindo pueblo que les permite a los visitantes conocer su historia y cultura mientras se realizan recorridos por sus calles, pues es posible aprecias sus casas construidas de bahareque que exponen la riqueza arquitectónica de una población en donde su base económica es la agricultura con cultivos como café, maíz y caña de azúcar y la ganadería.
Se dice que el casco urbano de este municipio se mueve entre lo moderno y lo tradicional, por lo que si bien mantiene algunos de los rasgos típicos antioqueños, como las casas de bahareque, también en el centro se aprecian construcciones modernas que representan las innovaciones económicas y culturales de los últimos años.
En el aspecto cultural, en los últimos años se han puesto en marcha una serie de celebraciones como la cabalgata del día de la raza, el encuentro de escritores caldenses, y los juegos deportivos regionales, que se suman a las más antiguas fiestas de la Virgen del Carmen y María Inmaculada, lo que llama la atención de propios y foráneos quienes pueden disfrutar de diversidad de actividades que se relacionan con su idiosincrasia y cultura.