¿Cómo?
Truco para mantener el pollo fresco en la nevera
Mantener el pollo fresco en la nevera es esencial para garantizar la seguridad alimentaria.
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El pollo es una de las carnes más populares y versátiles que se consumen en todo el mundo. Sin embargo, mantenerlo fresco y seguro en la nevera puede ser un desafío para muchos. Por ello, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) recomienda lo siguiente:
- Temperatura de almacenamiento: mantener la temperatura de la nevera a 4 °C (40 °F) o menos es esencial para evitar el crecimiento bacteriano en el pollo crudo. Hay que asegurarse de que la nevera esté ajustada a esta temperatura.
- Almacenamiento adecuado: guardar el pollo crudo en su envase original o en un recipiente hermético para evitar la contaminación cruzada con otros alimentos. Se debe colocar en la parte más fría de la nevera, generalmente en la parte posterior y superior.

- Duración en la nevera: el pollo fresco generalmente se puede mantener en la nevera durante 2 o 3 días, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Es importante cocinarlo o congelarlo dentro de este período.
- Congelación del pollo: si no se planea cocinar el pollo dentro de los días posteriores a su compra, es recomendable congelarlo. El pollo crudo congelado a -18 grados (0 °F) o menos puede durar hasta 9-12 meses, según el USDA.
- Descongelación segura: si se necesita descongelar el pollo, hay que hacerlo en la parte menos fría de la nevera. Nunca descongelar el pollo crudo a temperatura ambiente, ya que esto puede aumentar el riesgo de contaminación bacteriana.
- Olor y aspecto: antes de cocinar el pollo, verificar su olor y aspecto. Si se nota un olor desagradable o cambios de color, descartarlo, puesto que podría estar en mal estado.
- Cocinar a temperatura segura: al cocinar pollo, asegurarse de que la temperatura interna alcance al menos los 74 grados (165 °F) para garantizar que esté completamente cocido y seguro para el consumo.

Preparación segura del pollo antes de cocinarlo
Para que la preparación de pollo sea segura para el consumo, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomienda:
- Limpieza personal: antes de manipular el pollo, lavarse las manos minuciosamente con agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos. Esto ayuda a prevenir la contaminación cruzada.
- Superficie limpia: asegurarse de que las superficies de trabajo, cuchillos y utensilios estén limpios y desinfectados antes de comenzar a preparar el pollo.
- Descongelación segura: si se utiliza pollo congelado, descongelarlo de manera segura. La forma más segura es hacerlo en la nevera durante varias horas o incluso durante la noche.
- Evitar el lavado: no lavar el pollo crudo antes de cocinarlo. El lavado del pollo puede dispersar bacterias en la cocina y utensilios.
- Cortes precisos: usar cuchillos afilados y tablas de cortar separadas para el pollo crudo y otros alimentos. Hacer cortes precisos y uniformes según las preferencias de preparación.
- Eliminación de vísceras: si el pollo está entero, retirar las vísceras y, en este casi, sí enjuagarlo con cuidado bajo agua fría corriente. Limpiar bien cualquier cavidad del pollo.
- Marinado seguro: si se va a marinar el pollo, hacerlo en la nevera, no a temperatura ambiente. Descartar cualquier marinada que haya estado en contacto con el pollo crudo.
- Temperatura interna: cocinar el pollo hasta que alcance una temperatura interna mínima de 74 grado. Usar un termómetro de cocina para verificar la temperatura, de ser posible.
