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Audrey Tautou y Romain Duris protagonizan esta película.

CINE

Amor índigo

La adaptación de la novela de Boris Vian a cargo de Michel Gondry cuenta una trágica historia de amor en un mundo que parece regirse por la lógica de los sueños. ** ½

Manuel Kalmanovitz G.
20 de junio de 2014

Título original: L’écume des jours
País: Francia
Año: 2013
Director: Michel Gondry
Guion: Michel Gondry y Luc Bossi, basados en la novela de Boris Vian
Actores: Romain Duris, Audrey Tautou, Omar Sy
Duración: 131 minutos

Al comienzo de esta película extraña, al mismo tiempo infantil y brutal, un hombre se corta los párpados con unas tijeritas frente al espejo del baño. Es una ilustración directa de una frase del libro de Boris Vian en el que está basado donde dice que Colin, su protagonista, “armándose del cortauñas, recortó en bisel los extremos de sus párpados mates para impregnar de misterio su mirada”.

Pero en la película, en vez de impregnar de misterio la mirada, los párpados cortados se van por el sifón y el alegre Colin (Romain Duris) queda no con misterio sino con pequeñas líneas de sangre saliendo de sus ojos. La imagen poética y cómica de Vian queda así convertida en una caricatura absurda con toques sanguinarios.

Estamos ante una película hasta cierto punto hermética. Parece haber muchos juegos de palabras en francés que, obviamente, se pierden en públicos que no hablan ese idioma y que hacen que la película produzca inicialmente cierto estupor porque lo que dicen los personajes no termina de coincidir con la forma en que lo dicen.

No cabe duda de que Michel Gondry, director y guionista de esta película, es un tipo muy talentoso. Lo demuestra no solo esa obra clave del cine romántico contemporáneo que es Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004) sino los trucos visuales inolvidables y delirantes que ha usado en decenas de videoclips dignos de encabezar cualquier antología de este peculiar arte de nuestro tiempo.

Pero todos esos atributos que resultan entrañables en sus videos cortos se vuelven defectos en muchas de sus películas largas (acá hablamos de 131 minutos de ingeniosidades); tanto truco visual, tanto chistecito, tanta cuquera, terminan por desesperar. ¿Hay algo que alivie los ojos como el bicarbonato de sodio alivia la digestión?

Si esto fuera un postre, sería un bizcocho envuelto en merengue, empapado en crema inglesa, cubierto de leche condensada, espolvoreado con chispitas azucaradas de colores vivos y coronado, triunfantemente, por una cereza color rojo sangre.

Y lo que sucedería, si esto fuera un postre, es que en la mitad de comerse esta creación terriblemente empalagosa, uno comenzaría a sentir algo raro en su textura. Pero ¿qué es esto? ¿Qué es este pedacito duro que sale en medio de esta crema tan dulce? ¡Vaya! ¡Es un trocito de vidrio! ¡Cómo pudo pasar esto!

Porque en medio de esta película tan ingeniosa hay una historia trágica de amor. Entonces la primera mitad de la película, que es puro postre almibarado, se vuelve oscuridad y opresión en la segunda. Y el contraste entre ambas es muy difícil de procesar.

En ese sentido, con Amor Índigo, Michel Gondry ha creado una obra terriblemente engañosa. La cuquera está ahí, claro; es, ante todo, una película asfixiantemente cuca. Pero su decisión de usar esa sensación para meter de contrabando una oleada de oscuridad muestra que detrás de esa cuquera hay algo de valentía. Aunque no estoy seguro; también podría ser un ejemplo exquisitamente elaborado del más puro y gozoso sadismo infantil.

CARTELERA


**** Excelente  ***1/2 Muy buena  *** Buena  **1/2 Aceptable  **Regular   *Mala   

Oculus ** ½

En esta efectiva cinta de terror, dos hermanos intentan entender una tragedia de infancia con ecos sobrenaturales.

Al filo del mañana ***

Cinta de ciencia ficción que mezcla imaginativamente batallas contra invasores extraterrestres y viajes en el tiempo.

La mecanógrafa **

Este homenaje francés a las comedias románticas de Doris Day tiene una dirección de arte muy atractiva pero poca lógica.

Maléfica **

Re-imaginación de la historia de la villana de La bella durmiente demasiado básica para adultos y demasiado oscura para niños.