CINE
Clash, una película de Mohamed Diab
Con la peculiar característica de ser filmada toda dentro de un furgón de policía -condición visual técnica y de rodaje muy exigente-, para narrar momentos cruciales en la vida socio-política de un Egipto muy contemporáneo.
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La película presenta la particularidad de ser filmada toda dentro de un furgón policial en donde se llevan a los arrestados. Todo será visto y enfocado desde allí, tanto los diversos acontecimientos en su interior, como lo que sucede en el exterior, a través de las pequeñas ventanas de esa jaula humana, en la que van encerradas personas de ideas opuestas y a punto de matarse entre sí por pensar diferente, manteniendo esa constante en la historia de la humanidad de vivir por las ideas para matar por ellas.
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Concebida así la película dentro de este furgón, lo que ello exige a nivel de cámara, de movimiento de la misma, además de una gran variedad de enfoques y ángulos, resulta ser todo un gran reto para sus realizadores, camarógrafos y actores, esfuerzo muy especial que aquí se puede apreciar. Además es bueno tener en claro que con esta diversidad de tomas y planos es como se crea el espacio cinematográfico en una película, independiente de si es en una reducida área de pocos metros cuadrados o en la inmensidad de grandes exteriores.
Se hace más notorio dicho trabajo de cámara cuando es en espacios tan reducidos como el de esta ocasión; aún más, pareciera que cuando es en lugares más grandes y abiertos o en inmensos exteriores naturales, dicho trabajo de cámara no fuera tan necesario, aunque siempre es igual. Siempre tiene la misma importancia, porque en cine todo es por medio de imágenes –es una redundancia esta expresión-, la puesta en escena es siempre plasmada por una cámara a través de sus respectivos enfoques y planos. Aunque ahora, nefasta influencia televisiva, todo descanse más en los diálogos y no en lo visual.
Las tesis que aquí desde esta columna siempre se han planteado sobre el valor e importancia que tiene el trabajo de cámara en el cine, su movimiento y la creatividad que se desarrolle con ella, encuentra un buen ejemplo y sustentación de todo lo escrito en esta realización, puesto que es el eje básico sobre el que se articula la narración de una forma bastante inusual, que inmediatamente lleva a la reflexión y valoración del significado de lo visual en el cine que tanto se ha perdido y degradado en las últimas décadas, que en este film por la radicalidad de su puesta en escena en un espacio tan reducido, se rescata y aprecia en toda su dimensión y por tanto, importante de apreciar esta cinta, ya sea por este solo motivo, lo que no le resta importancia a la temática planteada, muy al contrario, por la importancia de lo relatado, se encuentra muy acorde con el tratamiento visual desarrollado.
Los hechos, lo acaecido en El Cairo en 2013, según la información presentada en la introducción, sobre la aguda situación política egipcia y el golpe militar contra el presidente islamista, sucedido durante tres días, de los cuales se relata el primero de ellos, muy cruciales en la vida política de ese país, además del surgimiento de bandos radicalmente opuestos entre sí. El relato que organiza el guión tiene momentos brillantes en el desarrollo del conflicto entre los detenidos y sus antagonismos por diferencias de ideas y religión, aunque a veces decae en la continuidad del relato; produce la impresión de que se extravía y pierde un poco el rumbo, aunque son sólo en algunas ocasiones. Esto no le resta mérito a todo el conjunto, independiente del caótico y nada claro final, quizás acorde con la trama misma de la película y de la situación socio-política del país en esa época.
Que la cámara importe siempre y aquí se destaque su valor en cuanto saber expresarse por medio de imágenes en cine, no quiere decir que en esta realización se haya hecho un trabajo más refinado, más de cine, puesto que hay momentos que tiene más de improvisación y sabor a noticiero, algo que es fácil entender y pasar por alto, teniendo en cuenta que una cinematografía como la egipcia no tiene un mayor desarrollo ni trayectoria histórica destacada y por tanto, su capacidad interpretativa y tradición visual son aún muy incipientes, por ello mismo, sorprende positivamente esta realización.
Dentro de toda la narración, también se va desarrollando, conjuntamente, la descripción de formas de ser, la impulsividad y agresividad descontrolada, el ánimo exaltado y pendenciero como rasgos principales socioculturales de la mayoría de ellos, de la estructura de personalidad que genera este tipo de sociedad con su fuerte religiosidad vinculada al ejercicio del poder político. En todo ello, la película se convierte en una radiografía muy exacta de toda una idiosincrasia y sus patrones de comportamiento. Un particular dibujo no sólo del agitado momento socio-político de esa nación, sino antes que nada un intento de retratar al ser humano cuando se refiere a la defensa de sus ideas, en lo que no siempre es de lo más virtuoso y ejemplar y en ese sentido, el relato trasciende fronteras y se vuelve de carácter universal.
(Por esa condición de rodaje interior dentro de un espacio reducido la referencia es inmediata con “Líbano” de Shmulik Maoz, película israelí de 2009, rodada dentro de un tanque de guerra y totalmente antibelicista. Ganó el León de Oro en el Festival internacional de Venecia, siendo el primer film de Israel que gana este codiciado premio. Por su carácter pacifista y realizada en un país que mantiene tantas guerras, por dicho motivo no podía ser muy bien vista ni aceptada y fue prácticamente relegada).