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Jens Hoffmann. | Foto: SEMANA

FERIA

“Beatriz González y Débora Arango estuvieron siempre al borde del canon artístico”

Jens Hoffmann, curador y una de las más destacadas figuras de ARTBO habló con Semana.com sobre lo que significa el trabajo de las mayores exponentes del arte figurativo en Colombia.

30 de octubre de 2016

Semana.com: ARTBO se caracteriza por presencia de arte joven, cómo encajan González y Arango en este enfoque?

J.H.: Pero no es necesariamente una feria para artistas jóvenes. He visto mucho trabajo con referentes históricos, un ejemplo es la sección de Referentes. Pensar en el trabajo de Beatriz y Débora para esta feria no es inusual, son dos representantes de la pintura colombiana, un expresión artística relacionada estrechamente con la historia, el cuerpo humano y la idiosincrasia en el arte.

Semana.com: ¿Qué tanto habla el arte figurativo de Colombia?

J.H.: Si tomamos el concepto tradicional del arte figurativo, cuando veo el trabajo de galerías jóvenes no veo mucho interés en explorarlo. Por el contrario, veo aproximaciones más conceptuales, con uso de materiales, formas geométricas que involucran las realidades en Colombia y en Latinoamérica.

Semana.com: ¿Qué destacaría de las otras galerías y artistas que participan de su sección?

J.H.: La idea era que tuviéramos 15 galerías donde los artistas exploraron la idea del arte figurativo, del cuerpo humano de diferentes maneras, que se atrevieran a descubrir lugares donde incluso puede establecerse una relación entre el figurativismo y la abstracción. El ejemplo más extremo es la artista Jazmín López quien describe cómo el denim se ha convertido en una segunda piel para el ser humano. Este material usado para la clase trabajadora por su alta durabilidad escaló en todos los niveles de la sociedad, tanto que hoy los jeans son una prenda fundamental, como una segunda piel. Se inspira en el trabajo de González y Arango que siempre estuvieron al límite en el contexto del arte y que supieron cómo jugar dentro de los parámetros del canon artístico hasta que lograron salirse de ellos.

Semana.com: ¿Cómo se dimensiona la obra de González y Arango en el extranjero?

J.H.: Beatriz González tiene una reputación más grande afuera. Quizá porque el trabajo de Débora estuvo más enfocado en denunciar problemas locales. El trabajo de González estuvo en el Museo de Arte Moderno (Moma) en Nueva York, en una exhibición en Londres. Esto implica que haya una percepción más global de ella, además es reconocida por ser parte del pop art latinoamericano, se apropió de imágenes de revistas y de medios masivos.

Semana.com: ¿Cuál es la gran diferencia en el trabajo de las maestras Débora y Beatriz?

J.H.: Nacieron casi con 30 años de diferencia. Esta brecha generacional definitivamente se puede ver en su estilo. El trabajo de Débora es extremadamente expresivo, pinceladas dramáticas, sus pinturas son como un imán de un sentimiento de urgencia. Cuando miras el trabajo de Beatriz es muy sutil, discreto. Ambas se enfocaron en problemas locales que las afectaron de manera importante, pero cuando miras las pinturas desde un punto de vista estético no podrían ser más opuestas: un estilo bastante expresivo por un lado, y por el otro uno muy sencillo y casi folclórico.