¿Qué estará pintando María Isabel?

La inquietud por el arte estuvo desde siempre. María Isabel Rueda cuenta que un día tomó un pincel y acomodó unos óleos sobre un lienzo, sin saber muy bien cómo se hacía. De pronto sintió que se había olvidado por completo del mundo. Entonces dijo “esto es lo mío”. Y buscó un asesor porque sintió que debía “seguir moviendo los pinceles con un poco más de técnica”.

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Ese impulso la llevó al encuentro de Cecilia Delgado, una pintora cartagenera de 77 años que lleva más de la mitad de su vida dedicada al arte. La periodista conocía y seguía su trabajo, pero hace tres años la buscó en su taller: “María Isabel no solo había sentido la necesidad de pintar, sino que había tenido guardada durante mucho tiempo esa sensibilidad artística para expresarse por medio del pincel”, cuenta Delgado.

Desde entonces empezaron un trabajo conjunto en el que Cecilia se convirtió en su mentora. La guio y le ayudó a perfeccionar la técnica que ahora utiliza en sus obras: el collage, “un recurso plástico muy válido y moderno que consiste en plasmar fotografías sobre el lienzo para luego pintar sobre ellas y dotarlas de la atmósfera que dispone el artista”, explica la cartagenera. Dice también que María Isabel ha tenido referentes como el artista estadounidense y pionero del pop art Robert Rauschenberg, o la forma en la que el paisajista inglés del siglo XX William Turner pintaba sus mares: ella los mira y los estudia, pero “como tiene la semblanza periodística y un material fotográfico tan directo y arrasador, se apropia de eso y crea de una manera muy genuina”.

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Un día la periodista pensó que llevaba mucho tiempo pintando imágenes que evocaban el mar y se le ocurrió trabajar con unas fotos de las barcazas llenas de refugiados que van desde África y Oriente Medio hasta Europa, como una forma de rendir homenaje a las víctimas de esas catástrofes humanas. Igualmente, encontró material cuando miles de colombianos salieron expulsados de Venezuela en 2017 y cruzaban los ríos limítrofes con sus pertenencias a cuestas. Y también con la diáspora de los rohinyá, la minoría musulmana perseguida cruelmente por el régimen de Birmania. Ella explica: “Es tanta la impotencia que uno siente, que pintar alrededor de ese tema me ha traído un gran desahogo. A esas fotos les puse colores, las mezclé, junté recortes de prensa y metí todo eso en escenarios al óleo que no existen”.

De ese modo convierte fotografías de su archivo periodístico en representaciones pictóricas de las emergencias humanitarias; dota a las imágenes de ritmo y color para ennoblecer la tragedia. Según su mentora, de eso se trata Gente del agua, la exposición: es una expresión plástica de la crisis mundial; lo que más interesa de su obra es cómo retrata la universalidad del sufrimiento. “Ella nos sensibiliza sobre el dolor humano, que no conoce fronteras ni idiomas. Su obra exorciza la tragedia; cuenta la realidad de una manera diferente a como se ve en los medios o en las redes sociales”, dice Delgado.

El periodismo y la pintura comparten una preocupación: contar la realidad. Quienes tienen la responsabilidad o el deseo de comunicar buscan la manera más acertada de mostrar la información a sus espectadores. A propósito, María Isabel habla de la relación entre sus dos actividades: “Mientras que el periodismo tiene necesariamente que reflejar la realidad, el arte no siempre lo hace. Nada hay más lejano a la realidad que ‘El jardín del Edén’, del Bosco. En lo mío hay un principio real, un recorte de prensa, pero luego pinto un ambiente irreal. No existe”.

Gente del agua se inscribe en una lista de trabajos sobre los problemas actuales del hombre. Guerras, fronteras o refugiados también han motivado las creaciones de artistas como el sirio Abdalla Omari, el chino Ai Wei Wei o la colombiana Doris Salcedo.

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La exposición estará abierta entre el 24 de enero y el 10 de marzo en el Museo de Arte Moderno de Cartagena. Cecilia Delgado, su guía en el proceso de creación artística, también se encargó de curar las 28 obras de la exhibición. Por ahora no hay giras planeadas ni las pinturas van a entrar al mercado, pero en caso de que haya universidades o ámbitos académicos interesados en la muestra, se considerarán como posibles lugares de difusión.

Yolanda Pupo de Mogollón, directora del museo, dice que tienen muchas expectativas: “Aquí nos gusta recibir los nombres nuevos del arte y yo creo que por su trayectoria periodística, la gente querrá ver lo que María Isabel está pintando”. Delgado, por su parte, asegura que nunca hay un final en la pintura, que siempre otras ideas se suman y generan la necesidad de retratarlas. Por eso, espera seguir acompañando a la periodista de una manera muy personal en los nuevos proyectos que ya guarda entre lienzos.