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‘Leviatán’ ganó el Globo de Oro como mejor película extranjera, pero en los Premios Oscar fue derrotada por la película polaca ‘Ida’.

CINE

Leviatán

Esta película rusa, elegante, angustiosa y desesperanzada, retrata la lucha de un hombre contra unas instituciones poderosas y arbitrarias. ****

Manuel Kalmanovitz G.
28 de febrero de 2015

Título original: Leviathan
País: Rusia
Año: 2014
Director: Andrey Zvyagintsev
Guion: Oleg Negin y Andrey Zvyagintsev
Actores: Aleksey Serebryakov, Vladimir Vdovichenkov, Elena Lyadova
Duración: 140 min


El Leviatán es un ser colosal mencionado varias veces en el Antiguo Testamento y descrito en detalle al final del libro de Job. “Su corazón es duro como la roca,/ duro como piedra de molino” dice. “No hay espada que pueda detenerlo / ni lanza, ni dardo, ni jabalina”.

Esta película rusa de Andrey Zvyagintsev parece inspirada libremente en el pobre Job a quien le cae calamidad tras calamidad encima, en una mala racha que no parece tener sentido o final. Eventualmente, Kolya (Aleksey Serebryakov), el Job protagonista, encuentra un sacerdote ortodoxo y se enfrenta a él: “¿Dónde está ese dios tuyo, misericordioso y todopoderoso?”. “El mío está conmigo”, le responde, “en cuanto al tuyo no sabría decirlo”.

La película sucede en un pequeño pueblo al norte de Rusia, cerca del Ártico, donde Kolya tiene una casa hermosa y amplia frente al mar que mira a un paisaje sublime de piedras talladas dramáticamente por el tiempo.

Pero el mismo paisaje parece haber llamado la atención del alcalde local quien, arbitraria pero legalmente, ordenó expropiar la casa pagando mucho menos que su valor real. Kolya sospecha que quiere construir un complejo turístico y llama a un amigo abogado de Moscú (Vladimir Vdovichenkov) para que lo ayude a enfrentar la decisión.

El país que retrata Zvyagintsev es un infierno kafkiano, con instituciones legales, políticas y religiosas que parecen configuradas para atropellar a quien se presente ante ellas. Kolya comparece dos veces ante los tribunales donde uno de los jueces lee aceleradamente un resumen de los hechos relevantes. La velocidad de la lectura (que se asemeja al final de la mayoría de nuestras propagandas radiales) hace que todo se vea como un procedimiento rutinario que raya en el absurdo, una especie de comedia amarga cuyo resultado se decidió mucho antes de comenzar.

La película retrata la espiral descendente de injusticias de una forma reposada y majestuosa. Kolya se agita y sufre, se emborracha y pelea, es irracional y sentimental, pero todo lo vemos a lo lejos, con una cámara que se mueve lenta y elegantemente alrededor de los personajes.

Zvyagintsev matiza a su héroe, mostrándolo como un tipo problemático y propenso a la violencia, pero su combatividad solo resalta el poder absoluto y terrorífico de las instituciones a las que se enfrenta. Son, efectivamente, leviatanes con corazón de piedra, impenetrables por lanzas, espadas o jabalinas, monstruosamente intocables.

Cuando se supo de su nominación al Oscar en la categoría de mejor película extranjera, el ministro de Cultura ruso, Vladimir Medinsky, la amenazó explícitamente: “Películas que no solo se centran en criticar a las autoridades actuales sino que abiertamente les escupen (…), llenas de desesperanza sobre nuestra existencia, no debían ser financiadas con dinero de los contribuyentes”.

Fue una declaración iluminadora. Si acaso quedaba alguna duda sobre la soberbia y el poder ilimitado de estos leviatanes que retrata la película, el señor Medinsky se encargó de despejarlas.


Cartelera
**** Excelente  ***½ Muy buena   *** Buena   **½ Aceptable  ** Regular  * Mala



Whiplash: música y obsesión ** ½
Retrato de una relación sadomasoquista entre un profesor y un aspirante a baterista, donde la música parece una labor de machos sin lugar para el disfrute.

Corazones de hierro ***½
Emocionante y cruda, la versión de la II Guerra Mundial del director David Ayer sigue a un tanque en la invasión de los Aliados a Alemania en 1945.

El Babadook ***½
Excelente película australiana de terror, llena de resonancias, donde una mujer con un hijo desesperante enfrenta a un monstruo con sombrero de copa.

El destino de Júpiter *½

El regreso de los Wachowski (The Matrix) al cine de ciencia ficción es visualmente rico, pero absurdo y desordenado.