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Maggie Smith, Kevin Kline y Kristin Scott Thomas protagonizan este drama que se destaca por sus interpretaciones.

CINE

Mi bella (y vieja) dama

Un estadounidense llega a París para reclamar una herencia en esta meditación sobre los lazos que unen a los hijos con sus padres. ***

Manuel Kalmanovitz G.
23 de octubre de 2015

Título original: My Old Lady
Año: 2014
País: Estados Unidos
Director: Israel Horovitz
Guion: Israel Horovitz basado en su obra de teatro
Actores: Kevin Kline, Kristin Scott Thomas y Maggie Smith
Duración: 107 min


El problema central de Mi bella (y vieja) dama es una herencia que, como todas las herencias, es al mismo tiempo una bendición y una condena. El heredero es Mathias Gold (Kevin Kline), un cincuentón estadounidense que llega a un gigantesco apartamento en un barrio central de París a tomar posesión de lo que su padre le legó en su testamento.

La bendición es clara: heredó el apartamento que “debe valer una fortuna”, como dice Gold con los ojos desorbitados viendo los 400 metros cuadrados de bien raíz en una de las locaciones más deseadas del planeta, con dos pisos llenos de cuartos y, frente a las ventanas de la sala, un jardín igualmente enorme.

Pero la condena no tarda en manifestarse encarnada en una anciana, Mathilde Girard (Maggie Smith), que vive en el apartamento con su hija Chloé (Kristin Scott Thomas), y que, gracias a una figura de la ley francesa denominada viager, tiene derecho a vivir ahí hasta su muerte, recibiendo una mensualidad de parte del propietario.

Al comienzo, la película del prolífico dramaturgo Israel Horovitz (ha escrito más de 70 obras de teatro, aunque esta es su primera película como director) retrata el choque cultural entre el estadounidense materialista y urgido de dinero y sus dos inquilinas francesas, quienes reposan cómodamente en un ambiente lleno de antigüedades desde donde es posible ver que hay cosas que no tienen precio.

A medida que avanza la película, este contraste inicial se transforma y Mi bella (y vieja) dama se convierte en una reflexión más abstracta sobre ese carácter doble de las herencias, que obligan a los beneficiarios a hacer un balance con el pasado donde queda en evidencia su capacidad tanto de encadenarnos como de darnos forma.

La interpretación que Kline hace de Gold va desde una arrogancia rabiosa hasta una sensación de desamparo total. El hecho de que se trate de un señor hecho y derecho convierte a ese desamparo y esa rabia en un espectáculo incongruente, como si el niño que fue hace tiempo siguiera presente detrás de esa cara mal afeitada, de las canas y las arrugas que trajo el tiempo.

Agudamente, la película muestra que la relación que une a los hijos con los padres —y, en particular, las carencias que se sintieron en la infancia— los marca de por vida. Y aunque los reclamos de los hijos pueden tener un elemento de egoísmo, de queja por afectos no recibidos, por olvidos y carencias, también queda claro que es posible superarlo con la sanación que ofrece darse cuenta de su peso y expresar su dolor.

En su recorrido, Mi bella (y vieja) dama insinúa oscuridades y tragedias que no termina de mirar frontalmente. Tras mostrar a estos personajes como seres heridos, traumatizados y adoloridos por un pasado sobre el que no tenían ningún control, ofrece una redención fácil, que desentona con la complejidad que había construido hasta ese momento.

Pero es un defecto menor, que no empaña el placer poco común de ver actores veteranos que han afinado su oficio de semejante manera.

Cartelera

**** Excelente  ***½ Muy buena   *** Buena   **½ Aceptable  ** Regular  * Mala



Suave el aliento ***
Esta película del colombiano Augusto Sandino muestra melancólicamente el sufrimiento de tres generaciones de una familia.

El gran pequeño *
No hay nada más que estereotipos en esta película de un niño con una gran fe que espera el regreso de su padre de la Segunda Guerra Mundial.

Sin escape **1/2
Una familia de estadounidenses se ve atrapada en un país tercermundista en medio de una revolución.

Muestra internacional documental de Bogotá ***
Entre el 27 de octubre y el 4 de noviembre se realiza este festival que difunde el cine de no ficción.