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Un fanático celebra la obtemción de la sede del Mundial 2022 para Qatar. Foto: AFP

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¿Qatar compró el Mundial 2022?

Prensa británica afirma que los organizadores del Mundial de 2022 pagaron 3,7 millones de euros por votos a favor de su candidatura.

2 de junio de 2014

Los escándalos alrededor del Mundial de 2022 en el minúsculo petroestado de Qatar no paran. En diciembre de 2010 el emirato obtuvo la organización de la Copa Mundo por delante de Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y Australia.

Según el Sunday Times fue gracias a una intensa política de sobornos. El diario británico aseguró que tiene correos electrónicos, faxes y transferencias bancarias que demuestran que el exdirectivo de la FIFA Mohamed Bin Hammam pagó 3,7 millones de euros a responsables de fútbol africanos para comprar su apoyo a la candidatura de Qatar 2022.

Según el Times, a pesar de que la gran mayoría de esos directivos no tenía derecho a voto, Hammam buscó generar una oleada de apoyo alrededor de la candidatura qatarí para influir de manera directa sobre los cuatro miembros africanos del comité de la FIFA, que sí participaron en esas elecciones. Hammam, de origen qatarí y expresidente de la Comisión Asiática de Fútbol entre 2002 y 2011, ya fue acusado de corrupción en 2011 durante las elecciones a presidente de la FIFA (aunque luego fue absuelto por falta de pruebas).

De acuerdo con la investigación, el exdirectivo de la FIFA usó fondos controlados por su empresa constructora (Kemco) para realizar transacciones de hasta 146.000 euros a cuentas de los presidentes de 30 asociaciones de fútbol africanas. Además, organizó fiestas y eventos para los directivos, repartiéndoles hasta 293.000 euros en efectivo así como regalos y viajes en jet privado.

Bin Hammam también se gastó 305.000 euros para asegurarse que el representante de Oceanía en el comité de la FIFIA fuera cercano a su causa y le dio, meses antes del voto clave, 1,6 millones al exdirectivo de la FIFA Jack Warner, exmiembro del comité por Trinidad y Tobago, también envuelto en escándalos de corrupción.

Las explosivas revelaciones llegan dos semanas después de que Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, dijera en una entrevista que “fue un error otorgar el Mundial-2022 a Catar”. La organización mundial del fútbol no descartó volver a organizar una votación si se demuestra la compra de votos. "Yo no tendría ningún problema si se recomendara una nueva votación", afirmó el vicepresidente de la FIFA Jim Boyce.
Los organizadores de Qatar 2022 rechazaron las acusaciones de soborno y dijeron que Mohamed Bin Hammam no cumplió "ningún papel oficial o no oficial" en el proceso de solicitud. Una defensa resbalosa, pues Hammam hizo lobby para llevar el Mundial a su país.
Hace un año la revista France Football reveló un correo interno de la FIFA en el que el secretario general, Jerome Valcke, escribió hablando del dirigente deportivo catarí Mohamed Bin Hammam: “Piensa que puedes comprar a la FIFA como compraron la Copa del Mundo”. Aunque Valcke dijo que era un comentario “jocoso”, también se supo que la delegación francesa apoyó la candidatura árabe a cambio de inversiones en petrodólares.

Pues para el multimillonario emirato, el deporte es uno de los brazos de su poder geopolítico. Ya tienen un Mundial, quieren hacer Juegos Olímpicos, en 2001 compraron el París Saint Germain y los derechos televisivos de la Liga francesa y patrocinan el Barcelona.

También estalló el escándalo del trabajo esclavo en las obras mundialistas de Qatar. El diario británico The Guardian y después la ONG Amnistía Internacional denunciaron que inmigrantes nepaleses e indios construyen en Qatar las obras mundialistas en condiciones más que precarias.

A muchos les quitan sus papeles apenas llegan, no les pagan sus sueldos y trabajan jornadas de más de 12 horas sin seguridad, descanso ni alimentación. Según la investigación, en estas condiciones podrían morir alrededor de 4.000 obreros antes de que empiece el Mundial.