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CAMILO DIAZ.

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Adiós a las horas silla

Uno de los cambios que va a permanecer es el teletrabajo que llegó para quedarse el foco en la productividad será la constante.

26 de junio de 2021

Uno de los cambios mas abruptos que instauró la propagación del coronavirus es la forma como se relacionan empleadores y colaboradores, en Colombia particularmente el trabajo en casa se instauró de manera obligada, empresas de todos los sectores tuvieron que enviar a sus empleados a trabajar desde casa para cumplir con las cuarentenas obligatorias, y para poder operar los negocios parcialmente.

Pasado un año largo desde que se inició el cierre de la economía y se instauraron las medidas restrictivas, el teletrabajo es un cambio que perdurará en el tiempo, los colaboradores lo van a pedir, así mismo las empresas se han dado cuenta que no solo es una forma de disminuir costos, sino que inclusive, aumenta la productividad laboral, mejora el bienestar de los empleados y además contribuye a resolver los problemas de tráfico y saturación de los sistemas de transporte masivo.

Antes de la pandemia del coronavirus la costumbre arraigada era ver a los empleados llegar en masa desde por la mañana y luego al final de la tarde ver su regreso a casa. Esa rutina diaria es altamente ineficiente para la economía y para las propias empresas. El tiempo que se evapora en los atascos del tráfico puede ser convertido en tiempo de calidad para los empleados y sus familias y en productividad para las empresas.

El foco ya no serán las horas silla que un empleado gastaba detrás de un escritorio para demostrar su asistencia al puesto de trabajo o para que el “jefe lo viera”, ese pensamiento esta mandado a recoger para unos y otros. El foco ahora será la productividad laboral vista como la capacidad de los colaboradores para lograr los objetivos organizacionales o su contribución para alcanzarlos. En ese sentido el teletrabajo resulta ser un aliado porque permite medir de manera más eficiente cual es la contribución de los ejecutivos y colaboradores en la consecución de las metas corporativas, se cambia el concepto de cumplimiento de horario, a logro de objetivos y efectividad.

Por su puesto no se puede pensar en trabajo remoto al ciento por ciento, más bien lo que sucederá es una mezcla de trabajo en casa con asistencia presencial, esto porque sigue siendo relevante la interacción social de los equipos de trabajo y la reafirmación de la cultura de cada empresa depende en gran medida de esa interacción y de los intercambios que se dan a diferentes niveles cuando existe la presencialidad. Por ejemplo, para los colaboradores con poca experiencia o recién llegados es relevante tener intercambio permanente con compañeros y superiores. Igualmente, para los equipos de trabajo que tienen a cargo proyectos especiales es necesario el intercambio de ideas y sostener charlas presenciales para tomar decisiones.

Así mismo el teletrabajo no es viable en todas las posiciones, los servicios de salud, la educación, y las operaciones productivas entre otras requieren la presencialidad como constante, mientras que muchas otras actividades no. El giro va a estar concentrado en cómo se manejarán las nuevas relaciones laborales y el punto donde existe la desconexión del trabajo y en algunos casos el manejo de información confidencial.

Mientras el trabajo en casa gana terreno y contribuye con la productividad, no deja de preocupar la tasa de desempleo que sigue por las nubes aun cuando la economía ha iniciado a despegar. En abril el desempleo se ubicó en 15,1% para el total nacional, sin embargo, en los hombres jóvenes entre 14 y 28 años el desempleo es del 17,9%, peor aún, en las mujeres jóvenes el desempleo escala a un alarmante 30,1%

Esas cifras son una importante razón para que los esfuerzos desde el Estado y el sector privado se concentren en generar nuevos empleos, puesto que la productividad ganada con el teletrabajo es sostenible en la medida que la economía se fortalezca, y definitivamente el empleo es uno de los cimientos para ese propósito, sin que lo jóvenes entren adecuadamente a la vida laboral no es posible pensar en la sostenibilidad a largo plazo de los negocios.

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