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EDUCACIÓN

¿Cómo formar buenos ciudadanos?

Muchos colegios y ministerios de Educación en todo el mundo no han sabido cómo responder a esta pregunta.

5 de enero de 2017

En los últimos años, los gobiernos en Latinoamérica se han enfocado en mejorar los resultados en las pruebas estandarizadas. Las pruebas Pisa han sido un barómetro para medir la efectividad de las políticas educativas. Sin embargo, los profesores y académicos han advertido que no se puede medir a un país únicamente por los conocimientos en matemáticas, ciencias y lenguaje. Es necesario formar en competencias ciudadanas, sobre todo en un país como Colombia que quiere prepararse para superar la violencia.

Dentro de la educación hay corrientes encaminadas a formar esas habilidades desde el colegio. La psicología positiva es un buen ejemplo. Semana Educación entrevistó a Andrea Ortega, graduada en psicología positiva aplicada de la Universidad de Pensilvania, con maestría en psicología positiva social y organizacional de la London School of Economics.

Semana Educación (S.E.): ¿Qué es la psicología positiva?

Andrea Ortega (A.O.): La psicología positiva es un término sombrilla que engloba los factores positivos de la experiencia humana. Durante los últimos 150 años la psicología se dedicó a estudiar las patologías y los traumas y dejó de lado el estudio de los factores que contribuyen a que las personas tengan una vida plena. No solo a nivel individual, sino también a nivel organizacional y social. La psicología positiva es la ciencia del bienestar y de la felicidad.

S.E.: ¿Cómo la psicología positiva puede mejorar los procesos de aprendizaje?

A.O.: La educación positiva estudia las fortalezas del carácter que le permiten a los niños desarrollar las habilidades necesarias para tener una vida con propósito. Además, fortalece las capacidades éticas para que los niños se conviertan en miembros que contribuyan a la comunidad. La psicología positiva tiene el énfasis en las fortalezas socioemocionales, pero también en las habilidades cívicas y morales. Por ejemplo, fortalece la honestidad, la integridad, la equidad y la sabiduría, pero no para el beneficio propio sino para el bien común.

S.E.: ¿Cómo formar ciudadanos éticos? Muchos colegios y universidades prometen lograrlo, pero no lo hacen.

A.O.: Antes encontremos el problema: por qué no se ha logrado. En mi opinión, todo se ha quedado en la teoría. Todas las constituciones han dicho que uno de los objetivos de los colegios es formar la ética y la moral. Sin embargo, cuando uno revisa los planes de estudio, lo que se le enseña a los niños son cosas totalmente abstractas, teóricas. No hay una metodología para formar las habilidades. La diferencia está en que la psicología positiva ofrece un método científico que ha sido aplicado al contexto educativo que permite no solamente medir esas fortalezas que pensamos son tan abstractas, sino también empezar a transformarlas.

S.E.: ¿Qué metodologías pueden mejorar las habilidades cívicas?

A.O.: Una de las habilidades que desarrolla la psicología positiva es la consciencia. El objetivo es enfocarse en la concentración para que los estudiantes estén en el momento presente. Si los niños aprenden a desarrollar la conciencia desde pequeños, con técnicas concretas de meditación, son menos agresivos y obtienen mejores resultados académicos. Así como hay técnicas para desarrollar la consciencia, también hay otras para a la sabiduría y la resiliencia.   

S.E.: ¿Por qué no se ha logrado formar a ciudadanos cívicos en Colombia?

A.O.: Lo que ha faltado es un liderazgo a nivel de política pública. La persona a cargo no se debe enfocar Pisa o Saber, o en conseguir becas, sino en qué capacidades socioemocionales se van a enseñar para que los niños del futuro estén preparados para la paz. Esa debería ser la máxima prioridad del gobierno: los niños del posconflicto no pueden ser los mismos que se han formado a lo largo de la historia del país, tienen que tener una sensibilidad diferente. Los futuros líderes no pueden ser corruptos, es necesario formar un carácter diferente y una ética diferente.  

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