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FESTIVIDAD

¿Sabe por qué se celebra Halloween?

Si se va a disfrazar este fin de semana, no estaría mal saber cuál es el origen de esta fiesta que le permite vestirse una vez al año como un personaje fantástico. Semana Educación se lo explica.

31 de octubre de 2015

Este fin de semana las calles se llenarán de zombies, fantasmas, brujas y algún que otro superhéroe  desubicado. Halloween no es una fiesta tradicional colombiana, pero cualquier excusa es buena para pasar un momento divertido, más si es entre disfraces.

Aunque la fecha oficial de esta festividad se establece en la noche del 31 de octubre, Halloween lleva semanas tomándose las vitrinas de las tiendas, los mostradores de los supermercados y protagonizando la decoración interior de oficinas y Ministerios, como el de Agricultura. Está repleto en su interior de bombas de negras y naranjas.

La venta de calabazas y dulces se dispara durante los días previos. Una reinvención comercial y contemporánea que se aleja de la verdadera razón de ser de esta fiesta. Por qué, a estas alturas, ¿quién conoce su auténtico significado?

La palabra ‘Halloween’ surge de la contracción escocesa ‘All Hallow’s Eve’, que en español se traduce como la ‘Víspera de Todos los Santos’.

Para conocer su origen hay que trasladarse a la tradición celta del Samhain, con la que se despedía la temporada de cosechas y se daba la bienvenida al largo y oscuro invierno propio del norte de Europa.
 
Los antiguos celtas creían que en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre la línea que separa  este mundo del otro se estrechaba, dejando pasar las almas de los que ya no están entre los vivos. Los buenos espíritus eran homenajeados por sus familiares; los malos, ahuyentados. La gente se vestía con máscaras y ropajes para adoptar la apariencia de las almas malignas y así no ser dañados por estas. También se les ofrecía dulces para mantenerlos entretenidos (de ahí el juego del trick-or-treat, truco o trato en español). Los romanos adoptaron esta práctica tras la ocupación del territorio celta.

Como tantos otros convencionalismos, occidente introdujo esta festividad en su calendario cuando el cristianismo se consolidó como religión dominante del territorio. Así, se suplantó su naturaleza pagana por otra más apta para el nuevo orden religioso: pasó a ser el día en el que se homenajea a los mártires del cristianismo y a los familiares difuntos. Se le asignó el nombre de Día de Todos los Santos y se trasladó al 1 de noviembre.  A pesar de este desarraigo, la tradición anglosajona mantuvo la tradición respetando sus orígenes.

La Gran hambruna irlandesa entre 1845 y 1849 provocó una migración masiva de irlandeses a Estados Unidos y Canadá, trasfiriendo parte de su cultura a este lado del Atlántico. Halloween no fue la excepción.

Esta cita con los muertos cobró la relevancia popular, que se mantiene hasta nuestros días, a mediados del siglo XX. El modelo social consumista, que comenzó a despuntar por ese entonces, hizo su tarea: posicionar la venta masiva de disfraces, dulces y cualquier simbología que indicara que era un día para el entretenimiento y la diversión. La industria de la publicidad se sumó a este llamado.

Ahora bien, la internalización de Halloween propiamente dicha vino de la mano del séptimo arte, con el estreno en los años 70 de la película de terror ‘La noche de Halloween’ de John Carpenter. A partir de ahí, la importación masiva de la Víspera de Todos los Santos, primero en los países anglosajones, luego en el resto del mundo occidental.

Y todo ello a pesar de las constantes críticas de colectivos cristianos que se suceden cada 31 de octubre. Esta semana, el obispo de Cádiz, España,  tachó esta celebración de ‘fiesta anual más importante de los seguidores de Satán” y prohibió a dos hermandades organizar dos actos solidarios a favor de los niños porque en estos se desarrollaba esta temática. 

Otro caso, el del concejal de la familia de Bogotá, Marco Fidel Ramírez. El año pasado compartió un video en su cuenta de Youtube en el que aseguró que tenía la responsabilidad de “alertar a los niños y sus padres de que esta es una fiesta que acerca al ocultismo, la brujería y el satanismo”.