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Pierre Onzaga Ramírez

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¿Posible unir al país en contra o a favor?

Se nos ha vendido la división como único mecanismo de elección, le han dicho que únicamente puede elegir entre seguridad y educación, entre desarrollo y ambiente, y así sucesivamente

17 de junio de 2021

Desde esta columna, hemos tratado varias ópticas que nos han dado luz frente a las oportunidades del poder y, además, sobre cómo éste, estando claro al servicio del ser, podría visualizar caminos juntos para transitar hacia ese estado que tal vez siempre hemos querido ver todos los colombianos.

Por años, se nos ha vendido la división como único mecanismo de elección, le han dicho que únicamente puede elegir entre seguridad y educación, entre desarrollo y ambiente, y así sucesivamente; pues ahí, los grandes equivocados siempre hemos sido todos nosotros, sí, todos aquellos que compramos esos argumentos de escasez basados en la división del pueblo colombiano en dos facciones.

Actualmente, enfrentamos una de las situaciones más duras post-paro y durante la pandemia que hemos podido enfrentar en toda la historia de la República. Sepa, señor lector, que las pérdidas por el paro sumaron a la fecha cerca de 20 billones de pesos.

Gracias al paro de Petro, Fecode y los 3 alcaldes de izquierda cerraron más de 40.000 empresas, sumadas al cierre definitivo de más de 500.000 empresas pequeñas del país por la pandemia. Esto no solo ha aumentado las cifras de desempleo en Colombia, sino que también aumento la pobreza en nuestro país.

A este contexto triste, hay que sumarle “líderes” que se paran únicamente en su ego y necesidad de poder como Petro, Fecode, Bolívar, López, Ospinas, Cepedas y otros tantos que solamente han encendido la hoguera con el ánimo de acabar la empresa privada en Colombia y empobrecer más y más a la gente; claro, para mostrarse ellos como los grandes “salvadores” en medio de la crisis que ellos mismos propician, como ya fue evidente con el video de Alarcón de Fecode donde descaradamente admite que el paro hace parte de la estrategia electorera para 2022, ese pecado se debe cobrar ante los jueces de la República.

En medio de esta sin razón por la que atraviesa la gran patria colombiana estamos los ciudadanos y las MiPymes que, recuerde, señor lector, somos el 90 por ciento de los empresarios en Colombia. Con tristeza infinita por nuestros negocios cerrados permanentemente, por las pérdidas ocasionadas por los criminales que arremetieron contra nuestros negocios, y a los cuales nadie parece querer castigar, premiándolos y castigándonos a nosotros mas bien.

Las pequeñas empresas que mueven la economía colombiana, que estamos pensando maneras para salir de esta situación, aportándole al país ya no solo con nuestros trabajos y creación de empleos, sino con la idea de construir un país de empresarios sólidos, que sean líderes de las grandes transformaciones que requiere el país y en la generación de empleo, inclusive aumentándola exponencialmente con nuevas ideas para que sean más los que trabajamos por Colombia y disminuir la tasa de los pocos que la quieren destruir desde las tribunas de la izquierda radical y los grupo criminales que están detrás.

Un país de empresarios será posible no solo cuando las condiciones impositivas y legales para nosotros evolucionen, sino también cuando comprendamos como grupo de interés (los empresarios) qué alcance y qué poder realmente tenemos, cuando comprendamos que estar apáticos, parados solamente en nuestro trabajo, no hará la diferencia; y, ante todo esto, pasará cuando logremos construir de manera conjunta, desde lo que nos une en lugar desde lo que nos divide.

Lo que quiero decir es que esto solo se logrará en la medida que entendamos que la unidad per se no se debe construir con la gente que no está en la legalidad, ya estamos viviendo que esto genera más impunidad y por ende mayor malestar social. La unidad en Colombia realmente existirá en el momento en que creemos estos acuerdos incómodos que no hemos querido hacer juntos.

Sí, ponernos de acuerdo en qué es aquello en lo que como nación, como República, NO TOLERAREMOS JAMÁS y, en simultáneo, aquello en lo que ESTAMOS DE ACUERDO. Si usted se fija, señor lector, estos son los dos postulados que siempre han sido contrapuestos, pero que a partir de ahora vamos a esgrimir con el fin de establecerlos de manera conjunta desde la sociedad que busca su propio bienestar.

A esto, estimado lector, no lo denomino de otra manera que como ese acuerdo generacional fundamental, el cual -por supuesto- jamás será una constituyente, pero que sí tendrá el poder del mandato popular para reformar cosas que no están funcionando tan bien o que no existen hoy: como las altas penas a los delitos, una reforma seria a la justicia, entre otros.

Dicho acuerdo busca lo que nos une, pero también establece un acuerdo sobre lo que esta sociedad en su mayoría no tolera: los grupos armados ilegales, la corrupción, los bloqueos ilegales, el irrespeto a la autoridad. Además, abordará otros puntos clave como ampliar el número y la cobertura de las instituciones educativas y de salud a regiones apartadas, carreteras que nos permitan sacar las cosechas que producimos, mejorar las cadenas de abastecimiento con la creación de nuevos clústeres empresariales ciudadanos, incluso reducir el tamaño y el alcance del estado.

Los empresarios, al ser los mayores generadores de empleo, buscamos que este país sea fuente de luz, abundancia y desarrollo para muchos otros que la están perdiendo como nuestro hermano Chile en la debacle de su constitución a manos de la izquierda más comunista del continente. Para esto estamos construyendo ese frente amplio de empresarios que promueve el cambio, que busca las transformaciones de fondo que la sociedad no ha podido hacer por falta de acuerdo, voluntad y exceso de corrupción.

Un frente que proteja el sistema de libre empresa, fomente el emprendimiento, el desarrollo de comunidades que históricamente han sido olvidadas; que, además, sea capaz de co-crear proyectos asociativos entre comunidades y empresarios con el objetivo de ejemplificar el desarrollo empresarial, el empleo y el comercio mismo con ciudadanos que quieren salir de la pobreza y están dispuestos a aliarse, a trabajar, a ser socios de nuevas iniciativas que nos darán la base del país de empresarios que todos soñamos.

Los empresarios tenemos el conocimiento para generar un valor compartido que beneficie a la sociedad, al ambiente y a la economía en conjunto. Podemos, mediante esta construcción de alianzas entre empresarios, visualizar un trabajo colectivo que nos dé margen para aportarle aún más a la sociedad, ya nuestros impuestos construyen colegios, carreteras y pagan sueldos públicos, ahora es el momento de que la comunidad misma se involucre directamente en la solución de sus problemas y de la mano de los empresarios logre esas transformaciones que con esfuerzo y trabajo se lograrán.

Colombia siempre ha sido un país de gente pujante, de trabajadores dedicados, de empresarios pequeños y medianos en su mayoría; de personas de bien que buscan pagar sus cuentas, educar a sus hijos en valores y en saberes; de personas que mayoritariamente aman a su país, a sus instituciones, que votan conscientemente y que buscan lo mejor para los suyos.

Entonces ¿por qué no, lograr entre todos que este sea el momento de llevar a cabo el gran trabajo colectivo de transformar la mentalidad de todos los colombianos, de crear una gran visión conjunta de país, que nos lleve a trascender en la región y esa violenta historia que nos precede?, ¿por qué no ser fuente de un gran cambio de mentalidad que nos lleve a ser el país de empresarios y líderes altamente competitivos que estamos llamados a ser?

¿Qué hace falta?: Únicamente voluntad de pararnos en lo que nos une en lugar de lo que nos divide, de crear puentes para establecer una gran visión de país que nos lleve al siguiente nivel.

Para lograr este nuevo momento de país, donde los empresarios y todos los ciudadanos jugaremos el rol indispensable de la acción colectiva, solo hace falta comprender que es indispensable dar el primer paso de unirnos en contra de lo que no toleramos y a favor de lo que sí queremos lograr, e inmediatamente después ponernos manos a la obra…

Espere pronto la columna sobre EL NUEVO PODER.

Pierre Onzaga Ramírez

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Twitter: @pierreonzaga