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Eugenio Derbez, de 62 años, saltó a la fama mundial con su personaje en la película No se aceptan devoluciones, que él mismo dirigió y protagonizó.
Eugenio Derbez, de 62 años, saltó a la fama mundial con su personaje en la película No se aceptan devoluciones, que él mismo dirigió y protagonizó. | Foto: afp

Entrevista

Eugenio Derbez: el popular humorista mexicano conversó con SEMANA; revela cómo luchó contra la timidez y sus coqueteos con la política

Eugenio Derbez estuvo en Colombia para presentar en Bogocine su más reciente película, ‘Radical’, una historia de la vida real inspirada en un revolucionario maestro. El reconocido actor conversó con SEMANA.

Redacción Gente
18 de noviembre de 2023

Sergio García es un joven profesor de sexto grado que llega en 2011 a dictar clases a una humilde escuela de Matamoros, una ciudad ubicada en el estado de Tamaulipas, uno de los más pobres y violentos de México, y que afrontó, hasta hace unos años, una de sus épocas más oscuras por cuenta de la guerra contra el narcotráfico.

Junto a una montaña de basura, de la que viven las familias de los alumnos de la institución educativa José Urbina López, que conocen como ‘la Escuela del Castigo’, Sergio consigue desarrollar un particular método que transforma la vida de todos esos chicos, a quienes les enseña que no existen sueños pequeños. Todo es posible: incluso llegar a la Luna.

Eugenio Derbez
Eugenio Derbez estuvo en Colombia para presentar en Bogocine su más reciente película, ‘Radical’, una historia de la vida real inspirada en un revolucionario maestro. (Photo by Theo Wargo/Getty Images) | Foto: Getty Images

Así, pese a las advertencias del escéptico director Chucho, este maestro dicta clases poco convencionales, inspirado en el docente británico Sugata Mitra, precursor del poder del autoaprendizaje. Al principio, Sergio enfrenta resistencia, pero luego enciende el entusiasmo y potencial de sus alumnos: en Paloma, la genio matemática; en Nico, tentado a abrazar las armas por culpa de una banda de narcotraficantes, y en Lupe, quien se ve obligada a cuidar de su familia debido a la ausencia de sus padres.

La poderosa historia de un profesor que hace resistencia al sistema educativo tradicional llegó hace unos años a oídos del actor Eugenio Derbez. Había salido en las páginas de la revista Wired, de manos del periodista Joshua Davis. El actor, conocido más por sus personajes humorísticos y que se dio a conocer una década atrás con No se aceptan devoluciones –la película mexicana más taquillera en todo el mundo–, sabía que con el de Sergio enfrentaría un tipo de personaje hasta entonces inexplorado en su carrera.

Y para hablar de ese reto, Derbez visitó Colombia esta semana, invitado por el Festival Internacional de Cine de Bogotá, Bogocine. Allí presentó Radical, película que recoge la hazaña de Sergio, aplaudida en el Festival de Cine de Sundance, donde ganó el premio del público, y que llegará a las salas de cine del país este 20 de noviembre.

En diálogo con SEMANA, Derbez habla de este personaje, que supone un parteaguas en su carrera. Es que se trata de la primera vez de muchas cosas: su primer protagónico dramático, su primera vez con actores naturales y la primera también en que estar en un set de grabación le produjo depresión. “Fue difícil interpretar un personaje que está vivo y que verá la película después. Por eso, quisimos que la historia de Sergio se contara de la manera más verídica posible, incluso los niños son actores naturales para que la historia se viera más real y hasta fue supervisada por el propio profesor”, relata Derbez.

Eugenio Derbez, actor mexicano. | Foto: afp

Confiesa que durante el primer mes de grabaciones de Radical estuvo “muy deprimido. Siempre en las grabaciones de mis otras películas me la pasaba riendo. Pero en Radical grabamos en un basurero, todos los días tenía escenas fuertes, diálogos duros, debía ir a lugares oscuros, se filmaba en circunstancias muy duras, en medio de tantas carencias. Yo grabé durante dos meses, pero lo difícil realmente era comprender que esa es la realidad diaria de miles de personas. Eso me deprimió. Me gustó el resultado y todo lo que ha pasado con esta película, pero no el proceso”, asegura el actor de 62 años.

Aclara que Radical, “más que contar una historia sobre educación, que a mí mismo me daría flojera ver, habla de cómo un maestro descubrió un método que les cambió la vida a los niños. Una historia inspiradora que te hace reír, te hace llorar, te enoja, pero al final sales del cine con esperanza: las cosas pueden cambiar a pesar de tener todo en contra”.

También cuenta que Sergio le ‘regaló’ algo que anteriores personajes le han negado, incluso el de Eugenio Villalobos –el estricto maestro de piano que interpretó en Coda, filme que se quedó con el premio Óscar a mejor película en 2022–: “Ser tomado en serio”.

Y se explica: “Para mí, la comedia es un arte. Porque es más difícil hacer reír que hacer llorar. Pero haciendo drama me siento más respetado”, dice Derbez.

“¿Tú, comediante?”

Eugenio González Derbez –nombre real del actor– es hijo de la reconocida y fallecida actriz de la Época de Oro del cine mexicano Silvia Derbez, que trabajó junto a figuras como Jorge Negrete. Por ello, asegura que su infancia transcurrió feliz, en medio de sets de grabación, libretos y las historias de una madre que, a contracorriente y desoyendo las críticas sociales, intentó ganarse la vida como intérprete.

“Era una mujer que a las tres de la mañana la veías despierta, repasando libretos, y a las pocas horas nos estaba preparando el desayuno, le tocó muy duro”, cuenta Derbez.

Pero, a pesar de ese legado, que el mayor de los hijos de Silvia terminara como comediante y actor sorprendió a todos en casa. “¿Tú, comediante?”, preguntó ella con asombro al joven que siempre se había caracterizado por su timidez.

“Mi mamá creyó que yo me iba a morir de hambre con este oficio. Porque nunca fui el más extrovertido, ni el que más iba a fiestas, ni el que más tenía amigos, era muy retraído”, cuenta Eugenio.

Pero es que el humor siempre estuvo en los pasillos de su propia casa. De labios de su padre, Eugenio González Salas, publicista y el primero en fundar en México una agencia de publicidad. “Él era un hombre alto y como con cara de pocos amigos. Pero te hacía reír. No era de contar chistes, pero sí de hacer apuntes graciosos, en medio de esa seriedad, que eso es más difícil aún”, recuerda el actor.

Pero el ‘debut’ más grande de Derbez como actor, que se preparó como productor y realizador de cine, solo se dio diez años atrás, en 2013, cuando dio vida a Valentín en No se aceptan devoluciones, que se convirtió en la película mexicana más taquillera. Y tiene más récords: solo en Estados Unidos recaudó 44,5 millones de dólares –en el mundo fueron más de 100– y se convirtió en la película hablada en español más taquillera.

Desde entonces, no ha parado. Ha realizado numerosos programas de comedia en Televisa y protagonizado varias películas. La revista Variety lo llama el “hombre hispano más influyente de la industria del entretenimiento”. En 2016 fue honrado con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. “No me angustia la fama. Más que eso, siempre he luchado por tener calidad en mis personajes, porque siempre he querido que mi nombre sea sinónimo de calidad. Que tú veas una película y digas que si sale Eugenio es porque va a ser buena. Y eso te cuesta muchísimos años de lucha para lograr llegar ahí”, dice el actor.

Y ha sido tal su popularidad que, desde el año pasado, su nombre ha comenzado a sonar como candidato a la presidencia de México. Todo comenzó con una encuesta del diario Reforma, que incluyó a Derbez en un sondeo que intentaba averiguar las intenciones de voto de los mexicanos. El resultado sorprendió hasta al propio actor: obtuvo el 55 por ciento de favorabilidad.

Pero como en muchas otras facetas de su vida, Derbez toma el asunto medio en broma, medio en serio. “No lo descarto” y ríe con ganas. En realidad, ha sido crítico de Andrés Manuel López Obrador, actual mandatario de México, especialmente por su polémico proyecto del Tren Maya. Hoy, muchos se preguntan entonces si busca convertirse en un nuevo actor de la política de su país.