Cultura
Fiestas de San Pacho: así se vivirá esta tradicional celebración del Chocó con más de 300 años de historia
Será un homenaje a la cultura musical y religiosa del departamento, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
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Alexander Bolaños tardó años en encontrar el instrumento perfecto. No fue amor a primera vista. Primero escogió el saxofón, pero un problema en sus amígdalas le impidió continuar. Entonces optó por un instrumento con una embocadura más pequeña —el trombón—, pero sus amígdalas no tenían la fuerza necesaria para convertir el aire en sonido. Al final, eligió el acordeón. Resignado. Expectante.
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“Pero mi mamá me dijo que no rotundamente. Ella, en su mente, pensaba que quien tocaba acordeón era un bohemio que se paraba en las equinas para apoyar las borracheras y el baile. En el pueblo había sólo dos acordeoneros y eran los de la parranda. Yo no sabía qué hacer”, recordó Bolaños.
Su última opción fue la percusión y decidió probarla. El único deseo de Bolaños era hacer música. Nada más. “Me metí y me quedé. Empecé con un primer grupo, tocando platillo. Luego monté mi grupo y llegó el compositor Epifanio Marmolejo y nos pidió grabar una producción musical. Así surgió la primera oleada de jóvenes de chirimía en el Chocó”, añadió.
Ahora Bolaños, conocido como Alex Pichi, es un ícono de la chirimías: una de las apuestas artísticas más importantes de las Fiestas de San Pacho, una tradicional celebración que este año se vivirá entre el 20 de septiembre y el 5 de octubre en Quibdó.
Con carrozas, comparsas, procesiones y muestras gastronómicas organizadas por los quibdoseños se le rinde homenaje a la tradición musical y religiosa del departamento.
“Para la comunidad representa la unión y el trabajo comunitario. Son todas las vivencias de nuestro pueblo. Es un espacio donde los quibdoseños hacen catarsis y tienen la posibilidad de mostrar su sentir y su querer. No es una festividad solamente, sino que también puede mostrar sus necesidades, sus protestas”, explicó Milcíades Rentería, coordinador cultural de las fiestas.
Con más de 300 años de historia, las Fiestas de San Pacho fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
“Es símbolo de la identidad cultural afrochocoana, al actualizar tanto el modo en el que se asume la experiencia religiosa, como aquello que es esencial en el dominio de la música, la danza y el teatro. Es un espacio simbólico que hace parte de la vida religiosa, social y política de esta población”, indicaron desde el festival.
La balsada franciscana
Es una imagen bella, casi excelsa. Sobre las aguas parduzcas del río Atrato se mecen varias balsas franciscanas. En ellas, los quibdoseños agitan las banderas, tocan los saxofones. Las personas bailan, cantan con orgullo. Desde el malecón, bajo el sol del mediodía, los demás contemplan este ritual religioso con atención genuina. Como si el calor fuera imperceptible.
“Se efectúa en recuerdo y como réplica del 4 de octubre de 1648, cuando Fray Matías Abad, junto con los hermanos de la etnia indígena, celebraron por primera vez a San Pacho en nuestra región”, señalaron desde el festival.
“La programación cuenta con 12 botes que representan a los 12 barrios adscritos. También va una balsa más, conformada por tres botes, donde va la imagen del santo, la delegación religiosa y los miembros de la fundación. Los botes están repletos de banderas, hay música de chirimía y gran derroche de alegría”, agregaron.
Entre las actividades programadas para celebrar a San Pacho también se encuentran los desfiles de disfraces, las comparsas organizadas por los barrios del municipio, la elaboración de cachés (una prenda artesanal), los eventos de gozos, las procesiones de fe, las eucaristías y la fiesta de cierre.
“Estas fiestas son un momento de regocijo, de encuentro con los demás. Es la verdadera esencia de nuestra cultura: el baile, la cultura pacífica, la camaradería, el gozo, la música y la devoción por San Pacho, que es nuestro patrono. A San Francisco, de joven, le gustaban las fiestas, la gente. La paz. Nosotros celebramos eso”, concluyó Bolaños.