
Opinión
Inicia tu semana con propósito: el camino a ser un ‘friday finisher’
Una persona que se denomine ‘friday finisher’ no deja cabos sueltos al cerrar la semana. Se asegura de haber terminado todas las tareas con sentido de logro y productividad hacia un propósito vívido.
Cada lunes trae consigo una nueva oportunidad. Para muchos, es apenas el inicio de una carrera contra el tiempo, una lista interminable de pendientes que parece no tener fin. Pero para un líder consciente, el lunes es mucho más que eso: es la invitación a reconectarse con un propósito, a una búsqueda significativa que da dirección y sentido a todo lo que hacemos.
Un líder que inicia su semana desde el propósito no solo organiza su agenda: organiza su energía, sus intenciones y su impacto. Porque no se trata de ‘hacer más’, sino de hacer lo que realmente importa.
El lunes como un ritual de conciencia
Imagina por un momento que al iniciar la semana no te preguntas: ¿qué tengo que hacer?, sino ¿quién quiero ser y qué quiero aportar? Esa diferencia lo cambia todo. El lunes deja de ser un día pesado y se convierte en un punto de partida lleno de claridad y poder.
Cuando alineamos nuestras acciones con un propósito más grande, cada reunión cobra sentido, cada decisión adquiere peso y cada conversación se transforma en una oportunidad para acercarnos a nuestra mejor versión.
Los objetivos semanales son importantes, pero no bastan si no están vinculados a un propósito profundo. Un CEO o un líder puede proponerse cerrar un negocio, lanzar un proyecto o mejorar los indicadores de la empresa. Sin embargo, cuando esas metas se conectan con algo más grande como impactar la vida de otros, transformar una industria, inspirar a un equipo, adquieren un poder multiplicador.
En mi caso, busco cada semana avanzar en la aceleración de la transición energética en el sector privado del país. Pienso en cómo llevar agua potable a comunidades vulnerables, en cómo puedo aportar en mi propio metro cuadrado con lo que sé y soy.
La productividad sin propósito es una trampa. Avanzamos, sí, pero hacia ninguna parte. El verdadero liderazgo surge cuando nuestras metas son vehículos de transformación, no simples tareas por cumplir.
El poder de cerrar con coherencia
Convertirse en un friday finisher, una persona no significa tachar cada ítem de la lista, sino terminar la semana con la certeza de haber avanzado en lo que realmente tiene valor. Es mirar la semana desde el viernes y decir: no solo logré resultados, también honré mi propósito.
Esa sensación de coherencia es la que inspira a los equipos, la que genera confianza en los clientes y la que fortalece al propio líder en su camino. Ser un friday finisher es más que un logro personal: es un acto de liderazgo que se contagia. Sin embargo, algunas semanas pueden traer retos, dificultades, frenos que pueden alejarnos de las metas y que conectadas con nuestro propósito los podemos abordar de forma más consciente para una siguiente semana.
La pregunta que deberíamos hacernos todos los lunes de forma amorosa es sencilla pero poderosa: ¿mis metas de esta semana tienen sentido? Si la respuesta es no, quizás sea momento de replantearlas. Porque las metas sin propósito desgastan, mientras que las metas con propósito nos renuevan.
Un líder que inicia su semana con esa claridad se convierte en un faro para los demás. Inspira no solo con sus logros, sino con su capacidad de mantener la brújula firme en medio del ruido y la velocidad del mundo empresarial.
La invitación es clara: que no dejemos que nuestras semanas se conviertan en una carrera sin dirección. Que cada lunes sea un recordatorio de que nuestro liderazgo se fortalece cuando nuestras metas están enraizadas en un camino con sentido. Y que cada viernes, al cerrar la semana, podamos sonreír con la certeza de haber avanzado no solo hacia objetivos cumplidos, sino hacia un propósito vívido. Porque al final, el verdadero éxito de un líder no está en cuánto logró, sino en cuánto sentido tuvo lo que hizo.
Alexa Oviedo, CEO de O3 Smart Cities
