Johana Neira, vicepresidente de Negocios en FGA Fondo de Garantías

Opinión

Liderar desde la empatía y la autenticidad

El estilo de liderazgo determina en gran medida la percepción del clima laboral y el compromiso del equipo. Ejercer un cargo jerárquico es un concepto obsoleto. Cada vez más se trata de guiar, escuchar y valorar a las personas.

Por: Johana Neira
9 de octubre de 2025

Durante mucho tiempo se relacionó el liderazgo con un rol de poder: una persona con cierta posición jerárquica y un grupo que le obedecía. Sin embargo, con los años ese modelo se ha quedado obsoleto. Hoy sabemos que el verdadero liderazgo no se construye con rangos o títulos, sino a raíz de la confianza y respeto que se despierta en los equipos.

Estoy convencida de que liderar implica articular visiones distintas y crear espacios donde las diferencias se conviertan en motor de construcción colectiva, ya que los grandes resultados no dependen de una sola voz, sino de una combinación de miradas y opiniones que aportan. Esto, sin duda, abre la puerta a un liderazgo más humano, más cercano y, sobre todo, más efectivo.

El informe State of the Workplace 2025 de la consultora Gallup señala que, el 70 por ciento del compromiso de un equipo depende directamente de su gerente. Por su parte, el estudio TWB Liderazgo 2025 realizado por Great Place to Work® y Michael Page revela que, en Colombia, el 87 por ciento de la percepción del clima laboral está determinada por el estilo de liderazgo. Ambos hallazgos refuerzan aún más la idea de que la experiencia laboral ya no solo se define por el salario o los beneficios, sino por la forma en que las personas se sienten guiadas, escuchadas y valoradas por quienes lideran.

Yo, personalmente, lo he aprendido en mi día a día. Discrepar respetuosamente y ofrecer alternativas está lejos de ser un problema, solo enriquece el camino hacia nuevas perspectivas y soluciones. De hecho, cuando el equipo no está de acuerdo y propiciamos espacios para que opinen y propongan, no estamos cediendo el poder, lo estamos multiplicando ya que fomentamos el pensamiento crítico y la participación activa. Por eso, valoro cuando alguien levanta la mano para hacerse escuchar.

También, creo que la posición de líder va más allá de dominar un tema, contar con amplia experiencia, años de formación o tener un cargo importante. Liderar implica reconocer que somos humanos y que, como tal, nos equivocamos, nos agotamos y necesitamos apoyarnos en otros. Esa transparencia y vulnerabilidad es un punto de conexión con los equipos ya que actualmente no quieren personas inalcanzables, sino que buscan conectar con líderes que inspiren, escuchen y entiendan que el éxito nunca es individual.

Además, hay que tener en cuenta que para ejercer este tipo de liderazgo se requiere de autoconocimiento. No podemos guiar a otros si no entendemos primero quiénes somos, qué nos motiva y cuáles son nuestras limitaciones. Cuando un líder se conecta con su propia autenticidad, logra inspirar de manera genuina, porque actúa desde la coherencia.

Ese liderazgo auténtico se cultiva en la forma cómo tratamos a las personas, en la consistencia entre lo que decimos y hacemos y en la capacidad de crear entornos seguros donde cada uno, desde su singularidad, sienta que suma y que importa. Ahora bien, ¿cómo equilibrar ese liderazgo auténtico con la responsabilidad de marcar un rumbo claro y tomar decisiones firmes? Desde mi punto de vista, se logra con visión estratégica. No se trata solo de escuchar opiniones y sugerencias, sino de integrarlas dentro de un marco común que oriente al equipo.

Dar espacio a los demás es valioso, pero si no se acompaña de una visión clara y objetivos definidos, corremos el riesgo de que cada quien avance hacia direcciones distintas. Allí está el verdadero reto: mantener un equilibrio entre la apertura y la determinación, entre la cercanía y la claridad estratégica, de manera que todos avancen hacia metas precisas y compartidas.

Al final, no es cuestión de rangos ni posiciones. Creo que todos estamos aquí para servir y dejar una huella -bien sea en tu trabajo, familia, entorno social u otro- porque el verdadero liderazgo se trata de escuchar, cuidar, influir y construir con propósito.

Johana Neira, vicepresidente de Negocios en FGA Fondo de Garantías

Noticias Destacadas