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Dos visiones: los catalanes, divididos casi por partes iguales

Ahora mismo en Cataluña, y tras la crisis, hay dos sectores: el constitucionalista y el independentista. Estos son dos voceros representativos.

16 de diciembre de 2017

Borrell: “Nuestro objetivo es tender puentes”

Una de las manifestaciones más multitudinarias (conocida como la de la mayoría silenciosa contraria a la secesión) fue convocada en Barcelona el 8 de octubre por Societat Civil Catalana (SCC) y respaldada por los partidos del bloque constitucionalista. Tuvo un claro protagonista: Josep Borrell, ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente durante el gobierno socialista de Felipe González (1991-1996) y presidente del Parlamento Europeo (2004-2007).

SEMANA: ¿Cuál es el origen del conflicto?

JOSEP BORRELL: Para el independentismo Cataluña fue siempre una nación; según ellos, son la democracia más antigua. Esto hace parte de sus mitos fundadores. Pero el conflicto más reciente se ha venido incubando desdeque se puso en aplicación el Estado autonómico. El independentismo ha sido desleal y desde el principio usó los poderes autonómicos para crear un relato de España contra Cataluña. Por otra parte, la revisión que hizo el Tribunal Constitucional del Estatuto de Autonomía es un agravio que los independentistas magnifican. Sobre 270 artículos solo modificaron una veintena. Aunque someter a referéndum un texto estatutario que no había pasado el test de constitucionalidad fue un grave error político.

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SEMANA: ¿Qué resultados esperan?

J.B.: Que no haya un gobierno independentista otra vez. Queremos conseguir que los tres partidos que hasta ahora han apoyado al independentismo, muy distintos entre sí (uno representa a la clase burguesa y otro posiciones antisistema) no tengan una mayoría de escaños porque de votos no la han tenido nunca. En Cataluña habrá siempre entre un 20 o 25 por ciento independentistas esencialistas, irrenunciables. Pero hay otro 20 por ciento de independentistas por razones tácticas o coyunturales. Apostamos por adherir y convencer a estos votantes.

SEMANA: ¿Cuál es el costo económico?

J.B.: Los estudios dicen que la economía catalana crecerá un punto y medio porcentual menos en 2018. Cuando pierdes la confianza de los mercados, no te recuperas tan rápido.

SEMANA: Si salen victoriosos, ¿qué medidas van a emprender para integrar a la otra parte de catalanes que sí quiere la independencia?

J.B.: Hay que intentar reconstruir una unidad dentro de las posiciones. A los socialistas no nos gusta hablar de bloques porque nuestro objetivo no es atrincherarnos sino tender puentes. Y es fundamental, para empezar, identificar los problemas reales y resolverlos y luego demostrar que hay otros que no son reales y como tal no se pueden resolver. Hay que desenmascarar las falacias que han llevado a mucha gente a unirse a los independentistas. Falacias como España nos roba, Cataluña es un pueblo oprimido... cuando el catalán es la única lengua que se utiliza en la educación y siendo una de las comunidades que más competencias tiene.

SEMANA: ¿Cómo describiría la grieta social que está produciendo el conflicto catalán?

J.B.: Es muy grave. Afecta a los amigos, a las familias, a los compañeros de trabajo. Tiene tres dimensiones. La territorial: en algunas partes de Cataluña el independentismo es mayoritario, como las zonas rurales y en las zonas urbanas de la costa es minoritario. Hay una fractura socioeconómica: el independentismo es mayoritario en los estratos de clase media alta. Y hay etnolinguística: la población que no tiene como lengua madre el catalán es no independentista.

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SEMANA: ¿Ya se han quemado todos los puentes?

J.B.: Bueno, casi no quedaba ninguno. Y cuando miras las redes, te asustas con la violencia que destilan. Lo que está intentando hacer el Partido Socialista consiste en decir: vamos a intentar integrar a la parte de los nacionalistas que no son independentistas. Lo que ha ocurrido es un reality shock y los independentistas tendrían que haber aprendido de la realidad. Ha pasado todo lo que ellos dijeron que no ocurriría: las empresas se han ido, Europa no los ha reconocido, ningún gobierno los ha aceptado.

SEMANA: ¿Estamos frente a una guerra mediática?

J.B.: Los independentistas son los primeros en hacerla y son muy buenos en ello, mucho mejores que el gobierno. Llevan años haciéndolo con mucho dinero: con embajadas, con contactos a todos los niveles, con radios, televisiones subvencionadas (por el gobierno catalán). Durante años han machacado a los catalanes con un falso discurso antiespañol. El problema radica en que el gobierno durante muchos años no respondido. Los periodistas extranjeros se quejan de que los independentistas los convocan cada día para cualquier cosa, mientras que el gobierno no es capaz de hacerlo.

Bonvehí: “España se encuentra en estado de ‘shock’”

David Bonvehí –secretario de la organización y uno de los principales dirigentes del PDeCAT (el partido político de Carles Puigdemont)– es ficha clave en el bloque independentista. Es el nuevo nombre de la misma Convergencia i Unió de Jordi Pujol que ha gobernado a Cataluña desde el 78. Abogado de profesión, fue miembro del Parlamento de Cataluña en 2010 y 2015.

SEMANA: ¿Cuál es el origen histórico del conflicto?

DAVID BONVEHÍ: Su origen está entre 1710 y 1714. Entonces teníamos nuestra propia Cons-titución y Parlamento, aunque hacíamos parte de la Corona de Aragón (Cataluña, Aragón y parte de Valencia). El rey Felipe V no respetó nuestra autonomía y nos fusionó con Castilla. Surge entonces el sentimiento catalanista de recuperar nuestra histórica autonomía.

SEMANA: De la historia reciente, ¿cuál ha sido el momento álgido?

D.B.: El Estatut se pacta desde el gobierno. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero dice que apoyará el Estatuto que provenga de un Parlamento catalán (un 90 por ciento de la gente apoya el Estatut). Cuando el Estatut llega al Congreso de los Diputados, lo echan para atrás. Se negocia a la baja con el gobierno central y esto se somete a la votación de la ciudadanía; gana por mayoría y después llega un recurso ante el Tribunal Constitucional que acaba con los avances que incorporaba el Estatut.

SEMANA: ¿Qué resultados electorales esperan?

D.B.: Esperamos obtener entre los tres partidos: JuntsXCat, ERC y la CUP mayoría de votos y también mayoría de diputados.

SEMANA: ¿Cuándo se implementaría la DUI?

D.B.: La declaración de independencia (DUI) que votamos tenía unos trámites, unas leyes aparejadas –la Ley de Transitoriedad– y esta ley marca el inicio de la desconexión; señala los tiempos (prevé que el proceso tarde incluso años); y desemboca en un referéndum sobre una nueva Constitución en Cataluña. Se trata de una ley que es un tránsito hacia la independencia.

SEMANA: ¿Qué ocurre si el gobierno vuelve a implementar el artículo 155 tras las elecciones?

D.B.: La sociedad española está cambiando, las encuestas que tenemos dicen que la gente joven quiere vivir en democracia, quiere votar, la gente joven entiende lo que está pasando en Cataluña. Aplicar el 155 no tiene muchas posibilidades de salir bien, en la cuestión educativa, de la sanidad y de aquellas políticas que más afectan a la gente y que no se pueden gestionar desde Madrid.

SEMANA: ¿Cuál es el costo económico?

D.B.: Las empresas no se han ido, la gran mayoría solo ha trasladado su sede social y van a volver. El turismo ha bajado algo, pero poco.

SEMANA: Si ustedes ganan, ¿qué medidas van a emprender para integrar a la otra parte de catalanes que no quieren la independencia?

D.B.: Siempre hemos integrado. Aquí no hay dos países, aquí hay un solo país.

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SEMANA: Hay que reconocer que están divididos, que hay una grieta social…

D.B.: Seguramente nosotros hemos hecho algunas afirmaciones públicas que no han gustado o hemos cometido algún error. Pero en los grandes temas como la educación, la sanidad, las ayudas sociales o la infraestructura, las políticas son para todo el mundo. Incluso hay muchos castellers (máxima expresión de la cultura catalana) que no hablan catalán y esto es así. Sin embargo, aunque aquí hay una mayoría independentista, hay una mayoría que quiere que gane la Selección Española de Fútbol. La gente entiende que si los catalanes juegan aún con la Selección Española entonces debemos apoyar dicha selección.

SEMANA: ¿Ya se han quemado todos los puentes con el gobierno?

D.B.: No. Siempre va a haber puentes. El mismo Puigdemont en el exilio pide reunirse con Rajoy. Tenemos todos los puentes, y a partir del 21 de diciembre el gobierno que salga elegido deberá intentar dialogar y pactar con el gobierno español todo aquello que pueda.

SEMANA: ¿Estamos frente a una guerra mediática?

D.B.: Sí, es la guerra del Twitter. Y creo que vamos ganando. Somos una sociedad moderna, hay mucha gente joven que en este momento está interesada en la política y nos están ayudando a ganar esta guerra mediática.

SEMANA: Se habla de una campaña publicitaria basada en la simbología, la posverdad y la imagen para negociar más autonomía.

D.B.: No. Esto es mucho más pensado y profundo. Y no vamos a hacer ningún pacto con el Estado español que no haya sido votado (aprobado mediante votación) por los catalanes.