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Estos son los países más seguros para vivir si estalla la Tercera Guerra Mundial
Entre los factores analizados destacan el aislamiento geográfico, la neutralidad política, la autosuficiencia alimentaria y energética.
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La creciente tensión entre potencias como Estados Unidos, Rusia y China ha revivido el viejo temor de la posibilidad de que estalle una Tercera Guerra Mundial. Diversos informes internacionales han comenzado a analizar qué países ofrecerían mayores condiciones de seguridad en un escenario de confrontación global.
El Índice Global de Paz 2024 (IGP), elaborado por el Institute for Economics and Peace (IEP), junto con diversos estudios sobre resiliencia nacional, permiten identificar a los países con mayores probabilidades de mantenerse al margen de un enfrentamiento mundial. Entre los factores analizados destacan el aislamiento geográfico, la neutralidad política, la autosuficiencia alimentaria y energética, así como la escasa importancia estratégica en términos militares y económicos.
Uno de los elementos más determinantes para evaluar la seguridad de un país es su ubicación geográfica. Estados rodeados de océanos o cordilleras suelen estar menos expuestos a invasiones o ataques directos. Otro factor clave es la política exterior: naciones con una larga tradición de neutralidad tienden a quedar al margen de los grandes conflictos.
Finalmente, la capacidad de producir alimentos, generar energía y sostener su infraestructura sin depender excesivamente de cadenas internacionales de suministros refuerza la resiliencia frente a crisis globales.

El caso más emblemático es Islandia, que ocupa el primer puesto en el Índice Global de Paz. Su posición en el Atlántico Norte la convierte en un territorio remoto, muy difícil de alcanzar para operaciones militares de gran escala. Carece de ejército permanente, ya que su defensa depende principalmente de la OTAN, pero su escasa relevancia estratégica y su abundancia de recursos naturales, como agua dulce, energía geotérmica y riqueza pesquera, le otorgan una ventaja única en términos de autosuficiencia.
Le sigue Nueva Zelanda, ubicada a más de 1.500 kilómetros de Australia. Su distancia respecto de los grandes centros de poder, su política exterior históricamente neutral y su posición privilegiada en el Índice Global de Paz la sitúan como uno de los países más seguros en un hipotético escenario de guerra mundial. Además, su economía desarrollada, suelos fértiles y abundantes recursos hídricos le permitirían sobrellevar incluso una crisis alimentaria global.
En Asia, Bután representa un caso particular. Desde 1971, este pequeño reino del Himalaya ha mantenido una postura de neutralidad estricta, evitando alianzas militares o confrontaciones internacionales. Su geografía, rodeada de altas montañas, lo convierte en un enclave de difícil acceso. Además, su economía basada en la agricultura tradicional le asegura un nivel importante de autosuficiencia alimentaria.

En Europa, Suiza es sinónimo de neutralidad. Durante más de dos siglos, se ha mantenido al margen de los conflictos bélicos de la región. Con una economía estable, acceso a recursos naturales y una infraestructura sólida, cuenta con condiciones favorables para resistir crisis severas.
No obstante, su cercanía a potencias europeas podría exponerla a los efectos colaterales de un conflicto nuclear, como la lluvia radiactiva. Aun así, el país dispone de sistemas de búnkeres y preparación logística que reducen significativamente los riesgos.
Otro ejemplo es Fiyi, archipiélago situado a más de 4.000 kilómetros de Australia. Su aislamiento geográfico, su población reducida y un ejército de apenas 6.000 efectivos reflejan su bajo interés estratégico para las grandes potencias. Los recursos naturales abundantes —bosques, minerales y zonas de pesca— le garantizan un nivel considerable de autosuficiencia en caso de crisis global.