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Hitler dulce

Controversia en Berlín por la película "El hundimiento", que muestra el lado humano del genocida.

12 de septiembre de 2004

Una película que muestra el lado más humano de Adolf Hitler ha desatado una gran controversia moral y política en Alemania y Europa. La crítica cinematográfica aplaude su "calidad y profundidad artística", pero otros sectores consideran "vergonzoso" presentar "la parte humana de un monstruo".

Der Untergang (El hundimiento) narra los últimos 12 días de Hitler, encerrado con sus colaboradores en un búnker bajo tierra en abril de 1945 en Berlín. El führer está sumido en la depresión y enfermo con un mal de Parkinson que le causa continuos temblores en la mano izquierda, pero en estos días finales, y a pesar de que el imperio que ha construido se hunde a sus pies, consigue ser afectuoso y tierno con su novia Eva Braun, con su secretaria y con sus asistentes. Todo se derrumba, y en la derrota, la oscuridad y el encierro ocho metros bajo tierra, Hitler es más humano que nunca.

Los críticos celebran que se trata de la primera vez que el cine alemán rompe el tabú de Hitler y da por terminados 60 años de sentimientos de culpa. "Hitler siempre ha sido mostrado como un monstruo unidimensional, como una especie de vampiro genocida ávido de sangre, y lo mejor de este filme es que lo presenta sin prejuzgarlo, como un hombre acabado y a punto de morir", dijo a SEMANA el crítico alemán Andreas Kilb.

La cinta está basada en el libro Der Untergang del historiador Joachim Fest, biógrafo de Hitler, y en las memorias de la secretaria privada del dictador, Traudl Junge. La película costó 16 millones de dólares, una cifra alta para el cine europeo, y el prestigio de su productor y los actores son garantía de calidad. El productor y autor del guión es Bernd Eichinger, de La casa de los espíritus y El nombre de la rosa, y el protagonista es el austríaco Bruno Ganz, uno de los más relevantes actores europeos de hoy.

Sorprende la voz de Hitler, suave y profunda, que contrasta con el tono militar y enardecido de sus discursos. Los realizadores se apoyaron en la única grabación que existe de una conversación desapasionada del führer con sus colaboradores, y Ganz logró una caracterización perfecta. "Es realmente Hitler, cuando uno lo ve siente escalofríos", confesó el historiador Fest, quien defiende la tesis de Eichinger y Ganz de que Alemania es un país lo suficientemente "maduro" como para "soportar" esta película.

Pero muchos dudan de que Alemania y el resto del mundo hayan alcanzado esa madurez. El diario Bild cuestiona si es válido humanizar a un genocida y asegura que "los espectadores quedan perturbados e irritados", mientras las asociaciones católicas y judías han expresado su rechazo. "El problema es que en Alemania está prohibido todo lo nazi, la bandera, el himno, todo, y hablar de Hitler es inmoral y reprobable, desde niños nos siembran culpa , nos hacen sentir acomplejados por algo que hicieron nuestros abuelos, pero ya va siendo hora de quitarnos la culpa de encima por las atrocidades que cometieron nuestros antepasados y de decir que la monstruosidad también es humana", sostuvo a SEMANA el sociólogo Jochen Fengler de la Universidad de Marburg.

La película sacude y conmueve. En las tinieblas del búnker Hitler, enfermo, le pide matrimonio a Eva Braun y se casa con ella, pero las escenas más impresionantes son las muertes por propia mano de la pareja, el día siguiente a su boda, y el brutal suicidio del ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, que envenenó a sus seis hijos y luego se quitó la vida junto con su esposa.

El debate moral y político se centra en que un Hitler que ama y llora es "demasiado humano" y trastorna su visión histórica. El dirigente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Michel Friedman, dijo a SEMANA que lo peor de esta película es que "los jóvenes que saben poco del holocausto pueden llevarse una idea incluso benévola sobre el mayor asesino de todos los tiempos, lo cual abre las puertas para repetir los más horribles errores del pasado".

Este filme promete más polémicas desde su estreno el 16 de septiembre en Berlín, y seguramente se convertirá en la película alemana más vista en el planeta durante el próximo año.