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Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas. | Foto: AFP

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El presidente de Filipinas no escarmienta; ahora se comparó con Hitler

Rodrigo Duterte, famoso entre otras por haber insultado a Obama, afirmó que quería matar a tres millones de drogadictos.

30 de septiembre de 2016

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, ya acostumbró al mundo a sus declaraciones salidas de tono, pero este viernes sin lugar a dudas se le fue la mano. “Si Alemania tuvo a Hitler, Filipinas tendrá a…” y se señaló a sí mismo. Luego, continuó diciendo: “Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora aquí hay tres millones de adictos. Me gustaría masacrarlos a todos”.

De entrada Duterte se equivocó con la cifra de víctimas del Holocausto, que no es de tres millones sino de seis, pero eso palideció frente a la manera en que le puso los pelos de punta a la comunidad internacional.

En solo tres meses ya se cuentan en Filipinas 3.500 muertos, entre narcotraficantes y policías, pero el presidente prometió que su guerra contra la droga terminaría también con los consumidores. Esto, “para acabar con el problema de este país y salvar a la próxima generación de la perdición”, por lo cual aseguró que vendrían más víctimas.

Como si fuera poco, acusó a la Unión Europea y a Estados Unidos de ser “hipócritas”, pues no paran de señalar las violaciones de derechos humanos en su país mientras manejan incorrectamente la crisis de refugiados.

“Cierran sus puertas, es invierno y ellos son inmigrantes escapando de Medio Oriente. Permiten que se pudran, ¿pero están preocupados por la muerte de 1.000, 2.000, 3.000 personas?”, se preguntó.

Por esta y otras razones, Duterte, llegado al poder en mayo, se ha negado sistemáticamente a reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Afirmó que ese organismo internacional es “inútil” y amenazó con sacar a Filipinas.

"Estas declaraciones son repulsivas y el presidente Duterte tiene que retractarse y pedir disculpas", dijo el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, en un comunicado.

Además, aseguró haber recibido información de inteligencia en la que se le advierte que la CIA planea su asesinato y anunció que los ejercicios militares de sus tropas con Estados Unidos terminarían.

El ministro de Asuntos Exteriores de Filiínas, Perfecto Yasay, sostuvo que su país respetaría los acuerdos militares que mantiene con su aliado norteamericano. No obstante, Duterte ya ha expresada múltiples veces su intención de acercarse a Rusia y China, lo que generaría un claro distanciamiento con Washington, su principal aliado histórico.

El nuevo presidente filipino, de 71 años, conocido por su sangrienta guerra contra la criminalidad y su lenguaje soez, ya se había hecho tristemente famoso hace unas semanas al referirse como “hijo de …” a su colega estadounidense, Barack Obama.