Estados Unidos
Algo no encaja: Estados Unidos crece, pero las contrataciones se desploman al nivel más bajo en 16 años
Aunque la economía estadounidense sigue mostrando signos de crecimiento, las empresas están frenando nuevas contrataciones a niveles no vistos desde 2009, lo que despierta dudas sobre la verdadera salud del mercado laboral.
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Empresarios estadounidenses han comunicado planes de contratación más bajos que en cualquier otro momento desde 2009, lo cual podría señalar un giro preocupante en el rumbo del mercado laboral de Estados Unidos.
De acuerdo con el informe más reciente de la firma Challenger, Gray & Christmas, las contrataciones planeadas a lo largo de 2025 suman apenas 204.939 puestos nuevos, una reducción de 58 % frente al mismo periodo del año anterior. Aunque el dato recuerda años de crisis, el contexto actual añade matices que conviene analizar.
Por un lado, las reducciones de personal también han sido significativas: en septiembre se registraron 54.064 despidos planeados, cifra 37 % menor al mes previo, pero que suma hasta ahora 946.426 recortes en 2025, el dato más alto desde 2020.
Tal contracción simultánea en la contratación y el despido apunta a lo que algunos expertos denominan un ciclo “low-hire, low-fire”, es decir, un mercado laboral estancado que evita movimientos bruscos por parte de las empresas.

El fenómeno se agrava por la ausencia de datos oficiales recientes. Desde el 1 de octubre, el cierre del gobierno ha paralizado la publicación de estadísticas clave como empleo mensual y órdenes de fábrica. En ese vacío, los indicadores privados han cobrado protagonismo. Por ejemplo, el reporte del Bureau of Labor Statistics reportó que en agosto las ofertas de trabajo se mantuvieron constantes en 7,2 millones.
Además, el crecimiento de la nómina empresarial no agrícola (nonfarm payroll) se había reducido a un promedio de más de 22.000 puestos ese mes, con una tasa de desempleo que alcanzó 4,3 %.
Un dato aún más revelador fue la corrección de los informes laborales. El BLS anunció que entre abril de 2024 y marzo de 2025 se crearon 911.000 empleos menos de lo estimado inicialmente, lo que dobla la debilidad del mercado laboral observada previamente.
Esa revisión alimenta las dudas sobre la robustez real del empleo nacional. Estas divergencias, además del impacto de la tecnología, especialmente la inteligencia artificial, reflejan un mercado en transformación.

Frente a estos retos, las empresas parecen apostar al statu quo: conservar sus equipos más que expandirlos o reducirlos drásticamente. Esta cautela deriva de múltiples factores: la incertidumbre económica global, las políticas comerciales y migratorias agresivas, así como el temor de que la automatización reemplace labores humanas.
Por ejemplo, grupos que adoptan IA encuentran que pueden prescindir de ciertas tareas administrativas, una tendencia que anticipa desplazamientos en roles de oficina en los próximos años.
Si se prolonga este estancamiento, podría desacelerarse el crecimiento salarial, subordinando el poder adquisitivo de los trabajadores.
Si las empresas no se animan a contratar, sectores emergentes como los relacionados con energías limpias o salud podrían enfrentar escasez de personal calificado. Y, aunque algunos economistas esperan que la Reserva Federal intervenga con más recortes de tasas para incentivar la demanda laboral, el margen para maniobrar parece estrecho.
El mercado laboral de Estados Unidos está mostrando signos claros de fatiga. Que las compañías planeen tan pocas contrataciones no es un espejismo: es una señal de que el crecimiento económico no logra consolidarse en empleos sustentables.
Y mientras el cierre gubernamental impide una lectura oficial más precisa, el riesgo de que esta tendencia se prolongue podría llevar a niveles de desempleo más profundos y a una recuperación aún más lenta.