Estados Unidos
Crisis laboral en Texas: más de 470 despidos tras cierres de plantas industriales en Edinburg, McAllen y Forney
Las decisiones corporativas afectan gravemente a comunidades industriales, dejando un panorama incierto para cientos de familias.
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La industria del papel en el sur de Texas atraviesa una de sus crisis más profundas en años al enfrentar despidos masivos y cierres planificados que impactan directamente a miles de trabajadores y a la economía local.
Desde mayo hasta la actualidad, dos grandes compañías del sector han anunciado recortes de personal que totalizan cerca de 470 puestos de trabajo, principalmente en Edinburg, McAllen y Forney, zonas clave del sur texano.
International Paper Company lidera esta ola de reestructuración, con primero 127 despidos anunciados en mayo y luego otros 132 en julio, sumando 259 empleos eliminados en sus instalaciones de Edinburg y McAllen, cuya producción será trasladada a una nueva planta automatizada en Reynosa, México. Uno de los locales en Edinburg será reconvertido en almacén tras su cierre definitivo previsto para el 1 de septiembre de 2025.

En paralelo, Smurfit Westrock, empresa irlandesa dedicada al containerboard, confirmó el cierre de su planta de Forney, argumentando que la decisión responde a una evaluación rigurosa de costos, capacidad operativa y eficiencia futura.
Aunque no especificó el número exacto de afectados, el total combinado supera los 470 despidos.
Ambas compañías han expresado agradecimiento hacia sus empleados y anunciaron que ofrecerán apoyo durante el proceso de transición, sin embargo las comunidades locales ya enfrentan incertidumbre laboral y económica.
El impacto regional es considerable, ya que muchos de los puestos eliminados eran de jornada completa y su sustitución inmediata resulta poco viable.
Edinburg y McAllen dependen en parte de estas plantas para su economía local, por lo que la pérdida de empleo genera un vacío difícil de llenar a corto plazo.

Aunque no se han anunciado medidas concretas por parte de autoridades estatales o municipales, los trabajadores afectados ya comienzan a anticiparse a un periodo de inestabilidad.
Estas decisiones reflejan tendencias globales del sector: automatización, relocalización de producción a bajos costos y optimización logística en zonas fronterizas como Reynosa, donde se construye una instalación moderna para sustituir operaciones antiguas.
Este megacorte se enmarca también en un panorama más amplio: en Texas, sectores como el petróleo y la logística están lanzando alertas por recortes similares.
Chevron ha anunciado dos rondas de despidos que afectan a un total de 200 trabajadores en Midland County desde julio, y otros 575 en Houston a partir de septiembre, derivados de la integración con Hess tras una adquisición multimillonaria.
Estas acciones se inscriben en una estrategia global de reducción de hasta 20 % de su fuerza laboral para 2026. En conjunto, se registra una ola de despidos que supera los 4.100 empleos en sectores como transporte, manufactura y distribución, reflejando un panorama crítico para los trabajadores del estado.
La expectativa local se centra ahora en cómo se gestionará la transición y qué programas de asistencia laboral se implementarán. Las empresas han prometido indemnizaciones, seguro médico temporal y apoyo en recolocación, pero aún no se conocen iniciativas estatales específicas.
Las próximas semanas serán cruciales para definir si estas regiones logran contener el impacto social o si la reconfiguración industrial redefine el mapa laboral del sur de Texas.