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Assi Moosh, el demonio de Taganga, lleva tres semanas en libertad

El israelí, que es buscado por Colombia para ser juzgado por liderar una red de prostitución con menores de edad y por narcotráfico, fue dejado libre por un juez en Portugal. Empleó maniobras dilatorias.

18 de julio de 2019

Assi Ben Moosh, conocido también como el Demonio de Taganga, parece haberse salido con la suya nuevamente, luego de que un juzgado de Lisboa (Portugal) lo dejara libre pese a que las autoridades colombianas lo requieren por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, turismo sexual e inducción a prostitución.

El israelí de 45 años fue capturado el 26 de noviembre de 2017 y notificado de su expulsión del país —prohibiéndole su reingreso por 10 años— por cuenta de una medida discrecional del gobierno Santos, y aplicada por Migración Colombia, que lo consideró un peligro para la seguridad nacional, la convivencia y la seguridad ciudadana.

Desde 2007, Moosh se había establecido en Taganga, entonces un paradisíaco y apacible corregimiento de pescadores a 10 minutos de Santa Marta, cuya vida cambió cuando el extranjero, al igual que otros exmilitares de origen israelí, empezaron a comprar propiedades y a montar negocios como bares, restaurantes y hostales.

En contexto: La historia detrás del demonio de Taganga

Uno de ellos era Assi, que en un extremo de la bahía construyó un hotel de tres pisos llamado Benjamín, donde ofertaba a sus compatriotas recién salidos del servicio militar planes turísticos y hospedaje económico que incluían fiestas descontroladas que duraban varios días, así como el suministro de droga y mujeres, muchas de ellas menores de edad. En poco tiempo se expandió a Medellín, Cartagena y la Riviera Maya mexicana con la misma fórmula.

Que el extranjero fuera expulsado no fue impedimento para que la Fiscalía, en julio de 2018 solicitara a la Interpol una circular azul para capturarlo. Cayó a fines de mayo de 2019 en Portugal, en una operación conjunta entre la Policía Nacional, la Guardia Civil española —que le había seguido la pista por Ibiza, donde tiene negocios, y Barcelona— y la Policía Judiciaria lusa.

Libertad

La libertad de Moosh ocurrió ya hace algún tiempo, pero se vino a conocer hasta ahora por revelaciones de la prensa. El portal noticioso israelí Mako, bajo el título “Fracaso en Portugal: Assi Moosh fue liberado”, señaló este miércoles que está en las calles desde hace una semana.

Sin embargo, una fuente cercana al caso en Colombia, que pidió no ser identificada por no estar autorizada para tratar el caso ante la prensa, manifestó a SEMANA que Assi Moosh realmente recuperó su libertad hace tres semanas.

Una fuente no identificada de la Interpol dijo al medio extranjero que “la policía colombiana no se molestó en enviar todas las pruebas del caso, mientras la corte lo atizaba, así que Ben Moosh fue liberado. La evidencia fue débil y poco concluyente para que fuera posible establecer su responsabilidad”.

Más información: La herencia de Assi Moosh, el ‘diablo’ detrás de una turbia red sexual en Taganga
 
Las autoridades colombianas buscaron judicializar a Moosh en la corte de Lisboa puntualmente por el asesinato de Offer Erickson Noam, ciudadano sueco e israelí de 43 años, desaparecido desde el 10 de febrero de 2018 en Cartagena, donde regentaba dos establecimientos de rumba en el Centro Histórico.

Su cuerpo aun no aparece pero investigadores habrían hallado trazas de su sangre en una de las habitaciones de la Casa Benjamín, del acomodado bario El Laguito, inmueble que pertenecía a la organización de Moosh y que fue uno de sus centros de fiestas desenfrenadas, con drogas y explotación sexual de menores de edad allanados durante la operacion Vesta.

Mientras el inmueble pasó a extinción de dominio, un juez de Cartagena había expedido orden de captura en este caso contra Moosh y los también israelíes Orel Doga, Dimitri Ziskind, Maor Azulay, Osher Sibony y Asam Hagag.

Dilación

En Colombia, sin embargo, la historia de cómo quedó libre Moosh es diferente. La misma fuente relató a este medio que las dificultades tuvieron que ver con que Colombia no tiene tratado de extradición con Portugal y porque hubo constantes dilaciones por parte de la Moosh y su defensa en Lisboa.

En un sentido estricto —según explicó—, las autoridades colombianas no tenían que demostrar la culpabilidad del israelí, porque no se trataba de un juicio sino de una audiencia en la que debían presentarse unos indicios mínimos para que la solicitud para su eventual envío de vuelta al país tuviera asidero y, así, pudiera responder ante la justicia.

Fueron 20 días los que dio la justicia lusa para justificar el pedido de extradición, en los que la norma fueron las dilaciones y prórrogas, en un sistema considerado garantista. Jugó en contra, incluso, la diferencia horaria, pues mientras que en Bogotá daba inicio la comunicación por videoconferencia a las 9 a.m. en Lisboa ya eran las 3 p.m. y restaban tres horas para el cierre.

En video: El fin de la banda del israelí Assi Moosh, el demonio de Taganga

Moosh, quien ha dado entrevistas púbicas en español, manifestó en las videoconferencias que no entendía el idioma ni al único traductor certificado de hebreo con que cuenta la Fiscalía. Hasta se quejó de problemas de audición. El tiempo, también, lo empleó pidiendo un abogado en Colombia, pues no tenía y luego se extendió en conversaciones privadas con el que le asignaron de oficio.

El abogado de la defensa en Lisboa dijo a Mako que la falta de tiempo para presentar la evidencia no fue la razón para que liberaran a su cliente. “No había evidencia […] Offer Hazan [Erickson Noam] desapareció en Colombia en 2018, mientras que Assi fue expulsado en noviembre de 2017, así que no pudo intervenir en este desafortunado incidente”, argumentó.

Sin embargo, obvio señalar que, tras salida obligatoria del país de Moosh, en la que dejó a su novia colombiana y dos hijos atrás, también permaneció vigente su estructura, que permanecía aún a sus órdenes.

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No era la primera vez que Moosh tenía que vérselas con la justicia europea. Ya una vez, en 2003, había tenido que responder en una corte neerlandesa por tráfico de drogas, según informó el diario israelí Haaretz.

Lo cierto es que Moosh está de nuevo en las calles y existe la posibilidad de que haya regresado a su país natal, que niega la extradición de sus connacionales. Otra posibilidad es que permanezca en Europa, escondido pero al tanto de sus nuevos negocios. Pese a que la justicia colombiana ya pidió una nueva circular azul de la Interpol, hay quien reconoce que una oportunidad para atraparlo como esta es difícil que se repita.