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| Foto: Guillermo Torres

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Otálora califica su caso como un “escándalo artificial" en su contra

Así lo manifestó el jefe de la Defensoría en la carta de renuncia que envió a la Cámara de Representantes, luego de las denuncias por acosos laboral y sexual en su contra.

28 de enero de 2016

El escándalo de supuestos acosos laboral y sexual en el que se ha visto involucrado el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, lo dejaron sin cartas para mantenerse al frente de la Defensoría.

Tras conocerse las denuncias de su exsecretaria privada Astrid Helena Cristancho y las versiones de otros funcionarios respecto a supuestos insultos, malos tratos y abusos de distinta índole, se fue cerrando el cerco para el alto funcionario, que este miércoles no tuvo otra salida que presentar su carta de renuncia a la Cámara de Representantes.


En ella, Otálora advierte que toma la decisión en el marco de la investigación preliminar de tipo disciplinario que tendrá que enfrentar por los supuestos malos tratos a sus subalternos, especialmente contra la supuesta víctima de las insinuaciones.

"No deja de ser paradójico que tras empeñarme en la protección de los derechos fundamentales de los más vulnerables, deba resignarme hoy al sacrificio de derechos tan elementales y sagrados como mi intimidad, el debido proceso y la presunción de inocencia", dice el defensor en la misiva que deberá ser aceptada por el Congreso.

Pero la Procuraduría le salió un paso adelante. Este jueves el procurador Alejandro Ordóñez confirmó ante los medios de comunicación que desde el Ministerio Público se ordenó un suspensión provisional de tres meses sin remuneración para Otálora mientras se resuelven los procesos que tiene en su contra.

Con este panorama, Otálora dio un paso al costado. Durante la rueda de prensa en la que oficializó que se aparta del cargo, resaltó su gestión de tres años al frente de la entidad y dijo que "la labor que me propuse como defensor", pese a la tormenta "está cumplida".

Sin embargo, el alto funcionario se fue lanza en ristre contra los medios de comunicación. Otálora calificó como un "escándalo artificial" en su contra las recientes que denuncias que se le han hecho por acosos laboral  y sexual.

"Lamentablemente, un artificial escándalo mediático puesto en marcha en mi contra en las últimas semanas, a través de verdades a medias hábil y perversamente manipuladas, no sólo pretende empañar mi nombre, sino que amenaza de manera grave con afectar el desempeño de la institución", señaló. Para el defensor, "personas inescrupulosas están engañando al país con información fragmentada y distorsionada".

La columna de Coronell se convirtió desde hace unos días en eco de las denuncias por supuestos abusos de poder del defensor. A través de dos columnas publicadas en la revista SEMANA, el periodista presentó algunos casos que lo comprometen.

Una de las primeras en poner la cara fue la exsecretaria privada del funcionario Astrid Helena, quien relató los abusos de los que era víctima. Él, por su parte, negó cualquier acoso a su subalterna con el argumento de que todo fue producto de un noviazgo.

Ahora, como cualquier ciudadano, Otálora tendrá que enfrentar una investigación disciplinaria por abuso laboral, y otra, de carácter penal, en la Fiscalía, por presunto acoso sexual, sin ostentar la condición de funcionario.