Cortometraje animado, realizado por indígenas nasa, busca apoyo para su premier

"No pude jugar con muñecas sino con un fusil, no tuve amigos porque tú los asustabas...mi odio es más grande que el sistema solar”. Este es un corto relato de uno de los 23 niños y niñas que encontraron en la escritura una alternativa para narrar su experiencia durante el conflicto armado en Colombia.

El libro “Les di la mano, tomaron la piel" está repleto de dibujos y poemas, que de forma sincera y escueta, ayudan a entender cómo la infancia de cientos de colombianos se hizo paso en medio de los enfrentamientos de la guerra. 

Esta publicación fue el punto de partida para que la Fundación Fahrenheit 451 lograra que los indígenas del pueblo Nasa también se atrevieran a contar sus propias historias libremente. Pues muchos de los menores que integran esta comunidad ancestral también fueron víctimas del conflicto, pero pocas veces se habla de su protagonismo en este capítulo de la violencia.

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"Hubo un proceso de identificación con las narrativas de otros niños, de otros territorios, que también estuvieron en contacto con el conflicto armado", cuenta Isis Tijaro, directora del programa de narrativas. Con este trabajo previo, ella y su equipo crearon un proyecto para que cuarenta jóvenes nasa, del departamento del Cauca, recibieran  talleres de escritura para exteriorizar las vivencias de reclutamiento forzado que experimentaron siendo niños.

Foto: Poema de Jazmín, de 16 años, plasmado en el libro "Les di la mano, tomaron la piel".

La idea consistió en utilizar la narrativa como herramienta de transformación social para que, a lo largo de los encuentros educativos, los jóvenes tomaran la iniciativa de plasmar la versión de la historia que solo ellos pueden ver y sentir. “Creamos un laboratorio de memoria y escritura en el que participaron 40 niños y jóvenes nasa, en el que aprendieron cómo construir guiones y se los capacitó en animación digital”, cuenta Javier Osuna, docente miembro de la Fundación Fahrenheit 451.

Como resultado final, los muchachos realizaron el cortometraje animado “El árbol del amor”; un producto que refleja el viaje que hace el Sol y la Luna (en representación de la niña y niño) para soportar y superar la violencia. Y que se hizo durante año y medio gracias a la colaboración de la Organización Tyet, la productora BlueSheep, ACIN y la Universidad de Bournemouthun en Reino Unido. 

Sin embargo, aunque los promotores están gestionando la proyección del corto en la Cinemateca Distrital de Bogotá, hacen falta recursos económicos para que por lo menos 8 de los jóvenes que hicieron parte del proyecto vengan a la premier de su historia.

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“Queremos hacer una programación que permita reflexionar sobre la situación del conflicto armado y el reclutamiento forzado. La idea es que, a la par de la proyección del cortometraje, los muchachos asistan a una serie de eventos con organizaciones sociales”, explica Osuna. Pero, para eso se necesitan tres millones quinientos mil pesos ($3.500.000) que cubrirán los gastos de hospedaje, alimentación y transporte de los protagonistas.

Al ser una iniciativa sin ánimo de lucro, las organizaciones buscan recaudar fondos a través de una campaña de crowdfunding que les permita llegar a la meta en menos de un mes, ya que tienen previsto que el estreno del corto se haga el 19 de septiembre.

Los contribuyentes a esta causa recibirán una recompensa que estará dividida según la categoría del aporte que se asignó a una parte del árbol. Es decir, entre 10 y 50 mil pesos (Plan Hoja) las personas recibirán un ejemplar del libro “Historias en Yo Mayor”. Entre 50 y 100 mil pesos (Plan Rama) se les obsequiarán el libro anterior, más una copia de "Les di la mano, tomaron la piel". Y si la contribución es mayor (Plan Trono y raíz), se obsequiarán pases dobles para asistir a la premier.

“El árbol del amor toma protagonismo porque a partir de este se desarrollan diferentes símbolos. Cuando el árbol tiene ramas, flores, o está marchito, esto muestra lo que ellos sienten”, explica Paola Albao, docente que acompañó el proceso de animación. Precisamente, ese mar de sentimientos es lo que quieren transmitir los jóvenes con su cortometraje y por eso tienen contemplado que la proyección de su trabajo les garantice recursos económicos para invertir en sus mismos resguardos.

Si desea ayudarlos puede ingresar a la plataforma Vaki (ver link) y dar su contribución o si lo prefiere, puede colaborar con la difusión del trailer del corto para que más personas asistan al estreno.