POLÉMICA
En Sayco siguen desafinados
Cuatro directivos de Sayco, que acaban de salir intempestivamente, revelan por primera vez la forma politiquera y poco transparente como funciona esa organización que agrupa a los autores y compositores.

El 10 de julio se gestó la más reciente crisis de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (Sayco), que podría llevarla a su intervención por el gobierno. Ese día la nueva gerente general, Araceli Morales, tuvo una desafortunada reunión con el consejo directivo pues, según ella, la mayoría de los siete consejeros quería mantener la autonomía en el manejo de 4.500 millones de pesos del programa de bienestar social. La Dirección Nacional de Derechos de Autor del Ministerio del Interior ha cuestionado la forma como se administran esos dineros, pues encontró que se entregaban anticipos y bonificaciones a compositores asociados sin reglas claras para asignarlas. "Con esta discrecionalidad, los consejeros compran el respaldo de los delegados regionales de Sayco para mantenerse en sus puestos", dice Morales. De ahí que han sido reelegidos por cuatro periodos seguidos de dos años cada uno. Si bien Sayco es una organización privada, administra recursos del público con destino a los compositores, y es de gran sensibilidad que existan favoritismos y privilegios, y más cuando es para favorecer intereses personales de los consejeros. La gerente no aceptó la coadministración que le trataban de imponer. Buscó conciliar, pero el pasado miércoles en una nueva reunión, los consejeros radicalizaron su posición. Ahí fue Troya. "Yo no soy una firmona", dice Morales, al argumentar que esta fue la razón de su salida, a la que se sumaron la directora jurídica, el director administrativo y financiero y la jefa de comunicaciones. No habían pasado dos horas, cuando el sitio web de Sayco publicaba la versión de los consejeros, en la que aseguraban que Morales salió por no aceptar una rebaja en su sueldo y que la jurídica no estaba calificada para el cargo. SEMANA buscó al presidente de Sayco, Alberto Urrego Eljach, para contrastar las versiones, pero no respondió la solicitud de entrevista. Esta Sociedad viene de ser el centro de la polémica seis meses atrás. En esa oportunidad algunos empresarios del espectáculo denunciaron excesos en los cobros que les hace, y el gobierno encontró al revisar "deficiencias en el recaudo, la administración y distribución de los recursos", según Felipe García, director nacional de Derechos de Autor. Además investiga posibles irregularidades en los contratos de obra para renovar la histórica sede de Sayco en el barrio La Soledad, en Bogotá. Los exfuncionarios coinciden en que Sayco tiene políticas de gran hermetismo en el detalle de cómo maneja su presupuesto, que este año es de 45.000 millones de pesos. Aseguran que ni siquiera les dan los balances a los socios que los solicitan, y hasta para la nueva gerente fue difícil que le entregaran la información que solicitaba. El gobierno ordenó, para no cancelar la personería jurídica de esta sociedad que agrupa 5.800 autores y compositores, que cambie el gerente general, el revisor fiscal y el comité de vigilancia. También debe modificar sus estatutos y poner en práctica reglas claras y públicas. Con la salida de Morales, Sayco retrocede en el único avance, pues los otros cambios dependen de la asamblea general, compuesta por los delegados regionales. Ahí es donde cobra fuerza la versión de Morales sobre componendas, pues la próxima asamblea elegirá los nuevos consejeros y será determinante para la redacción de los nuevos estatutos. El gobierno adelanta una nueva inspección en las oficinas de Sayco para completar sus investigaciones y tomar decisiones. Algo que se torna urgente para que sean los compositores del país los verdaderos beneficiarios de estos recursos, y esta organización recupere la confianza pública. Si tiene información sobre este tema escriba a: investigaciones@semana.com