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| Foto: Archivo Particular

ENTREVISTA

“Yo nunca pude encontrar justicia, pero pude perdonar”

Everett Worthington, ingeniero nuclear con doctorado en psicología clínica, ha dedicado toda su vida a estudiar el perdón como una ciencia. Junto a Andrea Ortega, líder del proyecto en Colombia, presentó los resultados del informe Aportes de la Psicología Positiva a Víctimas del Conflicto y Desastres Naturales. SEMANA conversó con él.

6 de mayo de 2018

Colombia ve en el horizonte la posibilidad de alcanzar el perdón y la reconciliación después de una dolorosa historia de guerra. Cada vez se dan más hechos que demuestran que el país es capaz de superar el odio que marcó su pasado. Hacerlo beneficia la salud mental y física. Everett Worthington da fe de ello y por eso dedica su vida a estudiar el perdón como una ciencia.

“El miedo de perdonar se debe principalmente a que las personas no entienden la naturaleza del perdón y la justicia. El perdón ocurre dentro de la persona, es una decisión. La justicia sucede en sociedad”, le dijo a SEMANA. Por primera vez este ingeniero nuclear con doctorado en psicología estuvo en el país presentando los resultados más recientes sobre el caso colombiano. Aportes de la Psicología Positiva a Víctimas del Conflicto y Desastres Naturales se llama el informe que, lideró Andrea Ortega en el país junto con el Instituto de Ciencias de la Felicidad –Florecer- y la Asociación Colombiana de Psicología Positiva, con base en 2.500 encuestas aplicadas en Córdoba y Mocoa.

El apoyo sicosocial sigue siendo una de las asignaturas pendientes del posconflicto. Si bien Colombia se ha puesto a las víctimas en el centro del proceso, hay una faceta de su sufrimiento a la que casi no se ha prestado atención: las cicatrices, en muchos casos indelebles, que ha dejado la violencia en la mente de más de 8 millones de colombianos, una tercera parte de los cuales son niños. A la fecha es difícil medir si los procesos que han llevado a cabo cumplieron su cometido porque se han evaluado por cobertura y no por efectividad.

La gente en Colombia vive muy estresada, enfrenta problemas de trauma generalizado y
un alto porcentaje de la población está en riesgo de sufrir trastornos de estrés
prostraumático", arroja el informe.

SEMANA: Usted dice que hay dos tipos de perdón, ¿cuáles son?

Everett Worthington: El primero es la decisión de cómo actuar frente a quien nos hizo daño para valorarlo. El otro está en el plano emocional y tiene que ver con el momento en que decidimos reemplazar los sentimientos negativos como el odio y resentimiento por más positivos. El sentimiento de las personas puede cambiar poco a poco. La paz emocional es difícil de conquistar y más en una Colombia con 60 años de confrontaciones. La gente ha visto muchas trasgresiones y eso tomará tiempo. Empezar a confiar en el otro toma tiempo y muchos todavía aún no están listos para bajar la guarida.

SEMANA .: ¿En qué consiste estudiar el perdón como una ciencia?

E. W.: La ciencia del perdón busca explicarlo por medio de herramientas científicas. No sólo se trata de aceptarlo porque hace parte de un sistema religioso. Por eso, la ciencia del perdón puede estudiar tanto a la gente que cree en un dios como a la que no. Usamos el conocimiento del cerebro, las funciones fisiológicas, la observación y encuestas, por ejemplo. Nos basamos mucho en la ciencia psicológica y neurológica.

SEMANA .: ¿Cómo se experimenta?

E. W.: Arranca con la percepción de una situación injusta y el grado de daño de injusticia que experimenta una persona. Es decir, el grado de daño e injusticia al final determinan como una persona lidia con la injusticia que vivió. Cuando han experimentado mucho dolor es difícil manejar los sentimientos que brotan. Sin embargo, hay muchas maneras de tratar de reducir sentimientos como el de la injusticia y dolor.

SEMANA .: ¿Qué caminos exploran los individuos en busca de esa paz?

E. W.: Algunos intentan perseguir el sistema del gobierno, otros piden que los daños cometidos no se vuelvan a repetir, también están quienes culpan a Dios por lo malo que les pasó y quienes aceptan su destino. A estos escenario también se suma el de quienes deciden incluir el perdón. Es una de las opciones pero el perdón tampoco es la única forma en que la gente hace llevaderos sus dolores. 

SEMANA: ¿Hay perdón sin reconciliación?

E. W.: Las personas pueden perdonar sin que se dé. La reconciliación requiere que ambos confíen en el otro. La gente puede perdonar tomar la decisión de perdonar, pero si no confían no hay reconciliación aun. Cuando hay tantos años de trasgresiones toma mucho tiempo volver a confiar en el otro. Muchos le dan el beneficio de la duda a la contra parte, eso no significa que ya confían en ellos.

SEMANA : Y, ¿puede haber reconciliación sin perdón?

E. W.: Sí, está en la otra orilla. Esto pasa en la oficina cuando las personas trabajan juntas y hay problemas. Ellos tienen que trabajar juntos porque es para su beneficio y el lugar de trabajo. Sin embargo, no perdonan necesariamente pero construyen confianza que facilita su labor. El ideal es que siempre hubiera el perdón y la reconciliación pero eso no siempre pasa y tampoco tiene que pasar.

SEMANA : ¿Sin justicia se manifiesta el perdón y la reconciliación?

E. W.: Hay muchas veces en la vida donde no vemos justicia. Mi mamá fue asesinada hace unos 20 años y la persona que hizo esto nunca fue atrapada. Yo nunca pude encontrar justicia, pero pude perdonar y desprenderme del resentimiento y el odio contra esa persona. La justicia no siempre va a aparecer. Si la justicia no se da, aumenta sensación de injusticia y esto hace que sea mucho más difícil perdonar. Pero aunque se dé o no, las personas pueden perdonar. Así las víctimas evitan enfermarse con los sentimientos negativos que normalmente se producen.

SEMANA: ¿Cuáles son las bondades de perdonar?

E. W.: Perdonar es algo que libera de estar enfermo de padecer úlceras, ansiedad, depresión y hasta depresión. De hecho da más energía para perseguir soluciones justas y reconciliación. No interfiere con la justicia o la reconciliación, en realidad me faculta para buscarlas. En mi caso, perdoné pero eso no significa que si lo atrapan va a quedar por fuera de la justicia. No funciona así.

SEMANA : ¿Qué piensa del caso colombiano?

E. W.: En este país hay personas que quieren perdonar que están sintiendo estrés y quieren seguir con su vida. Es duro que cuando has tenido 60 años de conflictos puedas decir yo voy a confiar y no voy a requerir ningún tipo de justicia para perdonar.

SEMANA : ¿Podría ser más descriptivo?

E. W.: Colombia trabaja por la reconciliación aunque a veces las barreras que existen por su larga historia de conflicto no lo permitan. Sin embargo, se nota el esfuerzo por salir adelante. En estos casos por ejemplo normalmente se avanza un paso adelante, dos atrás y dos hacia adelante. El trabajo no es continuo, pero hay muchos se esfuerzan por superar estos episodios.

SEMANA: ¿Qué arrojó el estudio en el que participó para Colombia?

E. W.: Nos encontramos con que del 20 al 29 por ciento de las personas muestran algunos síntomas de estrés postraumático. Sin embargo, hay mucha evidencia de crecimiento y personas que son muy resistentes y se recuperan.

SEMANA: Hay miedo de que las Farc politicen el perdón, ¿es un escenario que ocurre con mucha frecuencia en las etapas de posconflicto?

E. W: Creo que ese miedo se debe principalmente a que las personas no entienden la naturaleza del perdón y la justicia. El perdón ocurre dentro de la persona, es una decisión. La justicia sucede en sociedad.

SEMANA .: ¿Qué más arrojo el caso colombiano?

E. W.: La evidencia del perdón muestra que a las personas que perdonan más tienen menos estres y también tienen más crecimiento postraumático y creo que la razón es que ganan esperanza y creo que Colombia ahora está en un lugar donde la esperanza está emergiendo , ya sabes, espero que las cosas no sigan siendo conflictivas, que las superarás. Si estuviera en la vida pública, que no estoy, es muy fácil para mí sentarme en mi oficina en los Estados Unidos y decir lo que haría, pero defenderé un mensaje de que vendrán muchos diferentes millas en el camino, todavía hay millas por recorrer, pero tenemos esperanza que emerge y estos son un signo positivo.

SEMANA .: ¿Cómo puede alguien que creció en la guerra cambiar su estilo de vida y regresar a la sociedad?

E. W. Creo que si desean perseguir el perdón del otro, pueden hacerlo por sí mismos, podrían pasar por un proceso, si son católicos o protestantes, podrían ir a una iglesia para que usen el perdón, podrían cambiar su vida interna para obtener más libertad emocional. Luego hay que regresar a la vida normal, eso también hace parte del perdón. Si no me enfoco en lo que me enoja, en los resentimiento no podré tomar decisiones importantes para reintegrarme como: ¿de qué forma le hablo a personas que no estuvieron de acuerdo conmigo? Hay que encontrar rutas para que podamos trabajar juntos para reintegrarnos a la sociedad.

SEMANA .: Usted ha realizado estudios en Europa, Asia, África y Norteamérica, ¿hay similitudes en los procesos que se adelantan en cada continente?

E. W.: Aunque hay similitudes cada país tiene su propio contexto. En Ruanda, por ejemplo, se dieron muchas masacres y la forma como las enfrentaron fueron muy distintas a las de Sudáfrica. Mientras que en el primero el 90 por ciento estaba masacrando a la mayoría y era muy difícil levantar la voz con todos en contra, en el segundo era una minoría oprimiendo el 90 por ciento de la población. Por eso, fue más fácil llevar a cabo una comisión de reconciliación en Sudáfrica.

SEMANA .: ¿Qué tanto se ha investigado el tema?

E. W.: En 1997 hubo 58 buenos estudios. Para 2005, 7 años después de que comenzó la campaña, hubo 1.100 estudios más. En 2010 se presentaron 2.500 y este año hay más de 3.500 investigaciones científicas financiadas con los dineros de estos filántropos que le apostaron al estudio del perdón. Con todo esto que se ha producido es difícil hablar de hallazgos concretos. Sin embargo, básicamente hemos creado un campo de entendimiento que se relaciona con el efecto del perdón en la salud física y mental, las relaciones personales, la espiritualidad y la sociedad en general.

SEMANA .: ¿Qué es lo más reciente que han hecho?

E. W.: Acabamos de hacer un estudio en el que solo tratamos de concienciar sobre el perdón en toda una comunidad universitaria y, a través de esa comunidad, hubo una cantidad sustancial de aumento del perdón. Ese fue el resultado de haber generado conciencia de que hay formas de ayudarse a sí mismo. Así que creo que se está transformando de alguna manera, creo que ciertamente transforman muchas cosas en el mundo.

SEMANA .: ¿Cuánto tiempo pasa hasta que una generación alcance la resiliencia?

E. W.: Todo el mundo es diferente, sé que esto es lo que todo académico siempre dirá, todos son diferentes. Es difícil hacer un cálculo porque hay personas que tienden a pensar cosas malas una y otra vez, y las personas que son propensas a ese tipo de pensamiento negativo obsesivo va a pasar mucho tiempo antes de que vuelvan a la normalidad si vuelven a la normalidad. Pero algunas personas no son muy propensas a eso en absoluto, simplemente responden "oh sí, eso está hecho, eso es pasado, no necesito pensar en eso", lo superarán muy rápido. Por eso creo que lo mejor es hablar de casos particulares y ninguna generalidad.