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Esta vez se reunieron los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela. | Foto: Cancillería

RELACIONES INTERNACIONALES

Grupo de Lima pide a la ONU actuar y 'jala las orejas' a los aliados de Maduro

Colombia pidió una declaración más contundente para lograr mayor apoyo para Guaidó y enviar un mensaje político. Tras la reunión los países acogieron la petición y además se pronunciaron sobre el "apoyo" del régimen al ELN.

15 de abril de 2019

El Grupo de Lima se volvió a reunir, esta vez en Chile, para aumentar la presión diplomática contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. A diferencia de la reciente reunión en Bogotá en febrero pasado -un día después del infructuoso esfuerzo por intentar ingresar la llamada ayuda humanitaria- este lunes el grupo no cuenta con el mismo momentum. Si bien la visita de Mike Pompeo -secretario de Estado de Estados Unidos- a la región manda un mensaje contundente de presión, no han logrado que la situación al interior de Venezuela cambie radicalmente, aún con el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó como símbolo de la “transición”.

Por eso, antes de la declaración del Grupo de Lima el canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo les pidió mayor contundencia con su pronunciamiento. “Hay que hacer más acción internacional focalizada, tendiente a conseguir más reconocimientos al presidente Juan Guaidó", advirtió. Efectivamente la declaración tocó este punto, exhortaron a las organizaciones internacionales a reconocer a Guaidó, y felicitaron al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por ser la primero en hacerlo e incluso cancelar su reunión en China por la negativa del país a dejar entrar a los representantes del presidente interino.

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Otro interés de Colombia era lograr que se tuviera claridad sobre la “amenaza a la seguridad que representa el régimen de Maduro”. Esto también lo logró. En la declaración, los países firmantes “reconocen la preocupación y rechazo de Colombia a las actividades transnacionales de organizaciones terroristas como el ELN desde territorio venezolano”.

Esta vez se reunieron los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela como miembros del grupo y Ecuador como observador. De allí salieron peticiones claves tanto a la comunidad internacional, así como un ‘jalón de orejas’ a los países que apoyan a Maduro.

El Grupo de Lima le pidió al secretario general de Naciones Unidas, a la Asamblea General y al Consejo de Seguridad “tomar acciones para evitar el progresivo deterioro de la paz y la seguridad”, así como brindar asistencia humanitaria tanto a los venezolanos que se encuentran dentro de su país, como a quienes han migrado: se calcula que son 3,5 millones.

También le hicieron un llamado al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para dar “atención prioritaria” a la crisis venezolana, por la “sistemática” violación de derechos humanos: pidieron la liberación de los presos políticos, así como el cese de la tortura y la acción violenta de paramilitares.

A la fiscal de la Corte Penal Internacional le pidieron avanzar en la investigación preliminar que abrió contra el régimen de Maduro por la presunta comisión de crímenes de lesa humanidad. En este sentido también se pronunció el presidente Iván Duque tras la reunión con Mike Pompeo en Cúcuta. “Denuncié a Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional con el apoyo de senadores de Colombia y de Chile. Hoy ya tenemos nueve jefes de Estado apoyando esa causa y esperamos, también, que a Nicolás Maduro se le abra un proceso y pueda ser condenado por los crímenes atroces que ha cometido”, aseguró.

El Grupo de Lima sabe que no solo tienen que buscar apoyo para Guaidó, sino lograr que los aliados de Maduro dejen de serlo, o por lo menos se conviertan en un puente. Por eso, se dirigieron específicamente a Rusia, China, Cuba y Turquía por el “impacto negativo de su apoyo” y los exhortaron para “favorecer el proceso de transición y el restablecimiento de la democracia en Venezuela”.

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En cuanto al fantasma de la intervención militar, el Grupo de Lima asegura que “rechazan” cualquier amenaza o acción que implique esta medida. Además, condenan la “injerencia extranjera en ese país y demandan el retiro inmediato de los servicios de inteligencia, seguridad y fuerzas militares que se han desplegado en ese país sin amparo en la Constitución venezolana”.

Sin embargo, aunque reafirmaron su apoyo a un proceso pacífico, también consideran que el régimen de Maduro ha “demostrado no tener voluntad de diálogo y por ello exigen el cese inmediato de la usurpación”. Más allá de eso no han planteado la posibilidad de la reapertura de una mesa de diálogo, con lo cual el Grupo de Lima se mantiene en la presión diplomática permanente exigiendo el “restablecimiento de la democracia” y una elecciones libres como “condición indispensable”.