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PLANTE Y PA'TRAS

LA SUSPENSION DE LOS CREDITOS DEL PLANTE, CON EL ARGUMNETO DEL MAL COMPORTAMIENTO DE LOS CAMPESINOS, DESPIERTA SOS PECHAS SOBRE LA CAPACIDAD DEL GOBIERNO PARA SACAR ADELANTE SUS PROGRAMAS.

13 de mayo de 1996

La suspensión de los créditos del Plante, con el argumento del mal comportamiento de los campesinos, despierta sospechas sobre la capacidad del gobierno para sacar adelante sus programas.El Plan Nacional de Desarrollo Alternativo, Plante, es quizás una de las mejores ideas que ha tenido el gobierno para alcanzar la meta de erradicar los cultivos ilícitos. Desde que este programa empezó, en mayo del año pasado, la opinión pública lo vio con buenos ojos porque por primera vez estaban atacando el problema de raíz y no se limitaban únicamente a fumigar. Pero la luna de miel pareció acabarse a comienzos de este mes , cuando por una decisión del gerente del programa, Héctor Moreno Reyes, los créditos para los pequeños productores fueron suspendidos indefinidamente, con el argumento de que los campesinos estaban desviando el dinero.A primera vista la decisión pareció acertada, pero cuando Moreno dijo a los medios que sólo un par de docenas de campesinos habían desviado los créditos, varios especialistas en el tema empezaron a sospechar que esa no podía ser la verdadera causa para suspenderlos. No resultaba razonable que, por culpa de unos pocos, la inmensa mayoría terminara perjudicada, sobre todo en un país donde desviar créditos es una práctica generalizada y poco sancionada, tal y como ocurrió con el caso del representante investigador del Presidente, Heine Mogollón, quien reconoció haber utilizado un préstamo de Finagro para cubrir temporalmente los gastos de su campaña. Aunque para Moreno la decisión fue "un mensaje muy claro a los campesinos para que no nos pongan conejo", para otros miembros del gobierno la explicación es otra. Un alto funcionario de la Red de Solidaridad Social dijo a SEMANA que "hay tres palabras que resumen por qué se suspendieron realmente los créditos: no hay plata. Es absurdo pensar que un programa tan bueno corra tantos riesgos, simplemente por dar un mensaje claro a 24 campesinos. En este momento hay un gran recorte presupuestal en todas las entidades y es lógico que el Plante no va a ser la excepción". Esta afirmación es lógica. La economía nacional no pasa por su mejor momento. La Comisión de Gasto Público calcula que el déficit fiscal de 1996 será cercano al 4 por ciento y ya el gobierno se ha visto obligado a hacer recortes por 800.000 millones de pesos en el presupuesto de este año.La decisión de suspender los créditos produjo una avalancha de críticas al Plante. El sociólogo Alfredo Molano, quizás una de las personas que mejor conoce en el país la problemática de los cultivos ilícitos, piensa que si bien el programa es una buena alternativa para combatir la producción de coca y amapola, tiene ciertos problemas que hay que corregir. "No parece haber coordinación entre la fumigación y el Plante. El primero va mucho más rápido que el segundo _dice Molano_. Por otra parte, la distribución de los recursos se está haciendo de manera clientelista y, como si fuera poco, el programa ayuda a que la potrerización de la Amazonia sea aún más fuerte ". Estas críticas no afectan a Moreno, quien es un convencido de las bondades del Plante. El piensa que no se puede prometer el paraíso para quien se acoja al programa, sino que al campesino hay que mostrárselo como una opción para que viva más tranquilo y salga de la ilegalidad. "Estamos seguros que cuando en algunas semanas reactivemos los créditos con varias innovaciones, como otorgar el crédito ganadero en especie para que no se desvíe el dinero, los opositores del Plante no tendrán nada que decir", dijo Moreno.El problema, sin embargo, es que más allá de por qué se frenaron los créditos, el sólo hecho de haberlos suspendido hirió gravemente al Plante. Quienes conocen las zonas cultivadas con coca están seguros de que los colonos y los campesinos que se vieron afectados por esta medida ya le perdieron la credibilidad al programa y eso es más grave que cualquier cosa, porque como dijo el funcionario de la Red de Solidaridad Social: "El problema es que ahora toca convencerlos otra vez de que el Estado sí les quiere cumplir, y cuando uno falla una vez con los colonos es muy difícil que le vuelvan a creer".