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Marianne Ponsford. | Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

“La religión y la política han sido viejas concubinas”

La columnista Marianne Ponsford hace una profunda reflexión sobre la polarización social que generó el plebiscito, las razones del triunfo del No y el Nobel para Santos.

7 de octubre de 2016

Semana.com: Usted ha sido una de las personas que han expresado un dolor profundo por lo que sucedió el domingo. ¿Qué lectura tiene de esa jornada?

Marianne Ponsford: Para mí la jornada del domingo fue muy dolorosa. El voto por el Sí tenía no sólo la confianza que le daban todas las encuestas, sino la feliz convicción de que estábamos ante una cita irrepetible con la historia. El sorprendente resultado del plebiscito demostró que el No fue un voto vergonzante –de ahí las encuestas– que no se atrevía del todo a manifestarse a sí mismo. Pero no sólo eso: fue un voto confundido, que no supo estar a la altura de la historia: votó por la unidad de la familia, por el reinado de Jesucristo; votó por el rencor, votó contra los homosexuales, contra Venezuela, contra el presidente Santos y contra la posibilidad de perder sus privilegios. Fue, en muchos casos, un voto hábilmente manipulado que supo aprovecharse de la falta de pensamiento crítico, resultado de décadas de exclusión y una educación de pésima calidad, que toma igualmente décadas cambiar.

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Semana.com: Muchas personas afirman que como sociedad nunca habíamos estado más divididos, en un momento en que deberíamos estar reconciliándonos. ¿Cómo explica eso?

M.P.: No creo que “nunca antes habíamos estado tan divididos”. Creo que el voto sí habla del país, de un país que ha estado dividido siempre. Esa radiografía que fue el plebiscito explica en parte por qué esta guerra interna que hemos vivido ha durado tanto.

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Semana.com: En su cuenta de Facebook usted publicó un mensaje pidiéndoles a los del No que la “desamigaran” para poder conectar con más personas del Sí. ¿Qué piensa del debate que generó?

M.P.: El debatico que generó en Facebook mi petición (que considero fue hecha en tono amable y educado) fue elocuente: la gente que está en mi comunidad de esa red social que dijo haber votado por el No me insultó. Y ya no está en mi comunidad.

Semana.com: ¿No tiene uno derecho a escoger sus propios amigos?

M.P.: Me parece bien que todos se expresen. Es un derecho fundamental. Así mismo, todos tenemos derecho a no oír las opiniones que nos molestan o duelen, sobre todo cuando carecen de argumentos. Y por supuesto, me molestan profundamente las opiniones motivadas por el odio, el miedo, el egoísmo o la ignorancia.

Semana.com: Hoy muchos critican a quienes expresan su dolor, su rabia o su regocijo por los resultados. Usted, que es una defensora de la libertad de expresión, ¿qué piensa de esas críticas?

M.P.: Me parece apenas obvio que exista una diversidad de opiniones sobre todos los aspectos de la vida entre los ciudadanos de un país. Pero hay asuntos sobre lo que cuesta creer que no estemos todos de acuerdo: como bien dijo el presidente Santos en su discurso del 26 de septiembre, la hora ha llegado para que Colombia pague su inmensa deuda con el campo, con el hambre y la orfandad en la que vive uno de cada cinco colombianos, dispersos por las 33.000 veredas de este país. Son ellos quienes han sufrido todas las violencias. Son ellos los dueños de las lágrimas. ¿De veras cree alguien que las filas de las FARC no están hechas de miles de campesinos sin otra opción de vida, hijos de la miseria y del desamparo?

Semana.com: Usted también es alguien que se ha acercado al tema de los impactos de la religión en los debates políticos. ¿Qué piensa de lo que está pasando ahora con todas las discusiones de ese corte que se metieron en el tema de la paz?

M.P.: La religión y la política han sido viejas concubinas. Incluso debemos sospechar que sus históricos amores han sido incestuosos, porque es muy posible que sean hijas de la misma madre. Sus hijos tendrán cola de cerdo.

Semana.com: ¿Qué cree que va a pasar con la renegociación de la paz?

M.P.: No sé qué va a pasar.

Semana.com: ¿Qué opina de las marchas del miércoles?

M.P.: Una hermosa catarsis colectiva. Un consuelo.

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Semana.com: ¿Y del Premio Nobel para Santos?

M.P: El Nobel es un formidable espaldarazo de la comunidad internacional a un trabajo sostenido por el gobierno del presidente Santos de más de cuatro años de diálogo y negociaciones. Espero jalone al país conservador a unirse a la modernidad, al cosmopolitismo, a una idea más moderna, justa e incluyente de democracia.

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