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Nosotros como un país pequeño, sin historia colonial, con esta neutralidad que hemos mantenido en temas grandes, tenemos la posibilidad y la oportunidad de ayudar a resolver conflictos. | Foto: Esteban Vega

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“Estamos acá para Colombia y eso va más allá de quién sea presidente”: Erna Solberg

La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, se encuentra en Colombia en visita oficial para evaluar los avances de la cooperación binacional en los acuerdos de paz y los proyectos para el posconflicto. SEMANA habló con ella sobre sostenibilidad, equidad de género y paz.

10 de abril de 2018

SEMANA: Se acaba de lanzar la Alianza contra la deforestación, ¿por qué este proyecto es tan importante para Noruega? ¿Por qué quieren apoyar a Colombia a detener la deforestación?

Erna Solberg: Antes que nada, Noruega ha tenido un programa para trabajar en contra de la deforestación de los bosques húmedos tropicales desde 2008. Es un compromiso inmenso por parte del parlamento noruego y de nuestras políticas ambientales. Una de las cosas que se acordaron entonces, con el gobierno anterior, yo estaba en la oposición, fue dar dinero para conservar los bosques húmedos tropicales. Colombia tiene una de las partes más diversas y hermosas de este tipo de bosques. También está el hecho de que en una situación de posconflicto hay movimiento de personas. El conflicto también represa las actividades económicas en las áreas en donde ha ocurrido. Y lo que ahora estamos viendo es un incremento en la deforestación, porque están llegando nuevos intereses económicos a esas zonas. Ahora es más importante aún para nosotros ver que no estemos perdiendo esta diversidad en nuestro mundo, de los pulmones del mundo. Que no solo ayuda a limpiar el CO2, sino que también influye en el clima de todo el planeta. Hay muchas razones para el interés que tenemos en protegerlo. Así que más allá de hacer nuestro propio trabajo, que es bajar las emisiones de CO2, este ha sido un proyecto inmenso de gobierno en el que todos los partidos han participado para la creación de políticas. Si logramos parar la deforestación, eso es más efectivo sobre el cambio climático que lo que podemos hacer en Noruega, solos. Aunque también lo estamos haciendo. Pero es un mejor uso de nuestro dinero invertir en áreas como esta. Además, en Colombia como facilitadores del proceso de paz, y ahora en la implementación del proceso, vemos que todo va de la mano. Asegurar que uno tenga sustento, pero sin acabar con los bosques. Se puede conservar y al mismo tiempo proteger a la gente. Yo soy una promotora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el secretario general me escogió para eso, y estoy convencida de que uno no puede conservar la naturaleza, uno no puede frenar el cambio climático, si uno no provee seguridad y desarrollo económico a las comunidades. Y esos puntos unen mucho la cooperación de Noruega con Colombia, que involucra la seguridad, el desarrollo económico, pero también el cambio climático.

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SEMAMA: De cierta manera, la paz en Colombia empezó en Oslo cuando se propuso la negociación y concluyó en Oslo con el Nobel del presidente Juan Manuel Santos, ¿por qué han tenido ustedes un interés tan grande en el proceso de paz colombiano?

E.S.: Creo que comenzó con que teníamos muchas ONG trabajando en Colombia en esas áreas. También teníamos exiliados colombianos viviendo en Noruega por diferentes razones, y de cierta manera esto fue empujando al gobierno. Además, por supuesto, el hecho de que hemos trabajado en negociaciones de paz desde hace mucho tiempo. Mucho del trabajo que ha hecho Noruega en procesos de paz comienza con personas comprometidas con una causa que dicen: tenemos que ayudar. Eso es una prioridad para el gobierno noruego, decir que nosotros como un país pequeño, sin historia colonial, con esta neutralidad que hemos mantenido en temas grandes, tenemos la posibilidad y la oportunidad de ayudar a resolver conflictos. Y Colombia es uno de esos conflictos que quisimos ayudar.

SEMANA: Uno de los aspectos importantes dentro de su proyecto de ayuda es la reinserción de los miembros de las Farc a la vida civil: ¿cómo ven el desarrollo en esa área? ¿Qué ha fallado? ¿Qué ha sido bueno?

E.S.: Ellos han dejado las armas, han ido a las zonas veredales para hacer el proceso de normalización. Creo que el reto ahora es crear trabajos, así como el tema de la tierra, y hacerlo todo rápidamente. Porque cuando la gente ha dejado ese tipo de actividad económica (la guerra) se están preguntando cuál será ahora su futuro y el de sus familias. Creo que hacer ese proceso con rapidez es muy importante. Lo segundo es asegurarse de que cuando el área se ha vuelto más segura, no quede espacio para que otros actores no gubernamentales lleguen a la zona. Colombia sigue teniendo un problema de nacrotráfico, todavía existen carteles, y quizá estas actividades están haciendo camino en esas zonas. Ambas cosas necesitan ser tratadas al tiempo. Y por supuesto hemos visto que sigue habiendo conflictos que han resultado en asesinatos de líderes sociales y activistas de derechos humanos, cosa que nos preocupa muchísimo, y que deben ser investigados a fondo. Y también está el tema de las tierras, que es históricamente el tema más difícil de tratar en América Latina.

SEMANA: ¿Cómo se combina la reinserción de antiguos miembros de la guerrilla y el proyecto de sostenibilidad?

E.S.: Creo que es importante que una vez estas personas sean reintegradas a la sociedad, comiencen a hacer proyectos productivos. También es importante que el gobierno entre a esas regiones con infraestructura social, con educación, con colegios, que son los objetivos principales del desarrollo social. Uno debe proteger el medioambiente, pero también tiene que proteger a la gente, la educación y el saneamiento. Cuando hay un problema de seguridad se pierde en otras áreas: los niños dejan de ir a la escuela y luego no hay manera de que las personas puedan acceder a la educación superior. También hay mayor incidencia de muertes maternofetales. En todo el mundo, en áreas de conflicto, los índices de desarrollo se pierden por cuenta de la falta de seguridad.

SEMANA: Otro de los puntos importantes de la cooperación de ustedes a Colombia involucra los derechos de las mujeres y los temas de igualdad de género, ¿por qué es tan importante involucrar a las mujeres en la construcción de paz? ¿Cuál es el rol de las mujeres en el posconflicto?

E.S.: La resolución de la ONU número 1325 fue un hito para entender que si se quiere una paz real se deben tener en cuenta a las mujeres. Las mujeres son casi siempre las victimas más grandes en el conflicto. Sabemos que se usa la violación, sabemos que hay maltrato y ellas son muchas veces las mayores víctimas. Yo creo que es un tema de justicia. ¿Por qué no habrías de incluir a quienes más han sacrificado en el tema? Pero creo también que da más sostenibilidad incluir a las mujeres en el desarrollo de una sociedad en posconflicto. Queremos asegurarnos de que estén recibiendo educación, de que puedan participar en los programas. Para mi es lo más natural decir que las mujeres son iguales a los hombres. Así es nuestra sociedad. Pero también es cierto que se construye una paz más fuerte y duradera si se asegura que los jóvenes y las mujeres estén participando en ella.

SEMANA: Usted es la cabeza del partido conservador de su país. Como bien sabe acá, en Colombia, cierta derecha de tendencia política conservadora es la que más se ha opuesto al proceso de paz, en gran medida porque creían que en el acuerdo se estaba exaltando la supuesta “ideología de género”. Primero, ¿qué es lo que se considera una tendencia política conservadora en Noruega? Segundo, ¿se considera usted una feminista?

E.S.: Me considero una feminista. Siempre lo he sido. Me convertí en miembro del partido conservador porque soy feminista y creo en la igualdad de oportunidades para las personas. Creo que todos deberíamos ser apreciados por nuestros talentos y nuestro aporte a la sociedad, no por nuestro género. Y creo que la sociedad se está perdiendo de mucho talento al no entender que las mujeres deberían tener las mismas posibilidades que los hombres. El nuestro es un conservatismo europeo, que es diferente al conservatismo americano. Somos conservadores fiscales. En políticas económicas, de mercado, todo eso. Pero quizás somos un poco más liberales en cuanto a lo que creemos de los valores de la familia y de que cada quien debe vivir su vida. Por ejemplo, mi partido es uno de los que más vota la comunidad LGBT en Noruega, porque creemos que a quien ames no es un problema de nadie más. Si te fijas en la mayoría de los países nórdicos existen partidos conservadores como el mío.  

SEMANA: ¿Por qué cree usted que la sostenibilidad es tan importante para un país que entra en una era de posconflicto?

E.S.: Primero porque el gobierno está teniendo una posibilidad que no tuvo por mucho tiempo al logar alcanzar a toda la comunidad y asegurar que los sistemas educativos y de salud en efecto lleguen a todos los habitantes del país, mejorando los indicadores sociales. Por el otro lado, cuando existe la posibilidad de que el tema de seguridad sea más fácil, el tema de la protección ambiental cobra importancia porque la vida económica puede entrar a lugares en donde estaba desplazada por cuenta del conflicto. Creo que el conflicto es una de las razones por las cuales no logramos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también creo que hay unos retos en una situación de posconflicto en donde hay que revisar como son las regulaciones y las reglas, en especial cuando se trata de áreas con la riqueza en biodiversidad que ustedes tienen acá.

SEMANA: ¿Hay algún miedo de parte de su gobierno respecto a quién gane la presidencia?

E.S.: No. Y nosotros no nos entrometemos en ese tema. Aunque apreciamos mucho la colaboración con el presidente Santos, nosotros empezamos a facilitar el tema de la paz desde antes. Tuvimos un proceso en el que Noruega participó en unas discusiones de paz con el ELN durante el gobierno de Uribe. Estamos acá para Colombia y para la cooperación con Colombia y eso va más allá de quien sea presidente. Pero esperamos que esto se convierta en una situación irreversible. Colombia ha logrado tanto por medio de este proceso, y es importante mantenerlo. Creo que es fácil olvidar cuantos murieron, o qué tan difícil llegó a ser la situación. Yo vine por primera vez a Colombia en 2005. Estuve acá como miembro del gobierno noruego en un trabajo que estábamos adelantando con refugiados y desplazados. Estuve en la frontera con Venezuela. Los refugiados colombianos en el lado de Venezuela estaban pasando por un momento muy difícil. Este fue uno de los conflictos que han tenido lugar por más tiempo y hubo un numero inmenso de colombianos desplazados. En aquel entonces incluso participamos en un programa que relocalizó a campesinos colombianos en Brasil. Así que Noruega ha estado involucrado por bastante tiempo y esa colaboración y no ha tenido que ver únicamente con este gobierno. Pero este gobierno ha dado los pasos, esperemos que quien venga no los desande.

SEMANA: Ha habido una gran agitación respecto a los dineros para la paz, por la controversia que se ha formado alrededor de las organizaciones encargadas de la administración de esos recursos. También hay gente que se ha quejado de la lentitud de los procesos del posconflicto. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?

E.S.: Hemos dicho que las cosas se deben hacer de manera formal y correcta. Que debe haber transparencia en todas las gestiones. Y sí, probablemente se podría hacer más rápido. Pero entiendo que las medidas que está tomando el gobierno colombiano en este momento son para que eso sea así. Sobre todo, asegurándose de que los fondos se repartan de forma más expedita. Lo que hacemos nosotros es que pagamos por resultados. Somos muy estrictos al respecto. Colombia debe mostrar resultados y luego nosotros les damos el dinero por la agenda de programas locales que logren construir.

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SEMANA: La ONU declaró a Noruega el país más feliz del mundo…

E.S.: Perdimos con Finlandia este año. Ganamos el año pasado. La verdad no entendemos por qué, porque siempre hemos creído que los finlandeses son un poco lúgubres, pero aparentemente no. (Se ríe) Son chistes amables de vecindario.

SEMANA: ¿Por qué cree que Noruega es percibido como uno de los países más felices del mundo?

E.S.: Tenemos un gran estado de bienestar. Creo que una de las cosas que tenemos y que compartimos con otros países nórdicos, es una gran confianza en el gobierno. Una gran confianza en las instituciones, porque sentimos que las personas no tienen motivos ocultos, y yo creo que esa es una parte del sistema que es muy importante y que es difícil de copiar. Eso se construye a través de las generaciones y la historia. También contamos con una gran participación de las mujeres en la fuerza laboral y tenemos ingresos altos. Pero creo que el tema de la confianza es importante.

SEMANA: ¿Por qué cree que Noruega ha sido tan exitoso a la hora de alcanzar la igualdad de género?

E.S.: Históricamente las mujeres han tenido posiciones de poder en la sociedad noruega. El hecho de que somos una sociedad de pescadores. En especial en la costa oeste, que es de donde soy yo, la gente es pescadora o marinera, eso quiere decir que los hombres salían a trabajar por temporadas largas al mar, entonces las encargadas de mantener la casa en orden, y en general toda la estructura social, eran las mujeres. La segunda cosa es que nuestro sistema electoral exige una votación proporcional en los distritos y eso hace que más mujeres participen en política y que haya más mujeres en procesos de decisión. También hemos tenido movimientos de mujeres muy fuertes, incluso dentro de los partidos políticos lo que ha puesto un foco en los temas de género. Como ha habido más mujeres en la política, la política se ha convertido en un tema relevante para las mujeres. Porque ambas cosas se reflejan mutuamente. Por eso es que tenemos un sistema de guarderías gratuito y muy completo, tenemos unas licencias de maternidad y paternidad extensas, y eso también hace que hasta la fecha tengamos una de las tasas más altas de fertilidad de toda Europa. Aunque las mujeres participan más en política y en la fuerza laboral, no estamos destruyendo a la familia noruega. En la parte latina de Europa se encuentran muchas mujeres que tienen carreras fuertes y promisorias, pero deciden no tener hijos. A menos de que sean familias con muy buenos ingresos que pueden pagar por el cuidado de los niños, las mujeres están optando por no tener hijos. Y eso me parece un poco asustador.