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Candidatos presidenciales.
¿Para dónde se fueron los votos? | Foto: SEMANA

POLÍTICA

¿Qué pasó con los votos de los excandidatos?, ¿sumaron?

Ambas candidaturas lograron acuerdos con otros sectores, sin embargo, Petro logró sacar la ventaja sobre el ingeniero.

20 de junio de 2022

Los 10.551.520 votos que logró Rodolfo Hernández evidenciaron que, en política, dos más dos no son cuatro. Cuando el ingeniero consiguió el paso a la segunda vuelta varios interpretaron que, si lograba congregar a otros candidatos, podría obtener la victoria.

Faltaban meses de campaña intensa, en la que hubo fuertes ataques, especialmente desde el Pacto Histórico, como quedó en evidencia en varios de los ‘petrovideos’. Petro mantuvo su teflón y poco le pegaron los fuertes escándalos de su campaña. El nuevo presidente rompió su techo y congregó a distintos sectores.

Mientras Petro obtuvo los apoyos, sin importar lo cuestionables que fueran o las peleas que hubiera tenido con ellos en el pasado, el ingeniero no supo reunir sectores que en algún momento mostraron interés en apoyarlo.

Rodolfo Hernández se encontraba en un gran dilema. La posición que tomara sería criticada desde el petrismo, como le pasó con Federico Gutiérrez, quien no fue avalado por el Centro Democrático; sin embargo, desde otros sectores siempre buscaron relacionarlo con este movimiento, tergiversando todo a través de una campaña sucia.

El gran reto del santandereano era tener otros sectores, entre ellos partidos tradicionales, pero a la vez mantener su independencia.

El primer gran apoyo que alcanzó fue el de Federico Gutiérrez, que tuvo 5.058.010 votos en la primera vuelta. Con los de Hernández, que fueron 5.953.209, muchos interpretaban que automáticamente eso ya le daba 11 millones de sufragios y, aunque logró gran parte de ellos, otros respaldos no le habrían sumado como pensaba.

“Hubo un gran endoso, pero esos votos no son de Fico, nunca lo fueron. Son los votos del antipetrismo. La gente encontró primero a Fico y luego a Rodolfo como la alternativa”, señaló Carlos Suárez, CEO de Estrategia & Poder.

El uribismo, que es una de las fuerzas más grandes e importantes del país, no tomó una postura clara. Muchos de los líderes y las bases estuvieron con Gutiérrez y en la segunda vuelta varios llegaron a donde Hernández, sin que nada fuera oficial.

Hay quienes se cuestionan si la distancia que mantuvo el expresidente Álvaro Uribe en estas elecciones y los golpes que dio el ingeniero a su sector en su discurso pudieron influir.

El ingeniero cometió varias ligerezas que le pudieron jugar en contra. Sin duda, uno de los sectores fuertes que tenía que congregar, pero que terminó indeciso con el ingeniero, fue el uribismo.

Al día siguiente de haber logrado el paso a la segunda vuelta, a pesar de que varios líderes y simpatizantes le mostraron su apoyo, Hernández les dio un portazo.

“Uribe se murió el domingo, cómo yo voy a estar haciendo campaña al lado de un muerto”, comentó el exalcalde de Bucaramanga a solo días de haber pasado a la segunda vuelta.

El comentario generó el inmediato rechazo de varios simpatizantes de ese sector, que quedaron inconformes con las declaraciones del ingeniero. Hernández quería desmarcarse del uribismo, pero terminó alejando a gran parte de ese sector.

El voto en blanco tomó fuerza y tuvo una amplia acogida con 501.609 votos. Si Hernández hubiera logrado reunir a esos que no mostraron afinidad por ninguna opción, habría obtenido alrededor de 11.053.129 votos y se hubiera acercado más a Petro.

Al exalcalde le terminó pasando factura su discurso de frente y sincero, y no supo desmarcarse de los sectores tradicionales, tampoco unirlos en su favor.

Otro hecho que le pudo generar rechazo fue haber dicho que recibía en su campaña “a la Virgen Santísima y todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella, a todo el mundo lo recibo, pero no les cambio el discurso”.

Al exmandatario local lo sacaron de contexto y, según él, su mensaje quería decir que recibía desde las personas más santas hasta quienes tal vez no lo eran tanto. En un país mayoritariamente católico, haber puesto a la Virgen en ese contexto fue un golpe contundente.

Así lo evidenciaron desde la campaña y personas cercanas a él. Ingrid Betancourt tuvo que salir, antes que Hernández, en video en una iglesia pidiéndole perdón a la Virgen frente al altar. El entonces candidato buscó tomarse fotos con sacerdotes y su familia, pero ya era muy tarde.

Petro, en cambio, que en varias ocasiones había reconocido que dudaba de la creencia de Dios, aprovechó el momento y se le vio muy de cerca con las creencias católicas. El domingo, antes de votar, primero acudió a una iglesia, un hecho que no había hecho en campañas anteriores.

Betancourt se retiró antes de la primera vuelta y se sumó a la ‘rodolfoneta’, pero tampoco sumó. Por su lado, el Nuevo Liberalismo no logró ponerle votos representativos. Los hermanos Juan Manuel y Carlos Fernando Galán se pelearon con Petro y fueron fuertemente criticados por ese sector, luego de que la colectividad tomara la decisión de irse con el exalcalde de Bucaramanga.

Enrique Gómez también respaldó al aspirante a la Casa de Nariño. El líder de Salvación Nacional se convirtió en una voz de la derecha importante en el país, que puede lograr un proyecto a futuro, pero por ahora tampoco contaba con una gran votación.

Los vaivenes de Sergio Fajardo y otros líderes del centro, como Jorge Enrique Robledo, que decidieron votar en blanco y le pusieron condiciones al representante de la Liga de Gobernantes Anticorrupción evidencian que este no logró sortear los apoyos que debía tener y que sus declaraciones, a veces ligeras, le jugaron en contra.

Sobre esa alianza, el exalcalde de Bucaramanga dijo que los había recibido por “cordialidad” y eso generó el inmediato rechazo de Juan Fernando Cristo, Fajardo y Robledo. El exministro del Interior se fue con Petro; Fajardo y Robledo votaron en blanco.

Carlos Amaya se quedó al lado del ingeniero y no es claro que los 444.374 votos que tuvo en la consulta de la Centro Esperanza le hayan sumado. En últimas, varias de las bases del exgobernador de Boyacá se habían ido incluso desde antes de la primera vuelta y ya habían dejado solo a Fajardo por irse al lado de Petro.

Desde la Alianza Verde varios decidieron dejar las confrontaciones de lado y moverse al lado de Petro. La movida de Angélica Lozano, la renuncia de Luis Ernesto Gómez y la adhesión de la madre de Claudia López a Petro son muestra de que todo el círculo cercano e íntimo de la alcaldesa de Bogotá llegó al Pacto Histórico.

A Alejandro Gaviria tampoco le importaron los golpes que le dieron desde el petrismo. El exministro de Salud de Santos se mantuvo en su posición de apoyar a Petro, incluso después de que los ‘petrovideos’ revelaran la cuestionable y antiética de la campaña con la que acabaron su candidatura.

A pesar de que Gaviria no le sumaba una gran cantidad de votos, sí alejaba a Petro de la visión de una izquierda radical que había representado a lo largo de su carrera política y lo acercó más hacia el centro.

Mientras el santandereano no pudo sumar más votos, aparte de varios apoyos para ir en contra de Petro, el líder de la Colombia Humana aglutinó otros sectores a su alrededor, especialmente del centro.

En ese sentido, le pudo haber sumado la decisión de Antanas Mockus de apoyarlo y otros liderazgos que llegaron y generan menos temor sobre el candidato, como Katherine Miranda, entre otros. El abrazo de Petro con Mockus en el discurso de victoria en el Movistar Arena así lo evidenció.

Un factor innegable para Petro fue que llevó a todo el santismo a su alrededor. Además de Alfonso Prada, su jefe de debate y quien fue fundamental para ese propósito, otras figuras que acompañaron al expresidente Santos en su momento convencieron a todos los seguidores del acuerdo de paz de La Habana sobre el candidato del Pacto. Roy Barreras también fue fundamental en ese aspecto.

Allí juntaron a Luis Gilberto Murillo, Juan Fernando Cristo, entre otros simpatizantes del santismo. Paradójicamente, Petro terminó convertido en el statu quo, ese que tantas veces prometió vencer, pero al que tuvo que reunir para ganar.

Petro desde el comienzo supo que tenía que agrupar a todos los sectores, sin importar lo cuestionables o las corrientes que representaran.

El senador Jorge Enrique Robledo, quien se mantuvo distante de Petro, recalcó eso durante la campaña y recordó que con Carlos Gaviria no estuvieron de acuerdo cuando Petro apoyó a Santos en 2010 para sumarse a esa candidatura.

Los grandes perdedores de la jornada también fueron los partidos tradicionales, quienes no lograron tener gran representatividad. El expresidente César Gaviria, que fue pretendido por distintos sectores antes de la primera vuelta, se silenció en esta segunda etapa y el Partido Liberal no tomó una postura clara. Rodolfo Hernández dijo que Gaviria “destruyó” Colombia.

El Partido Liberal, La U, entre otros, no fueron determinantes. Cambio Radical no tuvo una postura clara y algunos miembros de la bancada hasta pedían votar por Petro.

“Creo que los apoyos de los políticos tradicionales que pueden eventualmente haber tenido votos o haber sido importantes en votos, como los de Álex Char, por ejemplo, o algunos otros que se fueron para la campaña de Rodolfo, pues simple y llanamente nos vuelven a demostrar lo que nos han mostrado las urnas por lo menos hace cuatro años, y es que el ciudadano no tiene dueños y aquí los votos no se endosan”, aseguró Suárez.

Al ingeniero, el outsider de esta campaña, le faltó congregar otros sectores para tener una mejor votación y saber moderar su lenguaje para unir en torno a él otros sectores. Mientras tanto, Petro logró imponerse y dialogar con quienes se había insultado.

Ahora, los retos y los grandes interrogantes son de la gobernabilidad que tendrá Petro con otros sectores y de cómo logrará repartir el poder con quienes lo rodean, muchos de ellos cuestionados.