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Primer encuentro de Reconciliación Colombia, entre Gran Tolima y Medellín. | Foto: Diana Sánchez

PAZ

Reconciliación no sólo hay una

Esta fue la gran conclusión del primer encuentro Reconciliación Colombia, que reunió cerca de 60 organizaciones de seis departamentos.

12 de febrero de 2014

La reconciliación no es una sola y su base está en los territorios. Esa fue la gran conclusión del primer encuentro de Reconciliación Colombia, realizado este miércoles en Medellín, entre las regiones del Gran Tolima y Antioquia.

Esto es porque para unos, reconciliarse es reivindicar los derechos de las víctimas, especialmente la verdad. Para otros, se trataría de un proceso de recuperación de la confianza en las instituciones del Estado. 

Como lo dijo María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, que lleva 15 años estudiando el conflicto y cómo superarlo, el primer gran encuentro regional de Reconciliación Colombia evidenció que “hay un enorme interés de muchos sectores por empezar a hablar de reconciliación y por imaginar cómo será ese país en paz”.
 
A la vez, el encuentro de Medellín puso de presente que en las regiones hay ideas muy diversas sobre lo que significa la palabra reconciliación.  Para algunos, se trata ante todo de la reivindicación de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Se dijo, incluso, que sin perdón no habría reconciliación. En otros casos, se habla de reconciliación con un Estado lejano e indiferente a las necesidades básicas de la gente en muchos territorios.
 
El encuentro reunió durante una jornada a cerca de 60 organizaciones sociales, empresas, académicos y funcionarios locales de Tolima, Huila, Caquetá, Putumayo, Chocó y Antioquia, además de miembros de organizaciones internacionales. 

En lo que sí hubo una unánime coincidencia en el evento fue en que la reconciliación parte de los territorios, no puede ser impuesta. “La reconciliación tiene que ser un proceso desde lo local, que considere a las comunidades, que no se puede imponer. La reconciliación se construye respetando la visión de diferentes grupos, que por muchísimo tiempo han estado excluidos”, sintetizó Llorente.

Y precisamente el evento culminó con dos emotivos relatos de cómo personas afectadas directamente por el conflicto perdonaron a sus victimarios y superaron las diferencias. Uno de ellos es César Montealegre, empresario del Caquetá que fue secuestrado durante ocho meses por las FARC. 

En el encuentro de Reconciliación Colombia, Montealegre relató cómo tuvo que cavar su propia tumba para luego ir al campamento de secuestro a pasar otra noche. Luego de ser liberado, empleó a su secuestrador Luis Martínez y ahora él es quien administra la finca de Montealegre. 

“No sabemos qué camino van a coger nuestros hijos si no somos capaces de perdonar nosotros”, narró el empresario.