Antioquia

Los increíbles lujos que tienen en la cárcel los capos que Petro llevó al ‘tarimazo’ en Medellín: aires, televisores, computadores y hasta modificación de celdas

Capos que participaron en el ‘tarimazo’ de Petro tendrían ciertos beneficios en la cárcel de Itagüí: desde computadores y televisores de última generación hasta modificación de celdas.

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13 de diciembre de 2025, 5:52 a. m.
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Los exparamilitares tienen condenas por delitos de lesa humanidad, así como otros pendientes con la Justicia colombiana. | Foto: SEMANA

La cárcel de máxima seguridad de Itagüí, más que un penal, parece un lujoso resort para algunos presos, entre ellos capos de las bandas más peligrosas de Medellín, los mismos que protagonizaron el ‘tarimazo’ con el presidente Gustavo Petro. Revelaciones internas apuntan a un escenario de privilegios, descontrol y corrupción, que, según fuentes consultadas, lleva años enquistándose sin que el Estado logre contenerlo.

Las denuncias no son nuevas, pero volvieron a estallar tras la escandalosa fuga de Dairo Arcadio Zapata Mazo, alias el Flaco, un peligroso delincuente de las disidencias de las Farc condenado a 34,5 años por el secuestro y desaparición de un ganadero en hechos ocurridos en el Bajo Cauca antioqueño.

El guerrillero se escapó el lunes 8 de diciembre a través de las oficinas donde son atendidas las diligencias con los abogados, en una maniobra aún no explicada por las autoridades.

Dairo Arcadio Zapata Mazo, alias el Flaco. | Foto: SUMINISTRADAS A SEMANA API

“Lo que pasó es sumamente grave. Mientras los cabecillas estaban haciendo marranada, prendiendo velitas, tomando licor y escuchando música, se fugó este cabecilla de las disidencias de las Farc”, dijo en redes sociales la concejal Claudia Carrasquilla.

“Esto indica que las personas privadas de la libertad realmente no lo están; parece que estuvieran en un hotel”, agregó. SEMANA consultó con varias fuentes para conocer qué pasa dentro de esa cárcel, en la que están alias Douglas y alias Carlos Pesebre, entre otros capos de la Oficina de Envigado.

“Eso parece un hotel. Hay tres personas que son las que controlan. Ellos dicen si se mueve de celda un interno o no, porque sea indisciplinado o porque quieran robarle la celda”, describió una de las fuentes.

Alias Douglas. | Foto: COLPRENSA

Se refirió a tres líderes delincuenciales, voceros de las bandas del Valle de Aburrá que estuvieron en el ‘tarimazo’ con Gustavo Petro. Incluso describió una de las celdas ocupadas por estos cabecillas: “Es enchapada, tiene sanitario nuevo, puertas de madera, televisor, ollas air fryer para hacer sus almuerzos y hasta PlayStation”.

Pero no es un privilegio único. Detalló que, por uno de estos lugares, otros internos están dispuestos a pagar hasta 70 millones de pesos. “Esta semana trasladaron a un preso condenado por homicidio para quedarse con su celda. Él es un pintor y lo mandaron para la cárcel de Pedregal”, añadió.

Esos beneplácitos, según Claudia Carrasquilla, son difíciles de constatar, pues los internos averiaron el sistema de cámaras de seguridad para controlar a su antojo todo lo que sucede en el penal.

“Entran whisky y mujeres para dos reconocidos cabecillas. Las borracheras que se pegan son impresionantes”, aseguró una de las fuentes consultadas. Es más, dijo que el descaro de lo que sucede en la cárcel de Itagüí es tal que un guerrillero del ELN tiene su propia mascota, un gato, sin que nadie se atreva a quitárselo, a pesar del riesgo que representa para la salud de otros.

Alias Lindolfo. | Foto: SUMINISTRADAS A SEMANA API

Pero estos hechos no son nuevos. En 2007, SEMANA había denunciado cómo los jefes paramilitares recluidos en el pabellón de Justicia y Paz, el mismo que hoy ocupan capos de las bandas del Valle de Aburrá como Douglas, Carlos Pesebre, Grande Pa y Lindolfo, entre otros, lo usaban para hablar de asesinatos, tráfico de drogas y retoma de las armas.

En la cárcel aún se recuerda cómo alias Fritanga logró remodelar su celda para que fuera más espaciosa a fin de sentirse más seguro y cómodo con sus visitas. “Él mandó a tumbar el segundo piso de la celda de él y la acondicionó para que quedara como una sola”, describió la fuente.

“La clave es una tienda hechiza que está a las afueras de la cárcel. Es todo menos tienda. Ahí reciben las cosas que van a ingresar. En las noches las recogen los funcionarios que las entran y las dejan en el patio 1 y 2. Incluso, desde esa tienda cobran por parquear carros en un lote que es del Inpec”, denunció la fuente.

SEMANA intentó obtener una respuesta del Inpec ante tales hechos, pero al cierre de esta edición no obtuvo una comunicación.