Salud

La sangre más rara del mundo: el “oro líquido” que ahora se cultiva en laboratorios

Científicos buscan replicar el escasísimo tipo Rh-nulo para salvar vidas de pacientes con grupos sanguíneos incompatibles.

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Margarita Briceño Delgado

Margarita Briceño Delgado

Periodista en Semana

19 de noviembre de 2025, 7:15 p. m.
Investigadores trabajan en el cultivo de glóbulos rojos Rh-nulo, la sangre más rara del mundo, en busca de crear una fuente segura y universal para pacientes con tipos sanguíneos incompatibles.
Investigadores trabajan en el cultivo de glóbulos rojos Rh-nulo, la sangre más rara del mundo, en busca de crear una fuente segura y universal para pacientes con tipos sanguíneos incompatibles. | Foto: Getty Images

Solo una de cada seis millones de personas posee la sangre Rh-nulo, un tipo tan excepcional de sangre, que puede salvar a pacientes con grupos raros.

El problema radica en que casi no tiene donantes, por lo que equipos científicos trabajan para producirla en laboratorio, y convertir este “tesoro humano” en una herramienta accesible para la medicina moderna.

¿Qué hace que este tipo de sangre sea tan raro?

Es un tipo de sangre tan escaso que solo unas pocas decenas de personas lo poseen, pero al mismo tiempo tan valioso, que podría salvar miles de vidas.

Esa es la realidad del Rh-nulo, conocido también como la “sangre dorada”.

Según Portafolio, apenas una de cada seis millones de personas en el planeta tiene este tipo de sangre.

Lo que la hace verdaderamente extraordinaria es que carece de más de 50 antígenos del sistema Rh, esas proteínas en la superficie de los glóbulos rojos que determinan muchas de las incompatibilidades en las transfusiones.

Eso implica dos cosas muy poderosas:

  1. Las personas con Rh-nulo no pueden recibir sangre de ningún otro tipo, porque su propio sistema inmunológico reaccionaría.
  2. Pero, a la inversa, su sangre es compatible con prácticamente todos los grupos Rh. Por eso algunos expertos la llaman “comodín biológico” o “sangre dorada”, ya que podría transfundirse a pacientes con tipos raros sin generar tantas reacciones inmunitarias.

La causa está en una mutación genética que afecta la proteína RHAG, que es fundamental para que los antígenos Rh se expresen en los glóbulos rojos. Cuando esa proteína está alterada, la célula no muestra esos antígenos típicos.

Esta mutación tiene un costo biológico: aunque la sangre de estas personas sea un tesoro para otros, para ellos mismos representa un gran riesgo si alguna vez necesitan una transfusión.

Muestras de sangre cultivada en laboratorio podrían reemplazar en el futuro a la escasísima sangre Rh-nulo, un tipo vital para pacientes con grupos sanguíneos ultrararos.
Muestras de sangre cultivada en laboratorio podrían reemplazar en el futuro a la escasísima sangre Rh-nulo, un tipo vital para pacientes con grupos sanguíneos ultrararos. | Foto: Getty Images

Una sangre hecha en laboratorio

Aquí es donde la ciencia se convierte en una especie de alquimia moderna. Científicos de la Universidad de Bristol, liderados por el profesor Ash Toye, han logrado recrear glóbulos rojos Rh-nulo en laboratorio, usando células inmaduras y la técnica de edición genética CRISPR-Cas9 para eliminar varios genes que causan incompatibilidad.

Otros equipos también han avanzado, por ejemplo, en Estados Unidos se han usado células madre pluripotentes; en Canadá se ha modificado sangre A positiva para transformarla en Rh-nulo, e incluso en Barcelona lograron convertir sangre tipo A en O Rh-nulo, un paso clave para lograr una versión “ultra universal” de esta sangre, como se registra en Portafolio.

Para obtener los resultados deseados, el proceso no es tan sencillo como se quisiera. Para que estas células madre se conviertan en glóbulos rojos maduros se necesitan señales muy específicas, similares a las que ocurren en la médula ósea humana.

Según expertos, la falta de ciertos antígenos podría debilitar la membrana celular o disminuir la eficiencia de producción, lo que exige una precisión científica enorme.

En síntesis, ese pequeño grupo de personas con Rh-nulo son, en cierto sentido, guardianes de un recurso biológico extraordinario. No solo por lo que su sangre representa hoy, también por el potencial de la ciencia para replicarla, multiplicarla y democratizarla.