Ciencia
NASA prepara una misión de alto riesgo: lanzarán un cohete para impedir impacto de satélite en la Tierra
Esta iniciativa forma parte de los protocolos de seguridad que la agencia espacial implementa ante la inminente finalización de la vida útil de ciertas naves y satélites.
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La NASA prepara una operación singular para reducir el riesgo de que el observatorio espacial Neil Gehrels Swift caiga de manera descontrolada sobre el planeta Tierra. Para ello, planea el lanzamiento de un cohete que permitirá controlar la trayectoria del satélite y garantizar que no represente ningún peligro.
Esta iniciativa forma parte de los protocolos de seguridad que la agencia espacial implementa ante la inminente finalización de la vida útil de ciertas naves y satélites.
Recientemente, confirmó que la misión será llevada a cabo en colaboración con una compañía privada, que se encargará de lanzar el cohete Pegasus XL desde un avión. Este procedimiento, poco común en operaciones espaciales de rescate, busca intervenir a tiempo para proteger el observatorio Neil Gehrels Swift y evitar que su caída cause algún daño en la Tierra.

La operación está programada para 2026 y representa un ejemplo del esfuerzo conjunto entre entidades públicas y privadas para la seguridad espacial.
Según los reportes iniciales, si no se tomaban medidas preventivas, la colisión podría ocurrir a finales del próximo año, aunque no se especificó en qué región podría suceder. La noticia generó preocupación por los riesgos asociados, no solo para la infraestructura sino también para la población que pueda encontrarse en su trayectoria.
¿Cómo se llevaría a cabo la misión de la NASA?
Para cumplir con la misión, Katalyst empleará un avión de pasajeros modificado, el L-1011 Stargazer, propiedad de Northrop Grumman, que transportará el cohete Pegasus XL hasta la altitud de crucero antes de liberarlo en pleno vuelo.
Si la maniobra se desarrolla correctamente, la nave robótica podrá acoplarse al telescopio y reposicionarlo en una órbita más segura. Al respecto, Shawn Domagal-Goldman, director interino de la División de Astrofísica de la NASA, señaló que, pese a la rapidez con la que decae la órbita del Swift, “estamos en una carrera contrarreloj, pero al aprovechar las tecnologías comerciales que ya están en desarrollo, afrontaremos este desafío de frente”.
En relación con la selección del cohete Pegasus XL, Ghonhee Lee, director ejecutivo de Katalyst Space Technologies, destacó que: “Es el único vehículo de lanzamiento que puede cumplir con la órbita, el cronograma y el costo para lograr algo sin precedentes con tecnología emergente”.

Por su parte, Northrop Grumman ya contaba con el L-1011 Stargazer listo para su despliegue. Kurt Eberly, director de lanzamiento espacial de la empresa, explicó a Space.com que la fase final consiste en integrar y probar el hardware, además de definir la trayectoria y programar el software de control para la ascensión del nodo ascendente. Eberly aseguró que, fuera de estos últimos ajustes, el avión está completamente preparado para cumplir su función en la misión.
“Tenemos que realizar la integración y las pruebas finales, y desarrollar la trayectoria y la guía para la dirección y el software de la ascensión recta del nodo ascendente, pero eso es todo”, precisó.

