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MEDIOS

El valor de los contenidos periodísticos de calidad en internet

Cada vez más periódicos y revistas cobran por su contenido en plataformas digitales. ¿Cómo es esa transición?

8 de mayo de 2018

La información gratis será cada vez mas escasa en la medida en que más periódicos y revistas de relevancia en el mundo empiecen a cobrar por el contenido digital de sus medios. Un informe del American Press Institute da cuenta de esta tendencia al mostrar que 77 de los 98 periódicos en Estados Unidos con circulación superior a 50.000 utilizan algún tipo de suscripción en línea. Entre ellos están los cuatro más grandes: The New York Times, The Wall Street Journal, Los Angeles Times y The Washington Post.

Algo parecido ha sucedido en Europa. Un estudio del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford encontró que dos tercios de los diarios europeos tienen un modelo de pago digital. Entre ellos están The London Times, The Telegraph y la biblia de la información financiera, The Financial Times. Los diarios latinoamericanos no se han quedado atrás y en Argentina y Brasil, periódicos como el Clarín y La Folha han establecido sistemas para cobrar a su audiencia por el contenido de calidad que producen a diario. “No hay ningún grupo que no se esté planteando una fórmula de pago”, dice Ismael Nafría, exdirector de innovación digital del grupo Godó, propietario de La Vanguardia en España, y autor del libro La reinvención de The New York Times.

Esta tendencia marca el fin de una tensión que comenzó con el auge de internet, cuando los medios noticiosos establecieron versiones digitales de sus ediciones impresas. En esa época decidieron ofrecer su contenido de manera gratuita con la esperanza de que los anunciantes, que habían sido claves en el modelo de negocios de periódicos y revistas, también se mudarían con ellos al plano digital.

Y aunque así fue, otros se fueron quedando con gran parte de ese ponqué publicitario. En 2016 el ingreso por publicidad en internet fue de 75 billones de dólares. Pero ese crecimiento se ha dado sobre todo en aparatos móviles, donde plataformas como Google y Facebook son amos y señores. “Estas dos compañías están haciendo el dinero que antes hacían las noticias mientras los demás periódicos y revistas tratan de sobrevivir”, señala Alexis Madrigal, editor de tecnología de la revista The Atlantic.

Según Víctor García Perdomo, director de la maestría en comunicación de la Universidad de La Sabana, las noticias siempre habían estado subsidiadas por la pauta publicitaria. “Pero con internet apareció una nueva plataforma que permitió conocer a los usuarios de manera eficaz”, dice. Al mismo tiempo disminuyeron las suscripciones dado que la información que producían en sus medios estaba disponible en internet en forma gratuita. “En parte, los medios malacostumbramos al lector al ofrecerle contenido gratuito de muy buen nivel”, dice Nafría. Mientras esa fuente de financiación disminuía, los costos fijos de hacer reportajes y periodismo de calidad se mantuvieron.

Ante esta crisis publicitaria muchos diarios en el mundo han optado por replantearse su estrategia y cerrar el grifo de las noticias gratuitas. Teniendo en cuenta que los avisos digitales no son suficientes para sostener el negocio, “ha tomado fuerza la idea de que ese dinero ‘online’ debe provenir de los lectores”, dijo al centro Knight Rodrigo Bonilla, director para las Américas de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de noticias. Aunque no es una idea nueva, pues muchos de ellos hace unos años intentaron cobrar por sus contenidos sin éxito, esta vez parece que están más preparados para lograrlo.  

Como lo dice García Perdomo, las empresas periodísticas han tenido que reformular su modelo de negocios. “El New York Times tiene por lo menos 10 diferentes formas de obtener sus beneficios entre las que están la publicidad transversal, conferencias, viajes, etc”, dice. Los diarios entendieron, además, que la estrategia debe ser porosa y permitir acceso a un número limitado de artículos o a un contenido online gratis y otro ‘premium’ por el cual se cobra. “La idea es que no pueden estar completamente cerrados”, subraya García Perdomo.

Los lectores también han entendido que las noticias y los contenidos de calidad valen. Otro estudio hecho por Media Insight Project observó que 53 por ciento de los estadounidenses tiene hoy al menos una suscripción online a alguna fuente de noticias. Además, según Damian Radcliffe, profesor de periodismo de la Universidad de Oregon, servicios como Netflix y Spotify han ayudado a la gente a adquirir el hábito de pagar por contenido digital que antes obtenía gratis. “Y si valoran el periodismo, especialmente con el clima político actual, saben que necesitan pagar por ello”. Según un reporte de la agencia de prensa AFP, aunque las noticias gratis no han desaparecido del todo, con esta tendencia cada vez será más difícil encontrar contenido periodístico sin pagar.

Gracias a esto, diarios como The New York Times han logrado relativo éxito. Su modelo dosificado permite a los usuarios ver 10 artículos gratis al mes antes de llegar al aviso en que el periódico invita al lector a suscribirse.  Según la revista The Atlantic, dicha casa editorial genera más de 20 por ciento de sus ingresos en suscripciones digitales exclusivamente. En términos absolutos, el periódico tuvo ganancias por 85,7 millones de estos productos digitales en 2017. The Washington Post anunció el año pasado que tenía más de un millón de lectores digitales con suscripción paga.

Las iniciativas en América Latina van por el mismo camino. Uno de los primeros en establecer este modelo fue La Folha de Sao Paulo, Brasil, que comenzó a generar suscripciones online en 2013. En 2017, lo hicieron simultáneamente Clarín y La Nación, en Argentina. El caso más antiguo en la región es el del grupo Reforma de México. En muchas de esas experiencias, las suscripciones se han duplicado en lugar de mermarse. En Colombia, el primer diario en dar el paso fue El Espectador. Pero la idea es que se sumen mucho más. Y en la medida en que todos lo hagan en conjunto será mejor, pues como dice Bonilla, hoy la competencia no es entre los diarios y revistas “sino con las nuevas plataformas digitales como Facebook y Google”.