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Hablan los expertos

¿En qué se me va la plata?

Muchos hacen gastos pequeños que en principio no se notan pero al final crean un hueco en las finanzas. Hacer un presupuesto mensual y anual puede ayudar a que tener mejor control del dinero. Sebastián Rodríguez, coach en finanzas personales, señala que el primer paso es saber en qué gasta mensualmente.

25 de enero de 2019

El comienzo de año debería ser el momento para planear el presupuesto financiero personal. Pero muchos en Colombia no lo hacen. Aún más, no saben en qué  gastan la plata, y cuando llegan necesidades como el pago de impuestos o imprevistos como el arreglo del carro tienen que recurrir a la tarjeta de crédito porque no tienen el dinero ahorrado. Para Sebastián Rodríguez, coach en finanzas personales, nunca es tarde para empezar.

Una manera de hacerlo es identificar en qué gasta el dinero no solo año tras año sino mes a mes. Por eso recomienda anotar todos los gastos diariamente para lo cual es conveniente guardar recibos, llevar un blog de notas o bajar una aplicación que le permita anotar esos gastos. “Cuando las personas hacen este tipo de ejercicio empiezan a salir cosas como la queratina, las uñas, el pelo, el maquillaje, gastos que la gente no tiene en cuenta y que a la hora de sumar son categorías en las que se gasta plata”. Entenderlen que gastan es importante para hacer el presupuesto del año y crear un hábito.  

Rodríguez también señala que cada persona debe administrar seis cuentas: la de libertad financiera, la de necesidades básicas, ahorro en gasto de largo plazo, la de educación, la de juego y la de dar. De estas hay tres muy importantes. La primera de ellas es la de libertad financiera que se logra cuando la persona identifica cuánto gasta al mes y logra construir activos productivos como oficinas y casas en renta, negocios con utilidades. Cuando los ingresos de esos negocios por lo que no trabaja superan los gastos mensuales, una persona se hace libre financieramente. Según Rodríguez lo ideal es tomar 10 por ciento de los ingresos y ahorrarlos en pro de esa meta.

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La segunda es la de necesidades básicas, en la cual sólo debe invertir, como máximo, el 50 por ciento de los ingresos. Las necesidades inmediatas hacen parte de los gastos básicos como el agua, la luz, el teléfono la alimentación, los hijos, el peaje. Pero también hay necesidades de mediano plazo -como el mantenimiento de los carros, la peluquería, compras de aseo-, y por último las de largo plazo.  “El mejor ejemplo para entender lo anterior es un carro porque tienen necesidades inmediatas, como gasolina y parqueaderos; de mediano plazo como  cambio de llantas; y de largo, como el Soat y los impuestos”, dice. Una recomendación es por lo menos ahorrar 300 mil pesos mensuales para esas necesidades. “He visto gente que con ese consejo por primera vez ha pagado el impuesto predial o el cambio de llantas de contado, porque hay dinero ahorrado para esas necesidades de mediano y largo plazo”.

La tercera cuenta importante es la del dar pues es una forma de contribuir a una mejor sociedad. Para eso Rodríguez recomienda destinar el 10 por ciento de los ingresos. Hay que aclarar que el pago de impuestos no está incluido en esta cuenta. Aunque considera que los impuestos son una variable que la gente debería gozar más porque también contribuyen al bienestar de todos. “Aunque una parte se está yendo en corrupción pero la idea es pensar que pagar impuestos es una acción positiva que se va a obras públicas, colegios, carreteras”, dice.

Las otras tres cuentas son importantes. A la de juego y diversión es la que Rodríguez llama consentirse. “Es la inversión en ti, y ojalá te la des cada 15 días”. Explica que en este tema hay dos personajes: la gente que no gasta en sí misma y los que gastan demasiado. Ambos están errados en su manejo del dinero. En el caso de los últimos, la razón es que gastan hasta el 50 por ciento del sueldo en lo que él llama pseudoterapia financiera, que consiste en calmar emociones negativas por medio de compras. Son personas que se debaten entre ‘no sé si ahorrar para el futuro o solo se vive una vez’.  “Gastan mucho en diversión, rumba y cosas que no necesitan porque piensan que hoy es el momento para disfrutar porque mañana puedo estar muerto”, dice este coach.

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Otros nunca se consienten y eso también es malo porque no tienen estímulos. El ideal es destinar el 10 por ciento del dinero en consentirse. En esta cuenta están los viajes. “Yo recomiendo planear dos viajes por año y ahorrar mensualmente a ese objetivo y evitar costearlos con tarjeta de crédito, que es lo que la gran mayoría hace”.

Si tiene deudas, del 10 por ciento del dinero que va a libertad financiera la persona debe destinar el  80 por ciento a hacer abonos de capital. “La gente no termina de pagar las deudas porque no sabe qué es abonar a capital. Pero cuando lo entiendes es mágico”, dice. Consiste en pagar dinero extra a la cuota mensual. Hay una estrategia conocida como  la bola de nieve para pagar deudas. “En dos años y medio una deuda de 200 millones se puede saldar a punta de bola de nieve”.

Hay dos cosas que cambian el presupuesto. La indisciplina es la variable que más lo afecta y consiste en desbordarse en gastos personales. “Me voy de rumba y pienso gastar solo 500 mil pero ya enfiestado me gasto más. En ese momento se daña el presupuesto”, dice. Esto sucede porque siempre hay un aspecto emocional vinculado al dinero. Disciplinar la mente es una de las cosas que más les cuesta a las personas porque las emociones muchas veces guían esos hábitos. “Tengo el caso de los entusados. Ante un desamor la gente gasta más en ropa y en rumba para sentirse mejor. El problema es que al mes siguiente llega la cuota más alta en la tarjeta de crédito y siegue entusado por tu pareja”. Lo ideal es ser una persona de carácter con capacidad para decir no.

Una segunda variable que interfiere con el presupuesto son los imprevistos. Una pareja que le va a llegar un bebé le cambia el presupuesto aunque no lo quiera. Así mismo, cuando a una persona lo ascienden el presupuesto cambia porque hay que pensar qué va a hacer con el excedente.  

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Frente al uso de la tarjeta de crédito Rodríguez señala que puede ser una forma de apalancamiento que la gente tiene para tener un capital. Aún más, los bancos también lo son.  Con las tarjetas de crédito es posible diferir cuotas hasta por 60 días, pero la persona debe saber cuándo usarlas para hacerse libre financieramente y no como extensión del salario. “Robert Kiyosaki dice que darle una tarjeta de crédito a un adulto no educado es como darle a un borracho una pistola cargada y sin seguro”.  Las tarjetas bien utilizadas y con educación son importantes pero en alguien que no tiene mucho conocimiento de cómo funcionan son peligro porque son las que cuentan con tasas de interés más altas. Su consejo: “primero edúcate y luego si sal a usarlas”.

Tener un presupuesto no significar dejar de gastar. Pre supuesto, dice Rodríguez,  es el supuesto previo de lo que me puede pasar y puede suceder. Lo importante para ajustarse a él es controlar las emociones, conocer muy bien las metas que quiere lograr y hacer más negocios que traigan un flujo de dinero constante. “Mi recomendación es solidifícate para no embarrarla, no comprar ropa ni piramides ni carros que no necesitas y que afectan las finanzas personales”. En otras palabras,  no comprar cosas que no necesita, con plata que no tiene, para demostrarle a gente que no le importa. Además hay que considerar que la inversión más importante es la mente. “Hay frase con la que me identifico y es ‘desocupa tus bolsillos en tu mente para que tu mente llene tus bolsillos’”. El propósito del dinero deber ser ese: ser libre financieramente para no tener que trabajar hasta los 90 años. “Cualquiera puede lograrlo”.