Defensas: 3 normas infaltables para fortalecer el sistema inmune

El sistema inmunitario se compone de células, tejidos y órganos que ayudan al cuerpo a combatir las infecciones y las enfermedades, explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Los gérmenes o virus atacan el cuerpo y se multiplican provocando una infección; luego, se desarrolla una enfermedad. Sin embargo, el sistema inmunitario se encarga de proteger el organismo de la enfermedad, combatiéndolos, indica Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud.

“El sistema inmunitario es el encargado de defender el cuerpo contra sustancias que considera extrañas o perjudiciales, a estas se le conocen como antígenos y están compuestas por órganos, tejidos, proteínas y células especiales que trabajan en conjunto para proteger a las personas”, comenta.

Existen diferentes tipos de inmunidad. La primera es la inmunidad innata, que es con la protección que nacen todos los seres humanos, como las barreras de la piel y las membranas mucosas. La segunda, inmunidad activa, también conocida como adaptativa. Esta se desarrolla cuando el organismo se infecta o es vacunado contra algún virus o sustancia extraña. La última, la inmunidad pasiva, se obtiene a través de productos sanguíneos que tienen anticuerpos; por ejemplo, los bebés recién nacidos tienen anticuerpos de sus madres.

¿Cómo fortalecer el sistema inmune?

1. Consumir alimentos ricos en vitaminas

La alimentación es el factor clave para mantener un cuerpo sano. Carolina Pérez Iglesias le contó a Tu canal de salud la importancia de una dieta balanceada: “Muchos de los alimentos tienen nutrientes básicos para mantener el organismo en buen estado y contribuyen a mejorar la respuesta del cuerpo ante diversas dolencias, actuando sobre el sistema inmunológico y haciéndolo más eficiente”, mencionó la experta.

Alimentos que se pueden incluir para fortalecer el sistema inmunitario:

• Cítricos.
• Pimento rojo.
• Brócoli.
• Espinacas.
• Aguacate.
• Ajo.
• Setas.
• Avena integral.
• Garbanzos.
• Salmón.
• Pollo.
• Yogur.
• Frutos secos.
• Huevo.

2. Hidratación

Según indica Tu canal de salud, la hidratación diaria es fundamental, pues ayuda a conservar la mucosa, que es la barrera con la que se encuentra un virus inicialmente.

3. Actividad física

El ejercicio ayuda a que el sistema inmunitario funcione óptimamente. Se deben realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física frecuente. “El ejercicio provoca cambios en los anticuerpos y los leucocitos. Estos son las células del sistema inmunitario que combaten las enfermedades mediante los anticuerpos, unas proteínas que neutralizan las bacterias y agentes externos. Estos anticuerpos y leucocitos circulan más rápidamente con la práctica habitual de ejercicio, así que pueden detectar y combatir enfermedades más rápida y efectivamente”, agregó Pérez.

Recomendaciones para subir las defensas

La Secretaría de Salud de Bogotá brinda algunas recomendaciones para fortalecer el sistema inmune:

• Consumir alimentos ricos en vitamina C: tiene efectos positivos para el organismo. Uno de ellos es que ayuda al sistema inmune a defenderse de infecciones. Puede encontrarse en guayaba, naranja, mandarina, tomate y kiwi.
• Alimentos ricos en vitamina A: se puede adquirir en alimentos de origen animal y vegetal, como el hígado, productos lácteos o frutas de color amarillo o naranja.
• Alimentos que contengan vitamina B: el conjunto de vitaminas B ayudan a las células del cuerpo a generar la energía obtenida a través de los alimentos. Los alimentos ricos en esta vitamina son cereales integrales, avena, trigo, maní, carne de cerdo, pescado y verduras de hoja verde.

Sobre esa misma línea, Healthline, portal especializado en salud, menciona varias formas de aumentar las defensas naturales del cuerpo:

• Dormir el tiempo suficiente.
• Comer alimentos integrales de origen vegetal.
• Comer grasas saludables (aceite de oliva).
• Consumir alimentos fermentados (yogur, chucrut, kimchi, kefir y natto).
• Evitar el consumo de azúcares añadidos y carbohidratos refinados.
• Realizar actividad física.
• Mantenerse hidratado.
• Controlar los niveles de estrés.