Esta es la grave enfermedad que podría padecer si siente un constante antojo por comer sal

La sal es uno de los ingredientes más usados en las cocinas debido a que es un buen potenciador de sabor, además de que ayuda a conservar los alimentos. Sin embargo, es un producto del cual no se debe abusar en su ingesta porque puede ocasionar complicaciones de salud.

La sal contiene sodio que el cuerpo utiliza para controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo y también lo requiere para que los músculos y los nervios funcionen apropiadamente; pero aun así se debe controlar su consumo, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados, pues la cantidad requerida para que cumpla con estas funciones es muy pequeña.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de cinco gramos de sal al día para los adultos sin problemas de hipertensión, pero advierte que actualmente se consumen de promedio entre 9 y 12 gramos de sal diarios, es decir, hasta dos veces la ingesta máxima recomendada.

Se dice que los adultos sanos debieran limitar la ingesta de sodio a 2.300 miligramos por día y los que tienen inconvenientes con la tensión no deberían consumir más de 1.500 miligramos diarios. Así mismo, las personas que padecen insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis hepática y enfermedad renal pueden necesitar cantidades más bajas.

El exceso de sodio en la dieta puede llevar a:

• Presión arterial alta en algunas personas.
• Una acumulación grave de líquido en personas con insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática o enfermedad renal.

¿Por qué se presentan antojos por comer sal?

Es normal que las personas incluyan la sal en su dieta diaria, pero en ocasiones el deseo de comer alimentos que contengan este ingrediente es más fuerte de lo normal y hace que de manera constante se sienta un deseo o antojo por consumirla y en este caso se debe prestar especial atención, pues puede ser una señal de que la persona padece de alguna enfermedad.

El instituto de investigación Mayo Clinic asegura que el antojo de sal puede deberse a una afección médica grave, como es el caso de la insuficiencia suprarrenal o el síndrome de Bartter.

A la primera afección también se le conoce como enfermedad de Addison y se caracteriza por ser un trastorno que aparece cuando el cuerpo no produce una cantidad suficiente de determinadas hormonas. En estos casos, las glándulas suprarrenales, que están justo arriba de los riñones, producen muy poco cortisol y, con frecuencia, muy poca aldosterona. Estas hormonas regulan funciones importantes del cuerpo y lo ayudan a responder al estrés. Cuando hay insuficiencia de cortisol puede resultar grave. La enfermedad de Addison puede causar un antojo de sal nuevo, constante y excesivo.

Los signos y síntomas de este padecimiento son los siguientes, de acuerdo con los expertos.

• Antojo de sal
• Dolores musculares y debilidad
• Cansancio y debilidad grave (fatiga)
• Náuseas y dolor de estómago
• Pérdida de peso
• Presión arterial baja
• Oscurecimiento de la piel (hiperpigmentación)

Síndrome de Bartter

De otra parte, el antojo de consumir sal puede ser un síntoma de un trastorno renal poco frecuente llamado síndrome de Bartter.

Esta afección es causada por un defecto en la capacidad del riñón para reabsorber el potasio. Las personas afectadas por el síndrome de Bartter pierden demasiado sodio a través de la orina, lo que causa un aumento en el nivel de la hormona aldosterona y lleva a que los riñones eliminen demasiado potasio del cuerpo. Este síndrome también ocasiona un equilibrio ácido anormal en la sangre, llamado alcalosis hipocaliémica, que provoca demasiado calcio en la orina.

Esta enfermedad generalmente se presenta en la infancia y entre sus síntomas más comunes están:

• Estreñimiento
• La tasa de aumento de peso es mucho más baja que la de otros niños de edad y sexo similares (retraso del desarrollo)
• Necesitar orinar más a menudo de lo normal (frecuencia urinaria)
• Hipotensión arterial
• Cálculos renales
• Debilidad y calambres muscular

Así las cosas, lo recomendable es siempre consumir los niveles adecuados de sodio con el fin de evitar mayores complicaciones de salud. No es conveniente excederse por ninguna razón.

Referencias:

Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos

Mayo Clinic

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