Los ácidos grasos como el omega-3 y el ácido docosahexaenoico, pueden favorecer el desarrollo del cerebro del bebé.
Los ácidos grasos como el omega-3 y el ácido docosahexaenoico, pueden favorecer el desarrollo del cerebro del bebé. | Foto: Getty Images

Vida Moderna

Omega 6 y 9: ¿para qué sirven y qué alimentos los contienen?

Los ácidos grasos son los componentes básicos de la grasa del cuerpo.

24 de mayo de 2022

Los ácidos grasos omega-6, como el ácido gamma linolénico, son una familia de grasas que se encuentran en algunos aceites vegetales y semillas, de acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El portal explica que los ácidos grasos omega-6 se encuentran en todas partes del cuerpo y ayudan con la función de todas las células, pero demasiados ácidos grasos pueden cambiar la forma en que reaccionan las células y tener efectos nocivos en las células del corazón y los vasos sanguíneos.

Según la biblioteca, las personas usan los ácidos grasos omega-6 para las enfermedades del corazón, el desarrollo infantil, el colesterol alto, el cáncer, la diabetes y muchas otras condiciones, pero no existe una buena evidencia científica que respalde estos usos.

Sobre la misma línea, los ácidos grasos tipo omega-9 ayudan a mitigar el dolor y el prurito (comezón).

Asimismo, el portal de salud Clikisalud.net de la Fundación Carlos Slim reveló que otros beneficios son:

  • “Previene la aparición de riesgo cardiovascular, al reducir el colesterol «malo» —o LDL— y los triglicéridos en la sangre.
  • Aumenta el colesterol bueno —o HDL—, impidiendo la formación de placas de ateromas en las paredes internas de las arterias.
  • Reduce la resistencia a la insulina, permitiendo una mejor utilización de la misma.
  • Disminuye el riesgo de artritis reumatoidea.
  • Aumenta las defensas, al incrementar la cantidad de linfocitos (glóbulos blancos)”.

Por ello, señaló que se pueden encontrar ácidos grasos omega-9 en el aceite de canola, oliva y almendras, así como en el maní sin sal, el aguacate, la trucha, las sardinas, las aceitunas, entre otros.

No obstante, al igual que con cualquier alimento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de todas las propiedades de los alimentos ya nombrados, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Por su parte, existen otros ácidos grasos, como el omega-3, que según la biblioteca, se ha encontrado que son benéficos para el corazón y entre sus efectos positivos se pueden mencionar, entre otros: acciones antiinflamatorias y anticoagulantes, disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos y la reducción de la presión sanguínea.

Estos ácidos grasos también pueden reducir los riesgos y síntomas de otros trastornos, incluyendo diabetes, accidente cerebrovascular, algunos cánceres, artritis reumatoidea, asma, enfermedad intestinal inflamatoria, colitis ulcerativa y deterioro mental.

Alimentación saludable

La Organización Mundial de la Salud indicó que una dieta sana incluye:

  • Frutas, verduras, legumbres (tales como lentejas y alubias), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz, mijo, avena, trigo o arroz moreno no procesados).
  • Al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.
  • No se debe obtener más del 25 % al 30 % de las calorías diarias de grasas.
  • Menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día.
  • Menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día. La sal debería ser yodada.