RELACIONES

La monogamia no es la única opción

Un nuevo estudio asegura que las relaciones abiertas ofrecen el mismo nivel de felicidad, bienestar psicológico y satisfacción sexual que las relaciones monógamas. Esto opinan los expertos.

7 de julio de 2018

Karen Valbuena tenía 30 años cuando empezó una relación poliamorosa con dos hombres por primera vez. Al preguntarle qué tan feliz y satisfecha se sentía con el enamoramiento, respondió que fue una de las mejores épocas de su vida. “Solo he tenido una relación así, aunque soy abierta y bisexual. Pero los amaba a los dos, podíamos estar en casa, cocinar, hacer cocteles, ver películas, bailar… nos encantaba nuestra compañía mutua”, asegura.

Aunque Karen perfectamente podría tener una relación monógama con sus parejas, una de sus reglas desde que vivió esa experiencia es tener la posibilidad de experimentar e invitar a otras personas a participar. “Me parece sano, mucho más sano que jurar amor eterno y ser infiel a escondidas, traicionar a mi pareja con un amigo en un desliz”, dice y agrega, entre risas, que “como dice el dicho, uno también se cansa de comer lentejas”.

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La visión de esta ingeniera industrial y gerente comercial de una empresa de tecnología puede parecer descabellada. Pero la verdad es que en la actualidad las relaciones abiertas, poliamorosas o múltiples son más comunes de lo que se cree. De acuerdo con un reciente estudio publicado por la Universidad de Guelph en Canadá, entre el 3 y el 7 por ciento de las personas en América del Norte hoy tienen una relación consensuada, no monógama. Es decir, con algún tipo de libertad sexual o emocional que les da la posibilidad de mantener encuentros íntimos con más de una persona a la vez.

La tendencia a construir nuevos modelos de relación ha tenido tanto auge que hoy existen países donde la ley acepta el matrimonio entre más de dos personas, como Holanda y Brasil. En Colombia, hace un año exactamente se hizo viral la noticia de que tres hombres homosexuales se convirtieron en la primera familia poliamorosa reconocida legalmente.

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De acuerdo con Jessica Wood, autora principal del estudio, este tipo de relaciones van en aumento, entre otras razones, porque hoy las personas esperan mucho más de sus parejas. “Queremos tener satisfacción sexual y entusiasmo, pero también apoyo emocional y financiero. Intentar satisfacer todas estas necesidades puede ejercer demasiada presión”, explica. Para reducir ese peso algunas personas optan por tener relaciones consensuadas no monógamas.

En la práctica, las personas en relaciones consensuales no monógamas experimentan los mismos niveles de satisfacción a nivel psicológico y sexual que quienes tienen relaciones convencionales.

Catherine Salamanca, psicóloga y magíster en salud mental, argumenta que este fenómeno también está relacionado con que hoy los jóvenes tienen un pensamiento mucho más abierto. “Sienten que pueden conectarse afectivamente con varias personas. Y crean vínculos con ellas dependiendo de su estado emocional o de lo que quieren en ese momento”, afirma.

Uno de los hallazgos más importantes de la investigación tiene que ver con el grado de felicidad que brinda este tipo de relaciones. Wood reconoce que la sociedad todavía las percibe como inmorales y menos satisfactorias, “pues la gente supone que en estas se mantienen encuentros sexuales con todo el mundo y son relaciones poco saludables”. Pero los resultados de su informe demuestran lo contrario. En la práctica, las personas en relaciones consensuales no monógamas experimentan los mismos niveles de satisfacción a nivel psicológico y sexual que quienes tienen relaciones convencionales. “Esto desmiente el punto de vista de la sociedad tradicional que durante siglos ha visto a la relación monógama como la estructura ideal”, afirma Wood.

Publicado en el Journal of Social and Personal Relationships, el estudio encuestó a más de 150 personas no monógamas y más de 200 monógamas y las comparó. Ambos grupos respondieron preguntas sobre la satisfacción de sus relaciones. Para el caso de quienes practicaban relaciones abiertas, las preguntas se referían a la pareja principal. Los investigadores indagaron con qué frecuencia los encuestados consideraban la posibilidad de separarse, la confianza en su pareja y el nivel general de felicidad. Al analizar los resultados, los científicos descubrieron que no había mucha diferencia. Las personas con vínculos no monógamos estaban tan satisfechas con la relación que tenían con su pareja principal como el resto.

Los resultados desmienten el punto de vista tradicional de que las relaciones monógamas son la estructura ideal.

Wood también encontró que el predictor más importante de la satisfacción de las relaciones no era la estructura misma del vínculo, sino la motivación sexual. “Tanto en las relaciones monógamas como en las no monógamas, las personas que practican sexo para estar cerca de una pareja y satisfacer sus necesidades sexuales tienen una relación más satisfactoria que las que tienen relaciones sexuales por razones menos intrínsecas, como para evitar el conflicto”, aseguró.

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Salamanca, sin embargo, considera importante hacer la salvedad de que una relación abierta, poliamorosa o múltiple implica tener una madurez mayor. Entre otras cosas, requiere reglas más formales y mucha más confianza entre los implicados. En últimas, el estudio concluye que si una persona está satisfecha con sus necesidades psicológicas y sexuales, es más probable que sea feliz en su relación sin importar la estructura. “Los resultados nos muestran que el tipo de relación no es un indicador de lo felices o satisfechos que estamos en nuestras relaciones primarias, y que hay factores más importantes como la sexualidad”.

Tipos de relaciones

Relación abierta: no hay un compromiso duradero ni exclusividad. Esta ausencia de compromiso hace que no existan arreglos puntuales entre las personas. Son encuentros más casuales de tipo sexual o emocional. No hay exigencias ni reclamos.

Relación monógama: las dos personas están juntas en común acuerdo. Hay exclusividad y proyectos en común. No están permitidos los encuentros sexuales con terceros.

Relación poliamorosa: implica tener más de una relación íntima, amorosa, sexual y duradera de manera simultánea con varias personas, con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los amores involucrados. Algunas veces, todos están involucrados entre sí.

Relación poligámica: en este tipo de matrimonio se permite a un hombre estar casado con varias mujeres al mismo tiempo. Es usual en los países musulmanes.