Pulmones
Pulmones | Foto: Getty Images

SALUD

Pulmones: estas son las vitaminas esenciales que ayudan a fortalecerlos

Según algunas investigaciones, las vitaminas A, E, C y D ayudan a mejorar la salud de estos órganos.

11 de octubre de 2021

Debido a las lluvias, el clima frío y otros factores, como los virus, los pulmones pueden ser algunos de los órganos más afectados por las enfermedades causadas por este tipo de variables, por lo que los expertos aconsejan algunos alimentos y vitaminas para mantenerlos fuertes ante cualquier intruso que se cuele en el cuerpo.

Una de las principales afecciones que sufre esta parte fundamental del sistema respiratorio es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la cual, según la Organización Mundial de la Salud, es una “enfermedad caracterizada por una reducción persistente del flujo de aire”.

Cabe mencionar que en este caso los síntomas van empeorando de forma gradual, mientras que la disnea, que es persistente, aumenta con el tiempo; lo cual, de no diagnosticarse a tiempo, puede llegar a ser mortal.

Dentro de los factores de riesgo que hay para desarrollar esta y otras enfermedades pulmonares se encuentran:

  • La contaminación del aire de interiores (por ejemplo, la derivada de la utilización de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción);
  • La contaminación del aire exterior;
  • La exposición laboral a polvos y productos químicos (vapores, irritantes y gases);
  • Las infecciones repetidas de las vías respiratorias inferiores en la infancia.

Este tipo de condiciones se presentan más en países de ingresos medios y bajos, debido a la mayor exposición al tabaquismo, la polución y los demás factores de riesgo expuestos, indicó la OMS.

Vitaminas para mejorar la salud pulmonar

De acuerdo con distintas asociaciones médicas, organizaciones y estudios, existen varias vitaminas que son efectivas para mejorar la salud de los pulmones, entre las que se encuentran la vitamina D, la A, la C y la E.

En el caso de la vitamina D, distintos estudios han demostrado que un bajo nivel de este componente en la sangre genera un mayor riesgo de infecciones en el cuerpo.

Los ODS de los Estados Unidos destacan que “al cuerpo le hace falta la vitamina D para distintas funciones. Los músculos la necesitan para el movimiento y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo. La vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan”.

Dentro de los alimentos que contienen esta sustancia, según los ODS, se encuentran los pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún, la caballa, los aceites de hígado de pescado, el hígado de ganado vacuno, la yema de huevo, el queso, los hongos, además de la luz del sol.

Vitamina C

La vitamina C, conocida como ácido ascórbico, es un nutriente hidrosoluble que se encuentra en ciertos alimentos, como frutas cítricas (naranjas y toronjas) y sus jugos, así como pimientos rojos y verdes y kiwi, brócoli, fresas, melón, papas horneadas y tomates.

“En el cuerpo actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres, presentes en el ambiente por el humo del cigarrillo, la contaminación del aire y la radiación solar ultravioleta”, explican los ODS.

Vitamina E

Esta vitamina también funciona en el cuerpo como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres, los cuales, como se mencionó, están presentes en el ambiente por el humo del cigarrillo y otros eventos.

“El organismo también necesita la vitamina E para estimular el sistema inmunitario a fin de que éste pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden”, explicó la entidad del Gobierno.

Vitamina A

La vitamina A es importante para la visión normal, el sistema inmunitario y la reproducción. Además, ayuda al buen funcionamiento del corazón, los pulmones, los riñones y otros órganos, explicaron las ODS.

Se puede encontrar en el hígado vacuno, ciertos tipos de pescado, como el salmón, brócoli, zanahorias, calabacines, melón, damascos, mango y productos lácteos.